El Outsider político
¿Qué es un Outsider político? La acepción más difundida abarca a quienes se presentan a elecciones viniendo desde afuera de la política con un prestigio y un reconocimiento acumulados más allá de los partidos.
Para Miguel Carreras se trata de "amateurs" si se suman a un partido existente u "outsiders completos" si crean uno nuevo. Los ejemplos más comunes provienen del mundo del deporte, el espectáculo, el periodismo y el empresariado. En Argentina, entre los casos más célebres podemos citar a Carlos Reutemann, Palito Ortega, Francisco de Narváez. A veces, también se habla de outsiders para designar a quienes sí tienen una carrera política, pero que no forman parte de las élites partidarias. Quienes habitan en la periferia de los partidos hasta que en determinado momento cobran notoriedad y pasan al centro de la escena. Finalmente, escuchamos el término para aludir a los llamados antisistema. Candidatos que se presentan a elecciones, pero rechazan en mayor o menor medida las instituciones de la democracia representativa y liberal. La Argentina es pobre en este tipo de casos, pero a nivel internacional abundan. Allí tenemos en primera plana a los Bolsonaro, los Trump, los Beppe Grillo y a una larga fila de políticos que, por derecha o por izquierda, han hecho de la anti-política y el anti-establishment sus principales banderas (Fuente: Gabriel Levita para www.elestadista.com.ar https://elestadista.com.ar/el-estadista/de-hablamos-cuando-hablamos-outsiders-n2288).
Más allá de cualquiera de estas definiciones, el establecimiento de un Outsider en el centro del entorno político representa el agotamiento de un modelo de gestión. Es decir, el desgaste social de una determinada forma de administrar el Estado.
Cuando la corporación política tradicional no está a la altura de las expectativas y lo relevante de sus administraciones es la ineficiencia, el escándalo, la apatía y la corrupción, la ciudadanía comienza a buscar nuevas alternativas al menú de funcionarios y candidatos de siempre.
Si bien la aparición de un Outsider puede observarse como la apertura de un sistema democrático a diversas cosmovisiones del mundo, también es real que implica la desazón de la sociedad civil a la manera tradicional de realizar las cosas.
El Outsider es la señal clara para que la política y sus personalidades noten que no están realizando sus actividades de manera correcta. Que están desoyendo a la ciudadanía y no se están haciendo cargo de las demandas de la sociedad que los eligió y ubicó en sus cargos.
Las últimas PASO se destacaron por los buenos resultados de los candidatos y partidos no mayoritarios. Esto fue una prueba cabal que la manera en que la política tradicional lleva adelante sus tareas está erosionada por el fracaso. Son tiempos en donde los cambios son necesarios. La política no puede mantenerse ajena a estos momentos. Son necesarias nuevas forman de realizar la gestión pública para no sólo proteger la república sino, además, a la actividad política misma. Es clave repetir un concepto anterior: un Outsider puede ser una señal de apertura democrática. No obstante, puede significar la llegada al poder de cuadros políticos ineptos y poco lúcidos para esas tareas. Es función de la ciudadanía discernir acerca de estas cuestiones.
Julián Lazo Stegeman