Por Santiago Joaquín García
Juana María Armelín: tu nombre hecho canción
Una de las personas desaparecidas de Gualeguay que se mantiene viva en la memoria de su pueblo en esta fecha tan especial. A cuarenta y ocho años del Golpe de Estado más sangriento de nuestra historia, algunos elegimos no olvidar.
Vivíamos una falsa paz. Teníamos la ingenua esperanza de que algunos debates ya estaban saldados. ¿Quién podía estar de acuerdo con el robo de bebés? ¿Quién podía banalizar la violación a una mujer encapuchada y amordazada? ¿A quién le podía parecer correcto robar propiedades a punta de pistola? ¿A quién le podía parecer una buena gestión económica aquella que destruyó la industria nacional? Sin embargo, estaban agazapados, esperando que el debate público vuelva a habilitar esas discusiones vetustas. Y ese momento llegó.
Esta semana una joven denunció que cuando ingresó a su casa había dos hombres. Fue atada, golpeada, abusada sexualmente, amenazaron con asesinarla y, antes de irse, pintaron en una pared la sigla "VLLC", que refiere a la frase "Viva la libertad carajo". Sin importar la filiación política de estos individuos, lo concreto es que se ha habilitado la violencia desde las más altas esferas del poder. Nuestros propios diputados nacionales, hijos del pueblo de Gualeguay, fueron escrachados por el presidente en las redes sociales por no votar a libro cerrado una Ley enviada por el Poder Ejecutivo. ¿En qué te han convertido democracia, que ya ni te puedo reconocer?
La verdad es hija del tiempo: Juana Armelín
Tenemos un libro en nuestra ciudad que recuerda nombres y vidas de las personas que nos robó la Dictadura. La mayoría de esas personas, jóvenes como es el caso de Juana Armelín. Cito textual:
“Juana María Armelín Tommasi (Juanita) nació el 24 de junio de 1948 en Gualeguay, Entre Ríos. Hija de una familia reconocida en la ciudad. Estudió en el Colegio San José, se graduó en 1965 como Maestra. En 1966 viajó a Famatina, La Rioja, donde se encontraba el cura José Armelín, su hermano. Allí organizó y atendió un jardín de infantes.
En 1967 viajó a La Plata para estudiar el profesorado de matemáticas. Vivió en la casa de su hermana: Emilia Armelín. Interrumpió sus estudios y regresó a Gualeguay. En 1970 regresó a La Plata. Vivió en la localidad de Berisso. Allí conoció a José Ignacio Ríos, con quien formó pareja. Tuvieron dos hijos: Camilo (8 de octubre de 1972) y Pía (4 de octubre de 1972). En estos años inició su militancia política.
Juana Armelín fue detenida en la madrugada del 23 de febrero de 1978 por un grupo de personas armadas pertenecientes a la Policía Federal y al Ejército Argentino en la manzana delimitada por las calles Gutenberg, Navarro, Nazca y Terrada muy cerca de la Estación Francisco Beiró del Ferrocarril Urquiza, en Agronomía (CABA). Vivía con su familia en la calle Navarro 2634. Su esposo logró escapar. Luego fue secuestrado y desaparecido. Camilo y Pía fueron dejados en manos de un vecino. Al día siguiente son retirados por militares. Los chicos fueron alojados en una comisaría y luego trasladados a un orfanato hasta que familiares de Juanita, tras largos trámites, pudieron rescatarlos. Carlos Armelín, hermano de Juana, dio con el paradero de los chicos que estaban en un instituto de menores. Había conseguido una autorización y logró retirarlos. Los chicos vivieron con él durante unos diez días y luego fueron a vivir con Gemma Armelín, hermana de Juanita a la ciudad de la plata.
Juana Armelín estuvo en cautiverio en dos Centros Clandestinos de Detención: El Banco y El Olimpo que dependían operacionalmente del Primer Cuerpo del Ejército. Nada más se supo de ella”.
La voz de su hija
Pía Ríos, hija de Juanita Armelín, escribió el siguiente texto para el mismo libro:
“Cuando tenía casi tres años, una patota al mando de Suárez Mason entró en mi domicilio en Villa del Parque. Allí vivíamos: mi hermano Camili, de 5 años, mi madre Juana Armelín, de 27, mi papá José Ignacio Ríos, de 32 y yo. No tengo recuerdos de ese momento (...) (A mi madre) logran reducirla con una fuerte golpiza y se la llevan. Nosotros, mi hermano y yo, quedamos en manos de unos vecinos; ellos expresaron a los uniformados la intención de que quedemos a su cuidado. Obviamente no accedieron a su pedido. Y a las horas nos sacaron de la vivienda. (…) (Mi tío consigue) una entrevista con Harguindeguy, que podría aportar datos acerca del paradero de mi madre. Pero esta reunión no hizo más que confirmar que no la devolverían; mi padre se había escapado y ella funcionaría como un buen gancho para llegar hasta él. No perdió la oportunidad de aclarar que mi madre estaba metida con la ‘subversión’, y sugirió que tratemos de olvidarla (…) Tres meses después de llevarse a mi madre, detienen a mi padre. Sabemos por diversos testimonios que ambos terminaron en El Banco; mi padre con una bala alojada en la columna vertebral, imposibilitado de caminar (…) A Juana le habían dado la inyección letal, para luego arrojarla al río de La Plata.
Este pequeño relato es lo que sé de mi madre, lo que sé que sucedió con ella. Todo lo que viví para construirlo es lo que me acerco a ella, es lo que me obligó a tenerla presente. Es esto que me mantiene en este pueblo. Lo que no sé, lo que me falta, de seguro está aquí. Porque cada vez que vuelvo a Gualeguay siento que la tengo cerca, que camina junto a mí. Será porque en Gualeguay soy más la hija de Juana que yo misma”.
Su nombre hecho canción
El músico de nuestra ciudad, Juan Martín Caraballo, le dedicó una canción a Juanita Armelín que compartimos a modo de cierre de esta nota. Porque al horror de la ignorancia, a la prepotencia violenta de los que abusan del poder, también se le puede contestar con cultura. Y si la música es el alma de los pueblos, en esta melodía y estos versos, puede que habite parte del legado de Juanita.
¿Cómo empuñar mi guitarra hoy
y tratar de ponerle nombre al horror?
¿Cómo asir la justicia y verdad
desde un pobre canto que huérfano está?
Nace la ausencia en Navarro hoy
y el aire de febrero se parte en dos
Ya no brillara en tu pelo el sol
y lo hará en el río que te acompañó
Juana Armelín, Juana Armelín
tu nombre suena entre treinta mil
y hasta el confín irá tu luz
que es un camino en tu pueblo azul
donde un reloj busca verdad:
hija del tiempo, que va y que va
¿Cómo alzar la mirada hoy
para ver a tus hijos cargar el horror?
El recuerdo de aquella crueldad,
lágrimas en Riglos, llanto y soledad
Ahora y siempre tu lucha al sol
tu ideal de fuego que crece en mi voz
tus hijos caminan Gualeguay
pues son más son tus hijos en esta ciudad
Juana Armelín, Juana Armelín
tu nombre suena entre treinta mil
y hasta el confín irá tu luz
que es un camino en tu pueblo azul
donde un reloj busca verdad:
hija del tiempo, que va y que va
Juana Armelín, Juana Armelín
como otras Juanas te hiciste oir
y hasta el confín irá tu luz
que es un camino en tu pueblo azul
donde un reloj busca verdad
y tu otra hermana, la libertad