Día del Empleado Municipal
Daniel Héctor Enrique y José Luis Saavedra Orgullosos de ser empleados municipales
Cada 8 de Noviembre se conmemora el "Día del Empleado Municipal", hombres y mujeres que brindan sus conocimientos y experiencias para crear una comunidad mejor.
Ellos merecen el reconocimiento por la vocación y por el servicio que demuestran diariamente en sus tareas desde todas las reparticiones municipales. Es elegida esta fecha porque el 8 de noviembre se recuerda la creación de la Confederación de Trabajadores Municipales y por este motivo se celebra el Día del Empleado Municipal en todo el país.
Daniel Héctor Enrique:
"Hace 15 años que trabajo en el cementerio. Estuve trabajando en el corralón, en el barrido y cuando se dio una vacante me concedieron el traslado a este lugar. Mis primeros tiempos fueron en la herrería del corralón, ya traía conocimientos que había adquirido en Buenos Aires. Hace tanto que estoy en esta ciudad que me siento gualeyo. En barrido estuve 4 años, especialmente en las calles de adoquín, unas 12 cuadras en total. Cuando llueve es complicado barrerlo porque se junta la arena, pero después con el tiempo se aprenden los trucos; lo dejaba secar y al día siguiente quedaba brillante el adoquín. Mi trabajo empezaba a las 4 de la mañana. Y acá en el cementerio estamos para todo servicio, y ahora con la pandemia realizamos el trabajo con trajes de protección, que vez usados se descartan, más los elementos de higiene para lavado y desinfección.
José Luis Saavedra:
"Hace 36 años que trabajo en el cementerio, orgulloso de ser empleado municipal. Acá se viven muchos momentos tristes, se trata de acompañar a la gente ante la pérdida de un ser querido, como también me ha tocado andar con mis seres queridos que ya han partido. Después de muchos años de trabajo, pasé a ser el encargado de este lugar que se ha extendido muchísimo, de tal manera que tiene 4 entradas. Con la pandemia está cerrado, sólo se atienden servicios. En tiempos normales viene mucha gente a visitar a sus familiares, pero hay lugares que dan pena porque los deudos no se hacen presentes y se ven abandonados. Nosotros tratamos que esté de lo mejor, limpio, prolijo, con césped cortado, con plantas, pero de pronto uno mira para el costado y ve lugares que hace mucho que no reciben visita.
También vienen personas a las que les interesa la historia, la arquitectura, las esculturas. Es un lugar muy rico en ese sentido, como también de las personalidades que aquí descansan.