Octubre: mes de concientización sobre la lucha contra el cáncer de mama
Gisela Álvarez “Se me cayó el pelo, pero no la sonrisa”
El mes de Octubre fue establecido por la Organización Mundial de la Salud como el “Mes de concientización sobre Cáncer de Mama". En este marco, a nivel mundial es un mes que apunta a concientizar sobre las formas de detección de este cáncer, los tratamientos y demás cuestiones afines.
Ante esto fueron muchas las actividades que se realizaron en torno a esta fecha en nuestra ciudad. Una de las cuales tuvo lugar el pasado domingo con una caminata organizada por “Guerreras y Solidarias”, un grupo de mujeres de nuestra ciudad que confecciona turbantes para pacientes oncológicos, tanto hombres, como niños y mujeres.
Gisela Álvarez forma parte de “Guerreras y Solidarias” y también fue diagnosticada con cáncer de mama hace 3 años y 5 meses. Con ella dialogamos para que nos cuente su experiencia con éste diagnóstico y la forma en que con su “granito de arena”, ayuda a otras personas que transitan la enfermedad.
Gisela es Instrumentadora quirúrgica y se dedica al comercio, tiene un local de ropa " Feria Las Fulanas" y nos cuenta que “Todo empezó en un día común, estaba por ducharme y me note una diferencia pequeña, pero diferencia al fin, entre una mama y la otra, me palpe note un bulto pequeño, duro, sin dolor”
Y continuaba “Por tal motivo decidí enseguida acudir a mi ginecóloga, la Dra. Sabrina Escobar, quien de manera inmediata me envió a realizarme una mamografía y una ecografía y al obtener ambos resultados decidió pedirme una punción”
Asimismo, Gisela agregaba “Me realice dicho procedimiento en Paraná y debo reconocer que todo era nuevo, fue dolorosa la práctica pero ya mi cabeza resonaba que algo no andaba bien, siempre sin perder la fe. A los 10 días la clínica me llama y me da el resultado, no era necesario ser médico para entenderlo, enseguida llamé a Sabrina y pude hablar solo un minuto con ella, hasta que no pude ms y le pase el teléfono a mi esposo, porque fue ahí donde mi vida pasó a ser otra”
“En ese momento, me sentí aturdida, en llanto, desgarrada, vacía, descompuesta y un montón de cosas que resumen dolor y angustia. Parte de mi familia reside en Gualeguaychú, acá tengo a amigos, mi esposo e hijos quienes fueron ellos lo que me sostuvieron en primer momento”, nos comentaba Gisela.
Prosiguiendo “Al otro día después de haber llorado mucho, dije el tiempo corre y debo empezar, así que nos juntamos con unos amigos que nos ayudaron a pensar y reorganizarnos en cuanto a donde ir a hacer las primeras interconsultas. Finalmente opte por el Dr. Badano de Paraná, pedí u turno y comencé con el escaneo de estudios previos al tratamiento”
Gisela comenzó a realizarse cuatro Quimoterapias fuertes que la dejaban alrededor de cinco días en cama sin beber, ni comer nada, luego fue sometida a una cirugía, en la cual le realizaron una cuadrantectomia ya que el tumor se redujo. Post operación realizo doce nuevas sesiones de quimioterapia semanales y para finalizar treinta y tres sesiones de rayos.
Continuando con su historia de lucha, Gisela afirma que “Se me cayó el pelo, pero no la sonrisa. Por eso digo siempre a todos que lo asimilen, sonrían, llamen a la enfermedad por su nombre, no sientan pánico, déjense ayudar, todo pasa, todo sana”
Y ante esto explica que actualmente debe someterse nuevamente a quimioterapias, “Hoy comencé nuevamente con quimioterapia cada 21 días, porque el tratamiento hormonal, vía pastillas que estaba realizando falló, lo cual originó un tumor en el hígado es por eso que lo estamos controlando con nuevas medicaciones”
Cerca del final expresa “Nunca debemos sentirnos responsable de la enfermedad, pero sí saber que, en cierta medida, el éxito del tratamiento depende mucho de la manera en que una lo afronta. Por eso para adoptar una actitud positiva se puede acudir a grupos de autoayuda que casualmente lo estamos empezando a armar junto con Ileana del Cic1 y Patricia Zair de Guerreras y Solidarias, pronto van a tener noticias”
“Siempre bueno compartir nuestros sentimientos y emociones con quienes están más cerca: hablar con la familia, los amigos, para aliviar el estrés que provoca el diagnóstico, es conveniente no dejar que la enfermedad se convierta en el centro de tu vida y combinar trabajo y ocio para obtener tranquilidad y placer. Y por sobre todo ocuparse. Siempre en mi vida de lo malo rescato lo bueno, en este caso aprendí mucho, es más lo que me dejo que lo que me Quito. Me dejó un coraje y un sentido del valor de la Vida que no tenía antes de enfermarme, desarrollo mi capacidad de ser feliz, me dio empatía con el dolor y a vivir el día a día como si fuera el último”, finaliza.