“Cantando en familia”
El regreso de “Los Troperos de Anta”
El próximo sábado 1º de diciembre se va a dar en el Club Social un espectáculo muy emotivo, ya que después de 50 años se reúnen para cantar “Los Troperos de Anta”, grupo que fue integrado por Beto Mac Kay, Tachi Matorra, Tati Parma y Titi Benvenuto en su época de estudiantes secundarios. No hace mucho tiempo, la Sra. Zélika Tamaño les propone el reencuentro y así surge esta oportunidad en que van a actuar con el grupo y luego en conjunto con sus hijos y nietos quienes también se dedican a la música.
Segunda Sección conversó con Tati Parma y Tachi Matorra quienes recordaron esa época maravillosa de la juventud y nos adelantaron la actuación en el Club Social auspiciado por la Sub Comisión de Cultura de la Institución.Tachi Matorras comienza diciendo: Ha pasado bastante tiempo, fue en el año 1958 que por iniciativa de Beto Mac Kay, que ya era un muy buen pianista, tocaba la guitarra y el arpa, junto a unos amigos, Titi Benvenuto, Lito Morón, Oscar Segovia, Rubén Novella, me invitaron a formar parte del grupo con el que hacíamos folklore. No éramos los únicos, pero creo que le dimos impulso al folclore en forma pública. Nos invitaban a distintos eventos, para animar festivales. Interpretábamos chacareras, zambas y también algunas canciones melódicas". Más adelante agrega: "Cuando Beto incorporó el arpa hacíamos, por lo general música paraguaya. Al poco tiempo se sumó Tati Parma con su hermosa voz y nos largamos a grabar un LP. El trabajo lo realizamos en un lugar no apto para una grabación profesional, en la casa de la abuela de Beto con un grabador Geloso".T. Parma recuerda: "Una parte grabamos en la casa de la abuela de Beto y otra en la casa de los padres de Octavio Solari, en la calle 25 de Mayo. La mamá de Octavio, Alicia Quintana, y su hermana, Pitina Olhaverry, eran personas muy inquietas por las actividades artísticas y nos ofrecieron la casa para grabar. Era tan rudimentaria la grabación que el Geloso recibía la voz que rebotaba en las paredes, por eso la grabación no es de calidad, es doméstica".Le preguntamos a Tati Parma de sus inicios en el canto: "Yo comienzo a darme a conocer en el coro de la Escuela Normal, con la profesora Pura Cabrera. Ella nos estimuló mucho; yo hacía la voz de tenor, Alicia Brugo era la soprano; los dos conformábamos las primeras voces en una canción llamada "La vieja campana". A partir de eso se conoce que me gustaba el canto y Beto me invita para formar parte del grupo".Más adelante Tachi recuerda: "Antes de la incorporación de Tati, cantábamos Beto, yo, que hacía la segunda voz, y Titi Benvenuto, el bajo. Por lo general eran pocas canciones que hacíamos cantadas porque nos dedicábamos más a la parte instrumental. La introducción del arpa nos cambió un poco el repertorio y nos dedicamos a interpretar guaranias, polkas, y ahí ya estaba presente la voz de Tati que fue una incorporación muy importante; generalmente los temas los hacíamos tres voces"."Grabamos un LP en la casa de la abuela de Betoy en la casa de Octavio Solari,con un grabador Geloso".Tati comenta: "Una vez actuamos en el Teatro Italia y otra en Sociedad Sportiva, seguramente en un festival, no recuerdo bien el marco. En la escuela también cantamos, al igual que salíamos de serenatas dedicadas a los profesores, novias o íbamos en nombre de otros muchachos".Titi continúa rememorando: "El iniciador de todo fue Beto, amante de la música desde chico. Muy buen pianista, en primer lugar; a los 17 años ya era profesor de piano. El músico, el arreglador por excelencia era Beto Mac Kay. Se complementaba en la música con Tachi, que ya era muy buen músico y yo apenas acompañaba con la guitarra".T. Matorra agrega: "Tati tiene una voz extraordinaria y nosotros la aprovechábamos con gusto. Y ahí nos decidimos a grabar. No tenemos la tapa del disco porque lo enviaron en un sobre de papel madera ya que no lo hicimos en forma profesional; no mandamos ni foto, ni pusimos la historia"."Ensayábamos en la casa de Beto y su padre, Alberto Mac Kay, aportaba, nos daba opinión acerca de nuestras interpretaciones. Esto duró el tiempo de la escuela secundaria, antes de irnos a estudiar a la facultad. Se corta con la ida de Beto que se fue a fines del `61 cuando; yo me quedo un año más. Cuando Beto se fue, el conjunto se disolvió", nos dice T. Parma.Les preguntamos cómo se dio la idea del reencuentro a lo que T. Matorra nos comenta: "Tengo idea que fue idea de Zélika Tamaño en una charla con Beto, en oportunidad de una celebración, luego se siguieron comunicando con mi hijo José y con Silvina Mac Kay, la hija de Poro; los dos cantan en el Ensamble "Juan Sebastián". Cuando mi hijo me lo comentó, me pareció algo muy lindo, ya que vamos a rememorar una época maravillosa de nuestras vidas y a la vez con la actuación de nuestros hijos que están en una actividad musical buena y elogiable"."La inclinación musical tiene un alto gradode herencia; eso se ve en nuestros descendientesy en nuestros antepasados."·"La idea es cantar con el conjunto, hacer algo de folclore, algo de paraguayo e intercalar con canciones interpretadas por miembros de las tres familias. La inclinación musical tiene un alto grado de herencia, eso se ve en nuestros descendientes y en nuestros antepasados, nos dice Tati Parma, y prosigue: "Yo heredé la voz de mi padre y de la familia Parma. Tenía una tía, Maruca Parma, señora de Juan Antonio Mochi, que tenía una voz preciosa. Nunca se dedicó al canto porque en ese tiempo no era una costumbre para las niñas. Mis ganas de tocar la guitarra nacieron cuando descubrí la guitarra de mi padre, a los 11 años. Él falleció ocho días antes de que yo naciera; mi madre se vino a Gualeguay y vivimos en la casa de la tía Julia, que fue mi segunda madre. Lo que había sido de mi padre estaba guardado en otro lado; a los 11 años me lleva a ver todo eso y descubro la guitarra; a partir de eso me entusiasmo con el canto y la guitarra".Por su parte Tachi Matorra nos comenta sobre sus estudios musicales y grupos de los que formó parte: "Tuve varios profesores, el primero fue el peluquero Gómez que me daba clases en su local, al lado del kiosco Don Carlos; era un músico excelente que tocaba varios instrumentos de cuerda a los "hacía hablar". Después seguí con Marita Surraco. Al tiempo me invitan Roly Morisse, Daniel Solari, Lilo Bustos y Jorge Palma para hacer una orquesta bailable. El que hacía los arreglos era el maestro Madera, con el que terminé haciendo los últimos años de estudio".Lea más en la edición impresa
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