Espacios públicos con historia
Estación del Ferrocarril
En 1887 se sancionó la ley que autorizaba la construcción del ramal Gualeguay- Rosario del Tala. La noticia del comienzo de la obra conmocionó la ciudad y su zona de influencia. El ramal abría nuevos horizontes para la actividad agropecuaria, comercial e industrial.
En 1887 se sancionó la ley que autorizaba la construcción del ramal Gualeguay- Rosario del Tala. La noticia del comienzo de la obra conmocionó la ciudad y su zona de influencia. El ramal abría nuevos horizontes para la actividad agropecuaria, comercial e industrial.
El 21 de julio de 1888 quedaban inaugurados los trabajos en Gualeguay, arribando dos ingenieros desde Buenos Aires para dirigir las tareas. El tendido de los rieles se hizo con celeridad trabajando en la obra alrededor de 700 obreros. La primera locomotora llegó a la ciudad por esa vía el 23 de noviembre de 1890. La jornada estuvo revestida de una gran emoción. En medio del estruendo de las bombas y los acordes de la banda, la locomotora N°14 anunció su llegada con un silbato por demás bullicioso, precediendo el arribo de la N°13, que arrastraba un convoy de tres coches de primera clase y un furgón. Los trenes, especialmente adornados, traían a vecinos de Rosario del Tala, quienes fueron invitados a un banquete ofrecido en el amplio depósito de la flamante estación -frente al andén- donde se tendió una amplia mesa. A los postres hablaron: Guillermo Milne, Lucio Demarchi, Juan Chiama, Antonio Medina, Fermín Pensotti, Celestino Marcó, el Sr. Küller y José M. Cabral. Terminado el banquete el Sr. Milne invitó a los presentes a recorrer, hasta Las Colas, un tramo de ramal. Uno de los Ingenieros participantes en el trazado fue el Ing. Küller. El 29 de enero de 1891 fue librado al público el servicio.
Paralelamente a esto, Gualeguay conservaba la vieja estación de calle 3 de Febrero, hacia donde se dirigían los pasajeros que tenían como destino Puerto Ruiz.
En la década de 1920, la vieja estación del ferrocarril Gualeguay-Tala, como se la conocía, trajo aparejado el adelanto para toda la zona adyacente y de los vecinos afincados sobre la calle Belgrano, conocida por entonces como Ayacucho. Antes, todo ese sector, incluso dentro del radio urbano que enmarca la Avenida Illia, era ocupado por chacras, algunas de las cuales se convirtieron, en los años sucesivos, en sedes de los más tradicionales clubes deportivos de la ciudad.
La Estación del Ferrocarril Gral. Urquiza tuvo utilidad durante casi una centuria. Primero se vio privada de recibir trenes de pasajeros; quienes debían abordar en Estación Carbó y, por último, fue totalmente desafectada del servicio.
Había sido testigo de la llegada de importantes personalidades del ámbito político, cultural y deportivo de Gualeguay como los ex Presidentes Yrigoyen y Alvear; el candidato a Vicepresidente y después Presidente de la República Ramón S. Castillo; compañías de teatro y operetas -la de los Hnos. Podestá, por ejemplo-; el Prof. Pablo A. Pizzurno; el nadador Olindo Riquelme y tantos otros.
En 1966, con motivo de cumplirse el Centenario del Ferrocarril Primer Entrerriano,
se erigió un templete en el que se colocó una de las locomotoras que
cumplieron el trayecto Gualeguay-Puerto Ruiz, a modo de homenaje hacia la auténtica “Solís”, primitivamente llamada “La Gualeguay”, cuyo destino se desconoce.
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Palacio de Tribunales- Patrimonio Arquitectónico
Año de construcción: 1908. Autor del diseño: Se puede presumir que el diseño fue realizado en Dirección de Arquitectura de la Provincia o su antecesora.
Año de restauración: 2000 a cargo de la Arquitecta Sara Osinaga Grané
Reseña Histórica
Cuando Tomás de Rocamora planifica la fundación de Gualeguay, el predio en el que se levanta el llamado Palacio de Tribunales correspondía a la residencia del Comandante y al Correo.
El primer Juez de Gualeguay, don Eusebio Duportal, fue nombrado por el General Justo José de Urquiza, en su carácter de Presidente de la Confederación Argentina, por decreto del 29 de agosto de 1855. El Juzgado de Primera Instancia para lo Civil y Criminal -tal como lo denomina la referida norma- extendía su jurisdicción a los vecinos departamentos de Nogoyá y Victoria.
Para que fuese posible la instalación del Juzgado en el viejo edificio de Jefatura de Policía, en junio de 1878, la Municipalidad debió desalojar las dependencias que allí ocupaba. Algunas décadas más tarde, ante las crecientes demandas de la población y al permitirlo el erario público, es encarada la construcción de las oficinas judiciales en Gualeguay. La obra se realizó a pocos años de la sanción de leyes tales como la Orgánica judicial y la Carcelaria de 1904, después de la reforma constitucional de 1903 en la Provincia.
No ha sido posible establecer con precisión la fecha exacta de la inauguración de los Tribunales, pero es razonable ubicarla en 1908. En noviembre de ese año fue aceptada la propuesta de los Sres. Herminio y Aristodemo Zamboni para llevar a cabo obras complementarias en el edificio. Durante cierto tiempo funcionaron también aquí
las dependencias del Registro Civil y Capacidad de las Personas.
En un predio de un cuarto de manzana se levanta este edificio de planta baja y primer piso, de sobrio diseño. Sobre la calle Monte Caseros está la entrada principal destacada por un balcón con balaústres en el primer piso y un frontón curvo en el remate superior. Dos pilastras flanquean la entrada y, arriba, alrededor de la abertura del balcón, algunos adornos entre geométricos y neoclásicos jerarquizan el frente. Una balaustrada corona el resto de la fachada.
Tiene una entrada secundaria por la calle Rocamora, y otra por el extremo norte de la fachada principal. Adornan las ventanas del primer piso pequeñas columnas adosadas, que sostienen frisos y arcos con elegantes decoraciones. En la planta baja el planteo es más mesurado, pero con similares decoraciones, resultando un edificio de líneas distinguidas, algo más afrancesado que el común de las obras academicistas en Gualeguay.
Traspuesta la entrada con su escalinata, el interior presenta, en la parte central, un balconeo en rotonda octogonal que permite la comunicación visual entre los dos niveles y, al fondo, una escalera que en el rellano se divide a izquierda y derecha. A partir de esta zona, un amplio pasillo se desarrolla a ambos lados en sentido transversal, dando acceso a las oficinas. Atrás, un patio permite la entrada de luz a la escalera y a las habitaciones que dan al contrafrente.
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Plaza San Martin
El predio quedaba en los confines de lo que era la zona urbanizada de Gualeguay, hasta mediados del siglo XIX. Cuando se construye la Capilla San José en 1869, se vio la posibilidad de transformarlo en una plaza. Comenzaron por llamarla Plaza Nueva o San José. En la intendencia de Pedro Eseyza -durante 1879- se formó una
subcomisión de vecinos para mejorarla. Se plantaron árboles y fue
tendido un alambrado en su perímetro, para evitar que vacas y caballos pastasen en ella.
Con motivo de cumplirse los cuatro siglos de la llegada de Cristóbal Colón al continente americano, la Plaza recibió el nombre del famoso navegante. Perduraría con esta denominación hasta las primeras décadas del siglo XX.
En 1910, al celebrarse el Centenario de la Revolución de Mayo, se decidió levantar un monumento en memoria del Libertador Gral. José de San Martín. Para esto, la Comisión encargada del homenaje, presidida por el Dr. Leopoldo Monzón, había elegido el centro de la manzana noroeste de la Plaza Constitución. El Concejo Deliberante
adoptó el criterio -que finalmente primó- de emplazar el monumento en el centro de la Plaza Colón.
La estatua fue donada por el Gobierno Nacional. La Comisión Pro-Centenario encargó en la Capital Federal un boceto para el pedestal, que comprendiese sólo la obra de mampostería, dejándose el revestimiento para más adelante. Los cimientos comenzaron a cavarse el día 4 de mayo de 1910 y veinte días después el monumento estaba listo para ser descubierto. La ceremonia tuvo lugar el 25, oportunidad en la que pronunciaron discursos Leopoldo Monzón, el Intendente Miguel Barroetaveña, Omer Tarozzi y César R. Castro. El revestimiento del pedestal de la estatua ecuestre demoró en realizarse, debido a la escasez de recursos públicos.
En el barrio en que la Plaza está ubicada existieron locales en los que hubo, reiteradas veces, corridas de toros. En 1918 se levantó el cerco perimetral y fue repuesta su arboleda. También se instalaron aparatos gimnásticos de toda especie para la formación de un parque escolar. Este parque, al que se llamó San Martín, fue inaugurado el 1 de enero de 1919. Este fue el principal motivo por el que los vecinos comenzaron a denominar San Martín a toda la Plaza. En 1941 fueron reemplazados los viejos paraísos por nuevos ejemplares y se hicieron arreglos en sus jardines.
Los actos evocativos del Gral. San Martín se llevan a cabo, año tras año, frente al monumento que lo recuerda. Cuando se cumplió el centenario de su fallecimiento, el pueblo de Gualeguay tributó allí numerosos homenajes. A fines de abril de 1962, el Intendente Municipal Juan Alberto Legna inauguró la rotonda pavimentada en torno a la
estatua del Padre de la Patria. Su habilitación, con el consiguiente corte de norte a sur de la Plaza, fue muy discutida por la ciudadanía. Por la misma época se instaló un moderno sistema de iluminación en las cuatro manzanas; la primera etapa del alumbrado a gas de mercurio en Gualeguay. Otros monumentos de la Plaza San Martín están dedicados a la Madre donado por la Liga de Madres de Familia (18-10-1959), a José Gervasio Artigas (8-10-1981), a los héroes de Malvinas (02-04-1991) y a Bruno Alarcón -el tambor de San Martín- (17-08-1997).
La superficie del terreno y la altura de su población arbórea es armoniosa, espacio que, a la vez, sirve de marco adecuado para el lucimiento del Asilo y Colegio con sus dos cuerpos simétricos de edificación escoltando a la iglesia San José. También posee una fuente que fuera diseñada por el Arq. Eduardo Echegaray, con juegos de luces y de chorros de agua.
Estatua ecuestre del Gral. San Martín
El pedestal está bien proporcionado con respecto a la escultura, pues alcanza la altura necesaria de acuerdo proporciones de la obra. Además de numerosas placas, el pedestal detenta un delicado adorno de bronce en la corona de rosas en cuyo lazo se lee: “Los Italianos de Gualeguay al General San Martín”.
Fuente: “Espacios Públicos con Historia”
N. Rampoldi- C. Piaggio- D. Gabriel-P. Míguez Iñarra