La Calesita del Parque volvió a girar
Quien no pasó sus tardes dando vueltas en la calesita del Parque Quintana, esa calesita que vio pasar cientos de risas, sueños, llantos, miedos y alegrías.
Esa calesita que fue participe de la infancia de muchas generaciones de Gualeguay, ese lugar que alberga la inocencia más pura, la felicidad más genuina.
Dicen los que saben, que la calesita fue un invento de los turcos y entrenaban a sus guerreros antes de las Cruzadas. Que los caballeros cristianos embelezados llevaron modelos árabes, sin plataforma, con caballos en vigas, y que giraban propulsados por caballos. Y que las escondían en castillos como un tesoro más.
Muchos años después, en nuestro país, cuando Sarmiento era Presidente de la República instalaron una calesita frente a su casa. El paso del caballo con anteojeras era acompañado con música de un organito.
Agentes del orden fueron a intimar a los propietarios para que mudaran el juego familiar; enterado el mandatario puso el grito en el cielo y les reprochó a los comedidos policías, "me parece hermoso oír la risa de los chicos cerca de la ventana"
Hoy, luego de décadas, la calesita sigue siendo ese lugar de divertimento, de compartir en familia, de conocer nuevos amigos, de formar y estrechar vínculos.
Hoy, en el 2021, la calesita constituye una vuelta por la alegría de los niños que no venció la televisión, los videojuegos ni los teléfonos celulares. Y tampoco vencerá el COVID-19.
Luego de estar casi dos años cerrada por éste virus, nuestra calesita, la del Parque Intendente Quintana, la de Cesar Daniel Albornoz, volvió a abrir sus puertas, se volvió a escuchar la música alegre, se volvió a escuchar la risa de los niños y los gritos desesperados para poder dar una vuelta en ella.
"Volvimos con la calesita después de un largo tiempo frenados por la pandemia. Esto nos frenó un poco a todos y cuando ya se pudo trabajar en espacios abiertos, pude abrir sin problemas", nos contaba con mucho regocijo Cesar.
Además nos contó que "necesite hacerle un poco de pintura porque ya tiene 10 años trabajando y esto como está afuera a la intemperie necesita refacción y mantenimiento. Y se alegró al decir que hasta ahora no he sufrido hechos de vandalismo", pese a los tiempos ingratos que corren.
La calesita del parque, esa que muchos supimos disfrutar volvió a girar el fin de semana pasado, y lo hará todos los viernes, sábados, domingos y feriados.
"El precio tuvimos que aumentarlo un poquito porque los costos son otros, tema de luces y todo eso ha aumentado su valor, por ende tuvimos que aumentar", sostenía Cesar.
Además de la calesita, su dueño se aboco a la tarea de cubrir todas las necesidades que tiene una familia cuando va a pasar un día al parque. Y es por eso que, tiene a la venta golosinas, galletitas y aperitivos para el mate. Como así también apuntalo e instalo un metegol para que los más grandes disfruten mientras los más pequeños giran en la felicidad.