Bullying
Jimena Etchebest (piscóloga): “El bullying es uno de los indicadores principales del aumento de suicidios en adolescentes”
Cada 10 de septiembre, desde hace más de veinte años se conmemora el Día Mundial de la Prevención del Suicidio. La fecha fue establecida en 2003 por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP) y avalado por la OMS con el objetivo de que las naciones del mundo implementen y promuevan acciones para la prevención del suicidio. El lema de este año “Cambiar la narrativa”, busca eliminar barreras como el estigma, aumentar la conciencia y fomentar una cultura de comprensión y apoyo para prevenir el suicidio. En ese sentido quisimos dialogar con una profesional para que nos ayude a comprender y a brindar información.
Jimena Etchebest es Licenciada en Psicología, tiene formación en psicoterapia cognitiva conductual, y si bien se dedica a la psicología forense, también trabaja en la clínica en consultorio particular. Le pedimos que nos diga por qué es importante hablar de esto: “Es un tema que es fundamental y sumamente importante para lo que es la psicología. Lamentablemente debemos reconocer que Entre Ríos es una provincia con una tasa muy alta de suicidio en adolescentes, jóvenes y adultos sobre todo. No estamos exentos de esta situación. Es muy importante hablar y también que haya un mes de concientización y de prevención para esta conducta. Históricamente fue tabú y hoy en día podemos hablar mucho más. Hablar del suicidio no quiere decir que estemos incitando, ni que hagamos apologías, sino sobre todo estamos informando sobre qué causas o qué consecuencias puede tener esta situación particular”, comenzó.
“Hablar con los adolescentes”
Este tema debe ser encarado desde la más temprana edad: “Hay suicidio en niños y en adolescentes. El bullying hoy en día es uno de los indicadores principales del aumento en suicidios en adolescentes de 12 a 18 años, por eso es tan importante abordar tanto la temática del bullying como la del suicidio. Hay gente que con los jóvenes no se anima a hablar del suicidio porque piensa que les va a dar ideas, pero la adolescencia es la etapa evolutiva en la que más se fantasea con esta idea del suicidio, del desaparecer, del dejar de existir. Entonces es cuanto más tenemos que hablar con los adolescentes respecto de esto a calzón quitado, sin miedo y con la información precisa y consultar con alguien si es necesario. En niños es difícil de detectar el suicidio, pero la asociación de pediatría habla de conductas de descuidado de los propios niños y entonces entre la falta de madurez emocional del niño y una situación de un contexto muy desfavorable, que no tiene que ver solamente con lo sociocultural, a veces los niños toman esta decisión sin querer, digamos, o sin ser muy conscientes de lo que están haciendo y se comete suicidio en la niñez. Es tremendo, es gravísimo y es muy difícil de detectar. No hay una tasa de índice de suicidio en niños pero sí hay casos aislados que, sobretodo, los pediatras detectan a posteriori”, explicó.
Desmitificar la depresión
Etchebest indica los caminos que conducen a esta tragedia: “Por lo general cuando una persona toma esta drástica decisión de quitarse la vida, ha estado transitando por un proceso de depresión mayor, profunda, quizás de larga data. Después podemos hablar de trastornos bipolares con alto índice de ideación suicida y de cometer suicidio. Podemos hablar de trastornos de esquizofrenia también, trastornos graves de la personalidad, en donde quizás por una interpretación errónea de la realidad el paciente en un brote psicótico puede malinterpretar lo que está viviendo, propio de una alucinación y demás, y conducir a una conducta suicida. También existen otro tipo de psicopatologías un poco más complejas, digamos, y difíciles de diagnosticar, pero que lleven a conductas de descuidado permanente y de ponerse permanentemente en peligro la persona, hasta lograr cometer un suicidio que no es el de tomar la decisión y la acción propiamente, sino la de provocar estar en una situación de peligro para que ésta se suscite, digamos, en un suicidio”. Luego fue más específica con la depresión: “La depresión y la ansiedad actualmente están bastante ligadas, intrínsecamente te diría. Hay depresiones ansiosas, entonces sumado a estos sentimientos de desesperanza que hablábamos al principio, hay una ansiedad por terminar con esos sentimientos de desesperanza, entonces uno empieza a buscar estas alternativas. Siempre cuando hablamos de depresión tenemos que sacarnos de la cabeza a la persona que está tirada sola en la cama y no se puede mover, hay mucha gente deprimida que funciona, digamos, en sus roles más comunes de trabajo y demás, pero que por dentro, internamente, llevan un proceso depresivo muy complejo. Hay una campaña internacional, que muestra a dos hombres que están en una tribuna, y a simple vista parece que uno está deprimido y en realidad esa es la persona que está intentando ayudar al otro. El otro está más eufórico y después en la última imagen la persona que estaba eufórica no aparece porque es quien tomó la decisión de suicidarse. Entonces tenemos que desmitificar algunas cuestiones donde solamente el que se deprime se va a suicidar. Esto no es así, no es regla. Como también eso de que el que lo anuncia no lo hace. También es un mito que quedó totalmente desestimado, hay personas que lo anuncian y lo hacen y hay personas que no lo anuncian y lo hacen igual. No hay una regla universal”, explicó.
El componente externo y la época
Quisimos saber si las épocas difíciles pueden actuar como agravantes de situaciones de base: “Las psicopatologías tienen un componente de base que puede ser heredado, adquirido, desarrollado a lo largo de mucho tiempo. Como cuando los médicos hablan de un virus que se va incubando. Hay cosas que se van gestando a lo largo de la vida, y después hay un componente externo, que puede ser socioeconómico, que detona y gatilla una situación así. Por lo general, cuando la persona está sumida en un proceso de depresión. Lo que más caracteriza a la depresión es la desesperanza, la tristeza, la visión negativa del entorno, de la vida en general, y esto sumado a que en el día a día la persona no logra ver de manera positiva otras alternativas. Entonces empieza a tener una visión sumamente negativa de todo lo que le pasa. La persona está con idea como ‘nada me sale bien, soy un fracaso, no soy útil, eficiente, suficiente’. Esta es la sensación que muchas veces se describe, de no ser suficiente para los demás, para el trabajo, para lo que sea. Empieza a cargar con un sentimiento de culpa muy grande para después empezar a pensar la alternativa o la solución a todos estos problemas y es que yo deje de existir. ¿Y cuáles son los mecanismos? Empieza a idear y a fantasear con esta idea de terminar definitivamente con la vida, y quizás en un proceso mucho más elaborado de ideación suicida, la persona empieza a pensar y probar en algunos casos métodos y mecanismos.
Las pseudociencias y las curaciones mágicas
Para cerrar le preguntamos si le preocupa la proliferación de ejercicios ilegales de la medicina que se venden, por ejemplo, en las redes sociales: “Hay que tener muchísimo cuidado con la pseudociencia, y lo que hoy se denominan terapias alternativas. Desde el colegio de psicólogos estamos muy en conocimiento de muchas cosas, y nos vemos en la necesidad y en la obligación, porque es parte de nuestra función como psicólogos en una comunidad como Gualeguay, que es relativamente chica, informar a la población que si uno decide hacer no terapia está fantástico. Por voluntad propia sería bueno que la gente hiciera terapia y lo viera como un espacio donde reflexionar, repensarse y ayudarse a sí mismo, pero si no lo quieren elegir, está también en todo su derecho. Pero no caer en todo tipo de terapias alternativas sin una terapia psicológica o psiquiátrica de base. Hay muchas propuestas y no todo sirve para todo el mundo. Dentro de la psicología nosotros hacemos campañas en que hay terapias alternativas que no están avaladas por la psicología, y son ejercicio ilegal incluso de la medicina. Esto lo hemos consultado con muchos colegas. Seguimos recibiendo de nuestros propios pacientes consultas respecto de si pueden hacer además también otro tipo de terapias. Eso va muy consensuado y muy hablado con el paciente y queda solo a criterio del paciente, de la decisión que quiera tomar. Un psicólogo no va a recomendar nunca hacer una terapia que no esté dentro de lo que avala la psicología o la medicina. Así como cuando uno tiene un problema en el corazón no va a ir a un veterinario, va a ir un médico cardiólogo, y dentro de los cardiólogos incluso va a buscar varias opiniones. Cuando hablamos de los niños también buscamos un pediatra, un neuropediatra, un psicólogo infantil y buscamos una especialidad. Entonces si tenemos esos cuidados con lo que es la medicina, con la psicología tenemos que hacer exactamente lo mismo. Y no alcanza que hablen con frases motivacionales y den mensajes alentadores y todo. No es todo cuestión de ver las cosas y de la voluntad de uno y ver las cosas de la mejor manera posible. Siempre hay una alternativa posible, pero a veces hay que hacer un camino del sufrimiento. A veces uno sufriendo logra salir adelante también y es lo que, por lo general, estas pseudo ciencias tienden como a evitar el sufrimiento, a evitar aquello que nos hace mal. Y no se trata de evitar siempre aquello que nos hace mal, sino de tomar el toro por las astas de eso que nos hace mal y transformarlo de alguna manera. Y eso es un proceso mucho más complejo. La vorágine de la época a veces nos indica que tenemos que salir cada vez más rápido de las situaciones angustiantes y por ahí no es rapidez lo que se tiene que buscar, sino conciencia”, finalizó.
Recursos
El Ministerio de Salud de Entre Ríos cuenta con el Programa Provincial de Prevención del Suicidio. El 0800-777-2100 es la línea telefónica provincial gratuita para la atención de personas en crisis y/o riesgo suicida.