Gualeguay te quiero verde
Flora autóctona hoy: Aspidosperma quebracho-blanco
Espacio destinado a la difusión y a la concientización de la importancia de conocer nuestra flora. Aportes de Ramón Velázquez
Aspidosperma quebracho-blanco Schlecht es un árbol característico de la provincia fitogeográfica chaqueña, encontrándose también en el monte y en la Mesopotamia. En la provincia de Entre Ríos lo encontramos en el Departamento San José de Feliciano según el mapa de eco -regiones -biodiversidad y áreas protegidas.
Es una especie forestal, su madera pesada posee múltiples aplicaciones y su corteza contiene sustancias alucinógenas y 26 alcaloides identificados, por lo que en otros países se comercializa como medicinal. La madera es de calidad suprema; se emplea para fabricar postes, varillas, ruedas, durmientes, vigas, entre otros; también se lo utiliza como carbón y leña.
Características morfológicas:
El quebracho-blanco es un árbol grande, cuyos ejemplares adultos llegan a los 20 metros de altura y entre 0,8 a 1 metro de diámetro de tronco.
Su tronco, esbelto y recto, posee corteza rugosa, gruesa y resquebrajada, de color castaño ocráceo característico de la especie, presenta ramitas jóvenes por lo común péndulas.
Su madera es pesada, amarillo-rosada o amarillenta, textura fina, homogénea y de veteado suave.
Las hojas son persistentes simples, elípticas lanceoladas, brevemente pecioladas, cuneadas en la base, con nervadura central notable, coriáceas, espinesce
ntes y punzantes en el ápice, dispuestas en verticilos de a tres o, a veces, dos opuestas. Las flores están dispuestas en inflorescencias cimosas, axilares y terminales, hermafroditas, de color blanco amarillento, perfumadas, de entre 8 y 10 cm de largo.
El fruto es un folículo leñoso bivalvo, dehiscente, de color verde grisáceo y de 7 a 12 cm de largo. Las semillas, numerosas, suborbiculares, de diámetro entre 5 y 7 cm, fuertemente comprimidas, presentan un delgado tegumento que se prolonga en forma de ala membranosa.
Fenología del cultivo:
El quebracho-blanco es una especie tardío sucesional y que requiere de mecanismos de facilitación para instalarse. Posee capacidad de formar yemas adventicias. En estado de plántula se caracteriza por poseer una relación raíz-tallo elevada y mayor velocidad de crecimiento radical comparado con el tallo. Florece en primavera y fructifica en verano, los frutos permanecen en el árbol hasta el año siguiente y es común observar ramas con flores y frutos del año anterior.
Requerimientos del cultivo:
Aspidosperma quebracho-blanco crece con vigor sobre texturas arenosas, francas o arcillosas; tolera suelos con cierto tenor salino, pero no soporta anegamiento. En cuanto a sus necesidades lumínicas es medianamente exigente, puede situarse en un lugar con
semisombra o con exposición directa al sol indistintamente. Es adecuado para zonas de escasa precipitación pluvial y donde hay mucha sequedad de ambiente.
Manejo del cultivo:
Diversos factores influyen en la producción de plantines de calidad en esta especie, entre ellos la semilla y el método de cultivo (sustrato, envase, riego, localización del cultivo, fertilización, etc.). Los aspectos más importantes que se deben considerar son: la producción de semillas, el uso de sustratos, la fertilización biológica, el tipo de envases. El desempeño a largo plazo de una plantación depende de la calidad de los plantines en el momento del establecimiento. El empleo de plantas de calidad, asegura en mayor medida el éxito de las plantaciones o reforestaciones. En general, las plantas cultivadas en envases de mayor volumen suelen tener mejor arraigo en plantaciones mediterráneas que las de volúmenes más pequeños. Las semillas se sembrarán en almácigo en canteros de aproximadamente un metro de ancho y el largo en relación con el número de semillas que se han de sembrar; por ejemplo para 800 árboles bastará un metro de largo. Además le convendrá elegir las semillas de aquellos frutos que estén en ramas bien iluminadas por el sol, que generalmente son más grandes y mejor formados.
La siembra se puede realizar al voleo o ubicando las semillas en surquitos distanciados unos 5 a 8 cm. entre sí, cubriéndolas uniformemente con una capa de tierra bien tamizada de pocos milímetros de espesor, más bien suelta, arenosa. Previo a la siembra convendrá haber realizado un riego. Cuando las plántulas alcancen unos 10 cm se las repicará a envases o macetas o a un vivero de cría, según el número, hasta el momento en que sean llevados al lugar definitivo.