Despedida al Dr. Darío Crespo
Palabras pronunciadas por el Dr. Arturo Berisso en la despedida del Dr. Darío Crespo:
Familiares - Amigos:
Agradezco la distinción de pronunciar estas palabras, en nombre de la Comisión Directiva, los socios y Amigos del Club Social, para despedir con todo el dolor del alma, a un viejo y querido amigo, el Doctor Darío Crespo.
Querido Darío
A pesar que sabíamos estabas luchando cuerpo a cuerpo por tu salud, en la que el hilo de la esperanza se acortaba cada vez más, nunca se está preparado para despedirnos de aquellos que han formado parte de nuestras vidas, y menos de alguien con tu especial personalidad y destacada figuración en nuestra sociedad.
Irreparable pérdida para su estimada familia, para su vasto círculo de amigos y colegas y en especial para una Institución que privilegiaba sus afectos, el Club Social. Hijo de un hogar tradicional, donde su padre fuera también Presidente, sucedió a una pléyade de notorios directivos, adaptándose con singular apego y dedicación a los nuevos tiempos, dándole un sello distintivo a su gestión.
No voy a hacer una biografía de la vida de Darío, que, nos llevaría largo rato, dado su multifacética trayectoria, donde se mostraba siempre digno del respeto y consideración que se le profesaba, conservando hasta el final esa línea de conducta, difícil de seguir.
Quienes tuvimos el privilegio y el agrado de frecuentar su trato, sabemos de su clara inteligencia, de su memoria privilegiada y de la firmeza de sus convicciones. Su sólida formación adquirida en el estudio continuado y en la metódica lectura, fue su norma y su costumbre, además de ser un asiduo investigador de nuestro pasado histórico, al que conocía en profundidad y transmitía con sabiduría, sobre el que no eludía indagar, e incluso polemizar, si la tertulia se extendía y se daba la circunstancia.
Además de ejercer su profesión de abogado, desarrolló también otras actividades; fue docente y ejerció durante años la representación legal del Banco de Entre Ríos, donde cosechó múltiples relaciones. En lo deportivo, abrazó la camiseta del ya desaparecido Club Estudiantes, viviendo años emotivos en su primera juventud.
Luego de integrar distintas Comisiones Directivas, presidió el Club Social durante dos períodos consecutivos entre 1972 y 1976 en una integración armónica y motivante con amigos comunes, logrando establecer una impronta renovada y participativa, acorde a la jerarquía de la institución y que fuera inmediatamente correspondida por los asociados, sumándose con entusiasmo a esta convocatoria. Las actividades sociales y culturales fueron destacadas y de muy variada índole, incorporándose definitivamente el servicio de bar y comedor, construyéndose el quincho y anexando el patio y la terraza en la temporada estival, vitalizando de modo inusual a la institución. Tuve la distinción de participar en esa Comisión Directiva por él presidida, acompañándome luego él, como secretario y Vicepresidente en los períodos que tuve el honor de presidir la Comisión Directiva.
Participó activamente en las celebraciones de los 75 y 100 años del Club Social en donde habló en el acto central de aquel aniversario centenario. En otro sentido, estuvo siempre dispuesto a colaborar en la superación de momentos difíciles y años conflictivos de la vida institucional, siendo hombre de consulta ante cualquier circunstancia o episodio que así lo requiriera, como cuando hubo que revalidar su condición de Entidad Social, apolítica y plural o cuando fuera inevitable evaluar proyectos que no condecían con el espíritu de la Institución.
Desde la memoria surgen en tropel infinidad de hechos y de múltiples anécdotas vividas en el ámbito del Club que lo tuvieron como principal protagonista en amenas y casi siempre extendidas reuniones, junto a la gente de la cultura, las damas de la canasta, los conciertos, las peñas y tangueadas, que mucho disfrutaba, siempre en compañía de amigos y variada concurrencia.
Por todo eso, por su actitud de gallardía ante el momento final, mas su condición de noble amigo, charlista sapiente y entretenido y en la firmeza de sus principios, nos costará mucho adaptarnos a su ausencia.
Querido DARIO, en este abrazo final junto a Carminia, con Darío Ernesto y Ercilia, tus nietos Floriano y Juanita, familiares y los amigos de siempre, renovamos nuestro afecto y te recordaremos con gratitud- . DESCANSA EN PAZ