21 de Septiembre
Día del Estudiante (según pasan los años)
Las costumbres para festejar el 21 de septiembre van cambiando de generación en generación. De las chacras y los bailes, al boliche y las coreos. Una efeméride que se presta para festejar. por Santiago Joaquín García
A uno le toca de otro lado a esta altura. Como docente buscando el delicado equilibrio entre la diversión de la gurisada y evitar que haya lastimados. Organizando los juegos, colaborando con la merienda especial. Viendo que ninguna niña o niño se quede solo a un costado, sancionando el bullying. También ecualizando los diferentes parlantes porque ha cambiado hasta la forma de escuchar música: ahora es un acto individual, en muchos casos. También pude ver cómo los estudiantes secundarios disfrutaron de la Costanera.
Como padre me encontré garantizando las nuevas exigencias. Este jueves mi hija a la salida de la escuela me dijo que necesitaba accesorios color turquesa. En primer lugar, no voy a mentir, tuve que pensar cuál color era ese. Y después preguntarle dónde podíamos conseguir eso. Obviamente ella ya tenía esa respuesta, pero no fue tan fácil. En un negocio el brillo, en otro el globo y así. Estamos hablando de la primaria, pero los límites con la secundaria, a medida que crecen se vuelven cada vez más difusos. Una vez que conseguimos todo hubo paz.
La verdad que los recuerdos de mi adolescencia en la Provincia de Buenos Aires no tienen demasiada épica. Viajar en manada durante un par de horas, amontonarse en algún lugar (los bosques de Palermo, Parque Lezama), y esperar el momento de la batalla campal. Estamos hablando de los años noventa, y había una violencia en el aire que se parece bastante a la de ahora. Como gualeyo converso siempre digo que en esta ciudad a veces no se valora lo que se tiene. Me refiero al tejido social, a la búsqueda permanente de construcción de comunidad. En fin, basta de chácara. Me pregunto ¿de dónde viene este festejo?
21 de septiembre: Día del Estudiante
“La efeméride surgió en honor a Domingo Faustino Sarmiento. No es la única fecha en su honor. También existe el 11, conocido como el Día del Maestro en conmemoración a su nacimiento. La fecha del 21 hace referencia al día en que llegaron los restos del prócer, provenientes de Asunción, Paraguay, que fue donde falleció.
Esta celebración surgió en el año 1902, cuando el presidente del centro de estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras, Salvador Debenedetti, eligió el 21 de septiembre para homenajear al hombre que impulsó la alfabetización, promovió la educación pública, gratuita y obligatoria, y logró aumentar el alumnado del país de 30.000 a 110.000 presentes”, consignó Ámbito. Muchas personas suponen que tiene que ver con la llegada de la primavera, y de hecho, su presencia en los festejos a través de los colores es indiscutible, pero como se ve la fecha es una feliz coincidencia.
Baile y sol
Viajamos en el tiempo algunos años para atrás, a la década del ochenta y antes. Escuchamos a Alicia que se presta con sus recuerdos y el de sus amigas para pintarnos un panorama de aquellos festejos: “Éramos de ir mucho a las chacras. Siempre teníamos algún amigo con chacra y eso era algo que siempre se hacía. Íbamos en bicicleta, después se nos rompía la bicicleta, entonces la traíamos a la rastra. Salíamos en bici a distintos lugares. Todo el día estábamos al sol, se hacía como un picnic clásico y como dice una amiga: ‘Nos quemábamos como cangrejos’, pero se disfrutaba todo el día”, se ríe y sigue: “Después a la noche se seguía en el baile de BH donde todas desfilábamos para un jurado secreto que elegía las dos princesas y la reina. En aquella época se elegía la reina de la primavera. No había clases ese día así que disfrutábamos el día entero todos juntos. Y a la noche, así todas quemadas, íbamos con un solerito al baile de BH. Ahí las chicas pasaban, tipo vuelta al perro. Había mesas, y en el medio pasabas medio desfilando. No era que se postulaban, era sorpresa. La elegida se enteraba ahí.
Otro día más y el boliche de día
Avanzamos algunos años. Los noventa y el cambio de milenio. De a poco se van sumando feriados. En algún momento el 21 se convirtió en feriado por usos y costumbres y se agregó otro festejo, en general, el día anterior. Escuchamos a Ignacio que nos cuenta cómo fue ese pasaje: “Nosotros íbamos a cuarto año de la Escuela Normal y en su momento queríamos festejar, como siempre el día anterior al 21 de septiembre. Usar dos horas de clase para hacer el acto del día del estudiante y la primavera. Tocaban las bandas de los chicos que tenían grupos musicales y ese tipo de cosas. La directora en ese momento no nos dejó entonces ¿qué hicimos? Nos organizamos, nos pusimos en la puerta e hicimos un comunicado para los alumnos para negarnos a ingresar a la escuela a la mañana. Llevamos tambores, banderas, vino Canal 2 y todos los medios. Esto fue la semana previa al día de la primavera y a través de eso presionamos y logramos que nos den esas dos horas para que los alumnos festejen el día de la primavera”, comenta.
Escuchamos a Constanza que también nos presta sus recuerdos y el de sus amigas y amigos: “Nosotros el día del estudiante nos íbamos al boliche bailable. En esa época la costanera no existía, así que nosotros, al parque íbamos muy poco. Íbamos al boliche y funcionaba como boliche, pero era de tarde. Y cantábamos la típica canción: ‘Es el estudiante, estudiante de verdad’. Después nos veíamos afuera, en la calle San Antonio, en las escalinatas de la Iglesia, en la esquina del Banco Nación. Eran lugares puntuales donde nos encontrábamos, también en las plazas. Pero ya te digo, al parque poco y nada. Como la costanera no estaba no era un lugar que se visitara por los jóvenes. Eso fue después. Y en las escuelas también se celebraba así como ahora, con cosas de colores y hacíamos sketchs. También bailábamos, y hacíamos ping-pong de preguntas y respuestas, emulando lo que era en ese momento Feliz Domingo. Pero eran lindas y eran sanas, eran convocatorias lindas que se hacían. Tengo buenos recuerdos”, evoca. Escuchamos a Valeria: “Nos íbamos a bailar a La Fábrica con un calor. Abrían a eso de las 12. Creo que estábamos un rato en la escuela y de ahí nos íbamos a bailar. Otros se iban a Xangó. A veces, el boliche abría desde las 3 de la tarde hasta las 7 y estábamos ahí encerrados con calor y humo”, se sonríe.
Consignas y después
Seguimos en la misma época. Cuenta Victoria algunos recuerdos similares: “En la secundaria, o sea, en la década del 90 era común que el boliche de Xangó abra de día. Era un lugar de encuentro para los jóvenes. Se hacía una fiesta, se ponía música y todos iban a la tarde. Salíamos de la escuela al mediodía, los que íbamos a la mañana, y se hacía el boliche ahí. Se ponía música, pasábamos un calor de morir. También se hacía algo parecido para fin de curso. Había como consignas, como por ejemplo, ir con un gorro y todas esas ornamentaciones. Un poco como se hace ahora. Eso fue por los años 98, 97, 99. También recuerdo que en esa fiesta había competencias. Competencias de sketch, y eso era ya a la noche con la elección de la reina. La típica elección del desfile de la reina y toda esa movida. Entraban en pareja bailando canciones de la época y ahí elegían a la reina. Me acuerdo cuando, con mi curso de la Escuela de Comercio participamos de una competencia similar a Feliz Domingo e hicimos el video de Los Twists ‘Pensé que se trataba de cieguitos’. Uno de nosotros se había disfrazado de policía, hicimos el taxi con cartulina. Toda la representación de lo que va diciendo la letra”, comenta.
Balneario y reflexión
Pegamos un salto hasta mediados de los años dos mil. Escuchamos a Lucía que tiene los recuerdos más frescos: “Cuando éramos chicas, cada 21 de septiembre se iba al balneario Arenas. Se hacía fiesta ahí en el balneario. Se ponía música, había bandas locales, estaba re bueno. Nos pasábamos todito el día en el balneario. Nosotras llegamos a ir un año o dos, pero eso se venía haciendo desde antes. No recuerdo si lo organizaba el boliche o no. Se elegía la Reina de la Primavera también, y estaba la elección del mariposón que es súper polémica”, comenta.
Los tiempos han cambiado, con todo lo que eso significa. Nuestras hijas e hijos nos enseñan que en estos festejos y en todo momento ya no se puede opinar del cuerpo de las personas. No está mal aprenderlo. Sabemos los estragos que puede causar el bullying. La elección sexual de las personas tampoco es un tema de interés en estas épocas. Ni para bien ni para mal. Simplemente, para la mayoría de los gurises ya no es un tema, y lo toman como parte de la vida privada. Hasta ahí lo positivo. Pero también tenemos que reflexionar sobre el uso de los celulares. Da la impresión de que el contacto con la naturaleza se va perdiendo de a poco. De aquellas jornadas enteras en el río o las chacras a los videos de tik tok. No es para ponernos apocalípticos, pero sí para pensarlo. Es una pena que tengamos a la vida floreciendo al alcance de los ojos y nos perdamos ese espectáculo por la mediación de una pantalla.