Por Diego Larrosa De Zan (Divulgador científico)
Etanolamina en el espacio exterior
Una noticia fascinante y a la vez increíble, este año, y luego de varios estudios rigurosos, es que se ha confirmado la presencia de Etanolamina en el espacio.
¿Qué es la Etanolamina? ¿Qué función cumple en los seres vivos?
La etanolamina (HO-CH2-CH2-NH2) forma parte de los fosfolípidos (son un tipo de lípidos saponificables que componen las membranas celulares). Es decir que nos hemos topado con una molécula fundamental para la vida. El descubrimiento de esta importante molécula prebiótica se ha producido concretamente en la nube molecular G+0.693-0.027, situada cerca del centro de nuestra galaxia, utilizando para ello el radiotelescopio IRAM de 30 metros de diámetro de Pico Veleta (Granada) y el de 40 metros del Observatorio de Yebes (Guadalajara).
"Sabemos que un amplio repertorio de moléculas prebióticas podría haber llegado a la Tierra primitiva a través del bombardeo de cometas y meteoritos", señala Izaskun Jiménez-Serra, investigadora del CAB y coautora del estudio y añade, "estimamos que alrededor de mil billones de litros de etanolamina podrían haber sido transferidos a la Tierra primitiva a través de impactos meteoríticos.
La búsqueda en el medio interestelar de moléculas precursoras de la química prebiótica continuará en los próximos años. "Gracias a la mejora de la sensibilidad de los radiotelescopios actuales y los de próxima generación, seremos capaces de detectar en el espacio moléculas cada vez más complejas y que pudieron dar lugar a los tres componentes moleculares básicos de la vida: los lípidos (que forman las membranas), los ácidos nucleicos ARN y ADN (que contienen y transmiten la información genética), y las proteínas (que se encargan de la actividad metabólica)", señala Rivilla, que concluye: "Comprender cómo se forman estas semillas prebióticas en el espacio podría ser clave para entender el origen de la vida".
Los experimentos que simulan las condiciones químicas en la Tierra primitiva confirman que la etanolamina podría haber colaborado en la producción de los fosfolípidos más simples en esas épocas tempranas de nuestro planeta. Posiblemente sea la respuesta a la gran pregunta ¿de dónde venimos?