Corso
El corso de Gualeguay a contramano del turismo
A las habituales complicaciones para conseguir entradas para nuestro corso que en la temporada más alta sufre el turista, que en más de una oportunidad arriba a nuestra ciudad sin poder disfrutar de su mayor fiesta, se suma además la imposibilidad de éstos de acceder a buenas ubicaciones para presenciar el espectáculo debido a que las mismas son vendidas en su totalidad y compradas rápidamente por vecinos de nuestra ciudad antes del comienzo del corso.
En ese sentido, una vez más, este año las principales ubicaciones que salieron ya a la venta fueron adquiridas por los locales de siempre repitiendo el habitual paisaje de caras que suelen ocupar las mesas y palco, centro del espectáculo.
Es sabido que el grueso de asistentes a nuestro corso son vecinos de nuestra ciudad, pero si apostamos a la venida y retorno de turistas estos no pueden dejar de ser tenidos en cuenta. No se trata de tener que elegir entre hacer un corso para los vecinos de nuestra ciudad o para los turistas, sino de reservar la suficiente cantidad de entradas y ubicaciones para que estos puedan disfrutar del espectáculo con las mismas oportunidades que los locales.
Alcanza para eso con reservar un porcentaje no sólo de entradas, sino también de ubicaciones para los visitantes.
En ese sentido, el mecanismo de venta implementado por el municipio deja prácticamente afuera al turista y debe ser revisado si apostamos a ser una ciudad atractiva desde lo turístico.