Aniversario
Dr. Mariano Carboni Bisso en el 9º aniversario de su fallecimiento
Ayer se cumplieron nueve años de la partida a de Mariano Carboni Bisso. El tiempo transcurre con rapidez abrumadora, pero el dolor por su inesperada partida está intacto; las gargantas se cierran al recordar ese momento en que cambió la vida de muchas personas, de su familia, de sus amigos, de sus pacientes que siguen valorando al médico que siempre estaba dispuesto para atender el dolor, sin pensar en su descanso.
Desde su niñez y adolescencia estuvo rodeado de amigos, porque su simpatía y afecto los convocaba. Ya recibido y especializado, inició, junto a otros colegas, la Terapia Intensiva del Hospital San Antonio; guió a los médicos que se incorporaron a ese servicio tan necesario para la comunidad. Dio mucho con su sapiencia y con su humildad, por sobre todas las cosas, porque era una persona sencilla, afectuosa, muy querible, asequible a todos. Supo formar un equipo de profesionales para los consultorios y urgencias del CEM; sus pacientes esperaban con ansiedad su atención, su consejo, su afecto sin mezquindades, a manos llenas.
Mariano Carboni Bisso fue un profesional destacado y reconocido no sólo entre sus colegas de esta ciudad, sino también por los médicos de prestigio de otros lugares que seguían sus pasos, lo convocaban a congresos y charlas. Sus ansias de aprender más lo llevaron a seguir perfeccionándose en su gran pasión, la medicina,
Más allá de su tarea como médico, desde la adolescencia Mariano se destacó como deportista ganando campeonatos de primer nivel en pelota a paleta. Y aquí también se destacaron su humildad y reconocimiento hacia quienes le enseñaron el deporte, para quienes alentaron y aplaudieron su pasión. En sus pocos momentos libres no podía dejar el trinquete, era tu “cable a tierra”, era el lugar en donde se distendía y tomaba fuerzas para seguir su trabajo.
Mariano Carboni Bisso sigue presente en todos los lugares que frecuentó; está intacto en el sentimiento de todos los que lo trataron porque su personalidad es imborrable y para muchos, irreemplazable.