RAZÓN CRÍTICA
La Huella Ecológica
Editorial a cargo de Julián Lazo Stegeman
¿Qué es? La huella ecológica se define como el total de superficie ecológicamente productiva necesaria para producir los recursos consumidos por un ciudadano medio de una determinada comunidad humana, así como la necesaria para absorber los residuos que genera, independientemente de la localización de estas superficies.
En palabras de los creadores del concepto, William Rees y Mathis Wackernagel, la huella ecológica se corresponde con el área de territorio ecológicamente productivo (cultivos, pastos, bosques o ecosistema acuático) necesaria para producir los recursos utilizados y para asimilar los residuos producidos por una población definida con un nivel de vida específico indefinidamente, donde sea que se encuentre esta área.
Este indicador biofísico de sostenibilidad integra el conjunto de impactos que ejerce una comunidad humana sobre su entorno, considerando tantos los recursos necesarios como los residuos generados para el mantenimiento del modelo de consumo de la comunidad. Es fácil constatar nuestra responsabilidad en la contaminación del Planeta y en el agotamiento constante y progresivo de los recursos naturales. Este mencionado indicador tiene como objetivo, por tanto, evaluar el impacto sobre la Tierra de un determinado modelo o forma de vida y, consecuentemente, su grado de sostenibilidad. (Fuente: Ricardo Estévez para www.ecointeligencia.com https://www.ecointeligencia.com/2011/03/que-es-la-huella-ecologica/).
La pandemia del COVID-19 seguramente sea, en lo que va del siglo XXI, la advertencia más potente de que el ser humano debe reflexionar acerca del modo de producción en el cual vive y se relaciona con la naturaleza. Claramente es tiempo de analizar las causas y consecuencias de un entorno económico que no sólo nos autodestruye sino que también daña gravemente el ecosistema en el cual convivimos con otras especies.
En el contexto económico, existe desde hace tiempo un indicador aceptado y utilizado mundialmente: el Producto Interior Bruto (PIB). Sin embargo, frente a los nuevos desafíos que se nos presentan, necesitamos completar la información que ofrece el PIB para poder diseñar políticas equilibradas que reflejen nuestro compromiso con el medio ambiente y el bienestar social (Fuente: Ricardo Estévez para www.ecointeligencia.com https://www.ecointeligencia.com/2011/03/que-es-la-huella-ecologica/).
En estos momentos existen muchos debates acerca de la sustentabilidad y el crecimiento. Muchos de ellos inclusive anteponen o ubican uno de estos conceptos por delante del otro. Lo cierto es, a mi entender, que vivimos en una sociedad en donde la pobreza es una de las contingencias sociales más importantes que debemos enfrentar. En este sentido, un paso fundamental para poder resolverla, probado teórica como prácticamente, es el denominado crecimiento económico. De esta manera, queda claro que todo argumento que implique un detenimiento de éste, debería reformularse y, a su vez, plantearse las consecuencias de frenar el crecimiento de la economía.
Ahora bien, si crecer implica destrucción, ¿es realmente crecimiento? Desde la noción de huella ecológica, la economía, valga la redundancia, ecológica intenta plantear la necesidad de analizar y rever las formas de crecimiento para que se desarrollen en un entorno sustentable. De ninguna manera esto implica la tarea de detener la economía. Al contrario, es una manera de posibilitar que el producto crezca sin cercenar las posibilidades de las generaciones futuras en el planeta. Es decir, entonces, que la huella ecológica es un punto de complemento entre crecimiento y sustentabilidad.
Es tiempo de incorporar en los análisis económicos tradicionales y en el desarrollo e implementación de políticas públicas las nociones de ecosustentabilidad. El mundo nos exige una responsabilidad mayor a medida que vamos progresando como sociedad y como especie en general. Los contextos actuales, signados por la pandemia vigente, nos invitan a constatar que el modo de producción en el cual nos relacionamos con el ecosistema debe repensarse y agregar otros modelos de organización como también, otras maneras de producir y de consumir. La economía no puede dejar de crecer, pero la sustentabilidad ya debería comenzar a ser un requisito para esto.