Recuerdo
La Esquina del “Cine Mayo”
Otra de las esquinas que convocan a la juventud de nuestra ciudad es la 9 de julio y 25 de mayo.
Las delicias de la pastelería y la oportunidad de tener un lugar de encuentro son una oportunidad especial para la juventud. A su vez, una gran cantidad de locales comerciales se están remodelando a lo largo del a calle 25 de mayo. Sin embargo, hay que recordar que toda esa esquina pertenecía al Cine Teatro Mayo de nuestra ciudad.
Compartimos un extracto de la nota de Santiago García a Pedro Ríos sobre la historia del cine:
En el Cine Mayo se hacía una función que incluía dos películas con un intervalo en el medio. Las películas duraban por lo general entre una hora y una hora y media. Durante el intervalo se proyectaban videos de actualidad, entre los más conocidos se encuentra Sucesos Argentinos: “Había gente que se impresionaba y no quería ver los videos de la guerra y demás”, comenta. Las funciones se daban primero todos los días, desde las nueve de la noche, y después empezaron a descansar los lunes. Si bien era su trabajo, disfrutaba de las películas mientras las proyectaba: “Las veía hasta siete veces”. Luego de proyectarla en Gualeguay seguía su recorrido: “La metíamos dentro de la bolsa y la mandábamos a Victoria, por ejemplo”, cuenta. Fue una época de mucho auge del cine. “La gente hacía cola, la fila daba la vuelta para 9 de julio. Si bien era muy popular, las costumbres eran diferentes: “La gente se ponía de pinta, con lo mejor que tenían, bien bañados y prolijos”. Después de una película, algunos vecinos se reunían en los cafés a comentar los argumentos. Las reacciones también eran propias de un arte incipiente: “Se asustaban, reían, lloraban. Depende de las películas, y hubo películas que nos las pudimos pasar porque eran muy fuertes. La gente disfrutaba mucho, por ejemplo, las películas del Gordo Porcel y Olmedo el púbico explotaba de risa”.
Si lo sabe cante
El escenario del Cine Mayo también se utilizaba para espectáculos teatrales: "Me encargaba del escenario, de que estuviera todo bien. Cuando vino ‘Si lo sabe cante’ metimos setecientas personas y todavía quedó gente afuera”. Los fines de semana se podían combinar las dos cosas: “Por ahí pasábamos una película familiar a la tarde y después un espectáculo. Se juntaba el público del cine con el asunto de los cantores”, recuerda. Siempre mantenía el escenario en condiciones y las compañías que legaban de todo el país podían actuar sin ningún inconveniente, llegando a elogiar la versatilidad del espacio. El propio Pedro alguna vez despuntó su vicio musical en el Mayo y también en las míticas churrasqueadas en las que no faltaba la música y el entretenimiento.
Aprender con el cine
“Había películas que eran muy importantes. Las personas estudiosas se daban cuenta de todo lo que se venía haciendo en el resto del mundo, de los avances científicos. Se veían películas que mostraban la rotación de la tierra, comenzaban las imágenes satelitales, daban todos los datos de cómo funcionaba el mundo. En Sucesos Argentinos se venían videos de la guerra. Lo pasábamos en el intervalo y y los quería agarrar a todos sentados antes de empezar la segunda película”, recuerda. Era tan importante su conocimiento en aquella época que, pese a que se salvó de la colimba por tener número bajo, fue contratado por el Ejército durante un tiempo para explicar el funcionamiento de las proyectoras y enseñarles a otros ese oficio. También organizaba funciones especiales en los cines para los médicos que tenían películas con las nuevas prácticas que llegaban desde distintas partes del mundo. En tiempos de YouTube se hace difícil dimensionar la importancia que tenían esas proyecciones.
El final
Los saltos tecnológicos, la situación del país y el centralismo porteño dañaron la industria cinematográfica local en los años noventa: “El tema vino de Buenos Aires, las empresas que eran las distribuidoras tuvieron problemas y entonces al Interior ya no le prestaban mucha atención. Además, ya estaban grabando mucho para la televisión y eso afectó también. Después de que cerró el Mayo estuve un tiempo en el Teatro Italia. La gente ya empezó a ir menos. Con el asunto de la televisión se dio un cambio cultural. Cambió mucho el público, también. Eso lo noté en el Italia. Era todo más relajado, y después ya dejé”, cierra. Pedro reconoce el poder del arte para explicar la realidad y anticiparse a los hechos: “Todo eso que yo conocí en las películas, hoy lo estoy viendo en la realidad. Ves las cosas que van pasando, y ya las viste, y me voy dando cuenta cómo es el tema”.
“Pateábamos el piso”
Agregamos a su vez, una referencia cercana de un lector quien recordó los tiempos del cine: “Era una locura ir al cine. Toda una salida en aquellos tiempos. En general, era una experiencia impresionante. Algunas veces, las películas venían cortadas. Éramos adolescentes y se quitaban, por ejemplo, las partes que pudieran tener algún tipo de desnudo o algo por el estilo. Otras veces, por diferentes razones proyectaban una película diferente. Y nosotros, para protestar, hacíamos ruido con los pies”, recuerda con sonrisa por la travesura.