¡Bienvenidos a la segunda temporada de Retratos Íntimos!
Gabriela Matteucci, Directora General de SiSi y referente cultural de nuestro carnaval.
Mucha gente no sabe que no soy de Gualeguay o que no nací acá. Mis padres son de la provincia de Buenos Aires. No obstante, papá por 2 temas vino a vivir a Entre Ríos. Uno era laboral, él era martillero de hacienda y le gustaba, valga la redundancia, martillar y le salió un trabajo en Gualeguay. El otro punto era que amaba Entre Ríos, nunca entendí por qué porque no tenemos ningún pariente. Mi abuelo sí vino un tiempo y se estableció en Villaguay por otros motivos también, pero no era de allí. Nosotros fuimos a Villaguay a vivir y estuvimos un tiempo en aquella ciudad. Mis hermanos, yo tengo una diferencia de edad importante con ellos, habían nacido en la provincia de Buenos Aires. En ese sentido, papá vino a vivir a Entre Ríos enamorado de este lugar y de todo lo que fuera esta provincia. Me acuerdo que siempre decía, que mi mamá también lo contaba, que él quería tener un hijo entrerriano. Y ahí fue donde yo aparecía en escena, nací en Villaguay. Tuvimos una relación hermosa y siempre estuvo contento con tener una hija entrerriana porque admiraba mucho esta provincia. Después por tema laboral vino a trabajar a Gualeguay cuando yo tenía 3 años así que yo no tengo mucho recuerdo de Villaguay. De todas formas, sí tuve el honor hace un tiempo de que me llamó el Intendente de Villaguay debido a que me dijo que quería hacer un homenaje a la comparsa y a mi persona ya que ellos hacen homenajes a la gente que es de Villaguay y ha hecho algo importante.
De mi infancia en Gualeguay lo primero que recuerdo es que alquilábamos una casa que era cerca del parque, que era muy chiquita, y que enseguida nos mudamos a donde pasé más tiempo que fue en la casa en la esquina de la municipalidad. Recuerdo también la Escuela Normal que fue donde hice toda la escuela primaria y jardín. Posteriormente hice el secundario en el Instituto San José. Del colegio tengo los mejores recuerdos, lo amo por todo lo que fue para mí como alumna. Yo estuve en la época en que estaban las hermanas, que todavía había hermanas de San José. Me acuerdo mucho del día que me recibí porque lloraba ya que no me quería ir, eso lo recuerdo mucho. Fue mi segunda casa. Me costó mucho tiempo volver al colegio hasta que obtuve horas de historia y de ética. De esa manera, pude trabajar hasta el día que me jubilé por suerte. De hecho mis hijas también fueron al colegio. Te repito, amo el colegio y extraño mucho su olor. Como yo digo siempre, a mí me pasa que los lugares tienen un olor particular y el colegio sigue teniendo el mismo olor. Hace poco fui por una cuestión de la campaña política a hablar con los alumnos y entré y sentí eso. Esa energía.
Para mí los pueblos que no respetan y no conocen su historia no tienen porvenir, así de simple. Hay respetar y cuidar aquello que fue importante, por ejemplo, para Gualeguay. De hecho, ahora estoy en una cruzada por el cementerio. Muchos se decidirán: “¿por qué el cementerio?”. Me parece que es fundamental respetar y cuidar a la gente que hizo grande a Gualeguay. Si no respetas y cuidas eso es imposible que tengas un muy buen porvenir.
Cuando estaba estudiando el profesorado de Historia en Gualeguaychú, la profesora que nos dio la tesis dijo que cada uno iba a ser la tesis de su pueblo o de algo de allí. Cuando ella me propone el cementerio, es como que uno no piensa en ese espacio como museo sino que lo entiende como el lugar donde van a descansar nuestros difuntos. Ella me explicó que si yo me ponía a investigar iba a descubrir que nuestro cementerio había sido el segundo después del de la Recoleta en materia escultórica y arquitectónica. Yo creo que a la gente le ocurre eso con el cementerio porque, lógico, uno no va en situaciones gratas por lo general. Sin embargo, si uno se toma un rato y lo visita y lo ve como museo, encuentra toda la historia de Gualeguay ahí mismo y es hermoso encontrarla. De hecho, por ejemplo, ahí está Francisco Barroetaveña que junto a Alem hicieron la Unión Cívica de la Juventud, que después fue la Unión Cívica Radical, mirá si será importante.
Mi personalidad predilecta allí presente es Carlos Cassafousth. Yo tuve la suerte de que cuando se enteró que yo estaba haciendo este trabajo, un familiar de él, amigo de mi papá, me trajera todo lo que tenía sobre él para yo poder investigar su vida. Carlos Cassafousth fue aquel señor que todo el mundo conoce como el que hizo el dique San Roque, pero lo que pasa es que cuando a él se le ocurrió hacer ese dique la gente todavía no tenía la mentalidad preparada para ello y decían que era una obra peligrosa para todo Córdoba y un montón de cosas más que están en mi trabajo. Debido a esto, él soportó la cárcel. Hoy en día, el dique sigue estando. Fue un personaje muy pintoresco porque, por ejemplo, él estudió con Eiffel, el de la torre. Para mí es un personaje apasionante por todo lo que pasó en su vida, murió acá en Gualeguay muy pobre. Actualmente, estoy trabajando por eso también, porque creo que nuestro cementerio tiene que tener como todo museo la reseña histórica, porque si bien se hacen visitas de vez en cuando también es bueno que vos vayas y que si querés leer algo lo puedas hacer, que esté todo señalizado y que diga acá está Cassafousth, por ejemplo. Para que sea más didáctica la cosa.
Cuando salió SiSi yo estaba estudiando Historia en Gualeguaychú y también terminando mi profesorado de danza. Por una cuestión de que yo había sido alumna acá en Gualeguay de Monona Ojeda, obviamente simpaticé más con SiSi, digo porque estaba esto de la competencia entre SiSi y Macumba.
El primer año que vi a SiSi, y como muchas cosas que me pasan en la vida, nunca pensé que yo iba a hacer la Directora. Cuando Monona queda embarazada, tiene su hija y demás, un día que vengo a Gualeguay me llaman a una reunión. Voy a la casa de Roberto Sciutto, el diseñador, y estaba toda la comisión. Allí me dijeron que necesitaban una Directora y que habían pensado en mí porque yo era profesora de danza y me daba el perfil. En ese momento yo tenía 19 años, iba a cumplir 20. La verdad que era demasiada responsabilidad, eso me parece ahora cuando lo pienso. Tenía muchos frentes abiertos que me complicaban para aceptar la propuesta. Bueno, me fui y cuando vuelvo a venir a Gualeguay, Pelusa Sciutto, que era la señora de Roberto y que maquillaba a las chicas en la comparsa, trabajaba con mi mamá en la Cruz Roja en la comisión. Entonces aprovechó y le dijo que me tenían que convencer. Así que bueno, fui a otra reunión y dije que sí.
Mis hijas son todo. Tengo la suerte de que mis hijas han vivido hasta hace poco conmigo, lo cual habla de que somos muy unidas. Siempre digo que son lo mejor que hice en mi vida. Lo único que tengo para reprocharles que se los vivo reprochando así que lo puedo decir públicamente es que quiero que tengan un niño o una niña porque yo quiero ser abuela hace rato (risas). Soy una mamá muy presente todo el tiempo. Pero creo, habría que hablarlo con ellas, que no soy absorbente O sea siempre nos respetamos y por eso pudimos vivir juntas siempre. Ahora bueno, es lógico y la ley de la vida y obviamente cada una está con sus proyectos y su pareja y me parece bárbaro, pero somos las 3 un equipo lindo, formamos un equipo muy bueno.
A los integrantes de SiSi les diría “Gracias”. Gracias primero por aguantarme que no es poca cosa (risas), segundo por entender que una persona tan grande pueda llevar adelante la comparsa con ellos y con todos los colaboradores porque son, gracias a Dios, muchos. Después la otra palabra que les diría es “Adelante”. Y, también, la palabra que yo siempre digo en la comparsa y que todos me cargan porque cuando nos estamos por ir del lugar donde nos cambiamos, donde hacemos la previa al corsódromo, ellos dicen que siempre grito “Vamos” muy fuerte para apurarlos a todos ya que son muchos y el galpón es grande. Entonces cuando Matteucci empieza a gritar “¡Vamos!”, ellos dicen que ya saben que todos tenemos que salir debido a que saben que estamos con el tiempo justo. Asimismo, “Vamos” significa que hay mucho por hacer y que se puede hacer mucho, claro. Y que la próxima SiSi puede ser mejor que la anterior pero no para el hecho de solamente el premio, es el hecho de poder estar en la calle, de poder presentarte, de poder pasar a interpretar un tema, de que podés interactuar con la gente que te recibe con ese aplauso que tanto agradecemos porque para nosotros es tan emocionante. De hecho, cuando finaliza la primer noche siempre lloramos, no sé si es porque estamos extenuados del cansancio o porque es como parirla. Es parir la comparsa esa noche en el sentido que es todo lo que vos te imaginaste en un boceto, lo que craneaste todo el año. Vos no sabes hasta que no lo ves ahí si eso va a salir, no importa ya lo que diga el jurado, lo que diga la gente, es como vos querías que saliera, como vos te imaginas un montón de cosas. Después lo ves que sale como querías y es un placer porque trabajamos mucho para eso. Y cuando eso sucede y ves que la gente está allá y que las personas aprueban es como un canto de sirenas. Creo que es lo que siente cualquier persona que trabaja mucho por algo y se le da. Nosotros tenemos esa posibilidad y ahí nos abrazamos todos y lloramos porque decimos: “lo logramos”.