Dora Bogdan "Federico Bogdan Mi Hermano, nuestro Intendente"
La Secretaria de Desarrollo Humano y hermana del fallecido intendente Federico Bogdan, Dra. Dora Bogdan, dedicó un escrito al jefe comunal en redes sociales.
En el mismo, Dora Bogdan manifiesta: "No puedo dejar de escribir unas líneas, en este, el último semanario del año 2020, no seré egoísta de compartir con los lectores cuando uno tiene tanto para decir y agradecer. Y, en todos los momentos especiales que nos tocó vivir, el periodismo, en todas sus formas, lloró junto a nosotros, la partida de Federico, y es la manera de llegar a ellos, no puedo estar ausente cuando solo unos días atrás, se cumpliría un año de haber comenzado su segundo mandato al frente de la Municipalidad, donde dejó una cantidad de sueños cumplidos y otra cantidad de proyectos en carpeta que habrá que realizarlos".
"Todas obras grandes e importantes para la ciudad, porque siempre lo pensó así. En estos cinco años de gobierno, con sus ideas y Obras logradas le comenzó a dar otra impronta, Gualeguay una ciudad modernizada, sin techos plásticos, además de espacios al aire libre y en los que se organizaban durante todo el año eventos para todos los gustos y nadie quisiera estar ausente. Era el primero en estar, con su presencia, su calidez, la gente sentía que él, era uno más y que, disfrutaba del éxito del otro como propio", expresó.
Y continuó: "Lo que más le gustaba era estar entre la gente desparramando besos y abrazos donde nunca pasaba inadvertido, también logró ganarse el respeto y la confianza de todos los empleados, de la clase política y de su pueblo. Nada lo cambió. Los humanos eran todos iguales, desde el que movía con un coche Oficial hasta el hombre de a pie. Todos terminaban siendo su compinche. Siempre mantuvo su esencia. Era ese hombre bonachón, simple; el que tenía "el esqueleto desarmado"; el tipo de la sonrisa amplia y pícara. El amigo de los desvalidos de los necesitados y también ese grandote que se transformaba en chiquilín corriendo carrera de embolsados con los gurises de Puerto Ruiz. El que se subía a caballo en el desfile de las fiestas patrias, o el que mágicamente se vestía de Rey Momo o el que se emocionaba profundamente cuando algún sueño añorado se hacía realidad. Ese fue mi hermano Federico, nuestro Intendente".
"El Intendente que yo miraba engrandecido cuando en su despacho recibía gente, le cedía su sillón y le cebaba mate para que sintieran que podía compartir su lugar. El que me hacía un guiño o un gesto de complicidad y ambos sabíamos de qué se trataba. El de los Kilómetros y kilómetros recorridos en busca de gestión y concretar una obra, un laburante incansable, que le dedicó horas y más horas por el bienestar de su pueblo. Mientras tanto el virus asechaba y la pandemia era real. ¡Cómo no extrañarlo! si no hay un solo rincón del Municipio, de las calles y rutas, de las Instituciones, de la casa de mi padre, que él no haya pasado con amor", añadió.
Asimismo, comentó: "Federico, fue el primo más esperado; el sobrino regalón; el amigo jamás olvidado; el padre y marido revoltoso y el hermano que todos desearían tener. Él fue el intendente de la gente, el referente político que su ausencia los dejo desamparado; el hombre del lema de su vida "Haz el bien sin mirar a quien" el de"las manos limpias y las uñas cortas". Pero el virus no lo perdonó y se lo llevo, transformándolo en un héroe donde todo el pueblo y más, se volcó espontáneamente a las calles de su ciudad donde la despedida fue una auténtica muestra de respeto y gratitud. Se fue yendo en una caravana ruidosa de aplausos, espuma con pitos, bombos y matracas. Se fue hasta su última casa, recogiendo a sus pasos los frutos cosechados, aun, cuando una multitud lo lloró".
"Todo eso, fuiste vos "Fede" no te imaginas lo que te extraño... no te preocupes vamos a estar bien, si te sobra un abrazo aquí lo estoy esperando. Te quiero mucho mi hermano querido, nuestro Intendente", finalizó.