Actuación de Raúl Barboza en el Club Social
El gran maestro fue ovacionado tras cada una de sus entregas
El sábado pasado fue excepcional el encuentro de Raúl Barboza y su música con su público de Gualeguay, expectante ante el recital del gran acordeonista, quien nuevamente se presentó en el Club Social, acompañado por la guitarra de nuestro copoblano Nardo González y la percusión del posadeño Cacho Bernal.
Los años pasan, pero el maestro Barboza renace en cada una de sus interpretaciones, su rostro se ilumina mientras el ámbito se inunda con los mágicos sonidos de su acordeón.
Como invitada especial abrió el recital la querida y admirada acordeonista Mariela Campodónico acompañada por Martín Correa, gran guitarrista, ambos oriundos de Gualeguay. Mariela, con su simpatía, su sencillez y humildad innatas, nos asombra siempre en cada una de sus presentaciones. La seguimos desde muy chica, la recuerdo sentada detrás de su acordeón, con sus pies que no llegaban a tocar el suelo, y dominando el instrumento, lo que ya evidenciaba el futuro de esta gran intérprete. En cada una de sus entregas revela con maestría una espléndida digitación, una sutileza en las cadencias que subyugan y una energía increíble, sobre todo cuando estalla a pleno el ritmo único del chamamé. Por eso no es extraño que el maestro Barboza, en más de una oportunidad, la haya invitado para compartir el escenario junto a él.
Raúl Barboza comenzó su actuación con una obra de su autoría, “Los saltos del Guairá”, un homenaje que nace ante la desaparición de los bellísimos saltos paraguayos en una maniobra de Brasil para aprovecharlos y convertirlos en energía. En suave sonido, la percusión, la guitarra y el acordeón evocan con sutil melodía aquel paisaje único que ya no existe.
De su autoría también es un tema inspirado en su padre, “Llegando al trotecito”, para luego “Cherogapé” también tema propio, en donde descubro que el sonido del acordeón es el más adecuado para transmitir la nostalgia y la ansiedad del regreso en genial expresión.
Y llegó “Alma Guaraní”, de Damasio Esquivel, en deliciosa versión que cautiva, lo mismo que la tradicional “Merceditas” de Sixto Ríos.
Raúl Barboza se alejó por unos minutos del escenario dando lugar a Nardo González y Cacho Bernal para brindar algunos temas que revelan las cualidades y el brillo propio de estos instrumentistas que Barboza ha elegido para acompañarlo.
Excelente “La Primavera” de Víctor Velázquez que ofreció Nardo en solo de guitarra, lo mismo que la “Chamarra de los chivatos”, del inolvidable Horacio Castillo, interpretada por Nardo y el acompañamiento de la percusión de Cacho Bernal.
Ya de regreso en el escenario, el maestro Barboza brindó junto a sus músicos “Camino a Tres Palmas”, para luego invitar a Mariela Campodónico y su acordeón a unirse a ellos en los últimos temas, no sin antes destacar las cualidades de esta nuestra acordeonista, sus sutilezas y matices propias de una gran intérprete.
Juntos interpretaron lo más preciado de la música del litoral, temas que reconocemos desde sus primeros acordes: “Kilómetro 11”, “La vestido celeste” y “Villanueva”, verdaderos himnos de la música correntina, inspiradas composiciones que deleitan y más aún, en la interpretación de estos tremendos artistas a quienes agradecemos por su total entrega.
El gran maestro fue ovacionado tras cada una de sus entregas y no es para menos, pues son un regalo de armonía, de belleza, de auténtico arte.
A Don Raúl Barboza, a quien descubriera en aquellos festivales de Docta como un gran acordeonista y que hoy, ya convertido en el gran maestro de nuestra música argentina, le agradecemos su total entrega en su difusión mundial. Su pasión, su alegría, su ternura que vuelca en la interpretación de los temas más bellos de nuestra música, la inspiración en sus creaciones, son las manifestaciones de un hombre íntegro, auténtico símbolo de sus ancestros.
Gualeguay le agradece su paso por nuestra ciudad entregando su arte plenamente. Su trayectoria ha estado plagada de tribulaciones, las que ha podido sortear gracias a su dignidad, su talento, su perseverancia, cosechando premios y amigos que lo respetan y lo aman, por ser el generoso maestro de bondadoso corazón.
Zélika Alarcón de Tamaño
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Agradecimiento del Club Social
El Club Social de Gualeguay agradece profundamente a Ricardo Mendizábal Consignaciones por responder a la solicitud de nuestra institución para facilitar la presentación del gran acordeonista Raúl Barboza el 16 del corriente, al sonido de Huellas Record, a Carlos Campodónico y Jonatan Acosta por su impecable trabajo, y a Martín Monti, concesionario del restaurante del Club. A todos ¡muchas gracias!
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