Pbro. Jorge Horacio Leiva
La paz, la educación y el diálogo
La fiesta del primero de enero tiene varias direcciones: es el comienzo del año civil (la más popular), es la octava de la Navidad, el día en que Jesús fue circuncidado y le pusieron ese nombre, la jornada de oración por la paz. Pero, sobre todo, es la solemnidad de Santa María Madre de Dios.
Aunque el protagonista de todo el tiempo de la Navidad es Cristo Jesús, el recuerdo de la Virgen en la octava de la Navidad no le quita al Hijo ninguna importancia y nos ayuda a todos a vivir mejor la Navidad.
Además, los católicos celebramos en el primer día del año La Jornada Mundial de la Paz; la misma fue establecida por el papa San Pablo VI en su mensaje de diciembre de 1967 y se celebró por primera vez en enero de 1968.
En el trasfondo estaba la guerra de Vietnam y el llamamiento a un alto el fuego en el conflicto que se prolongaba desde 1955. Para esta jornada el papa ha elegido el siguiente tema: "Educación, trabajo, diálogo entre generaciones: herramientas para construir una paz duradera". El organismo vaticano puntualiza que tras la "cultura del cuidado", un camino propuesto en 2021 para erradicar la cultura de la indiferencia, el descarte y la confrontación, imperante hoy en el mundo, para el próximo año el pontífice propone una lectura innovadora que responda a las necesidades de los tiempos actuales y futuros.
La invitación a través de este tema, subraya, es por tanto la importancia de "leer los signos de los tiempos con los ojos de la fe, para que la dirección de este cambio despierte nuevas y viejas preguntas con las que es justo y necesario enfrentarse".
Dice una reflexión emanada de la santa sede: "Así pues, partiendo de los tres contextos identificados, podemos preguntarnos cómo pueden la educación y la formación construir una paz duradera. ¿El trabajo en el mundo responde más o menos a las necesidades vitales de justicia y libertad del ser humano? Y por último, ¿son las generaciones realmente solidarias entre sí? ¿Creen en el futuro? ¿En qué medida, el gobierno de las sociedades consigue fijar un horizonte de pacificación en este contexto?".
Dice bellamente el texto que el papa ha destinado para esta ocasión que estamos llamados en este año que comienza a ser "artesanos de la paz": "A los gobernantes y a cuantos tienen responsabilidades políticas y sociales, a los pastores y a los animadores de las comunidades eclesiales, como también a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, hago un llamamiento para que sigamos avanzando juntos con valentía y creatividad por estos tres caminos: el diálogo entre las generaciones, la educación y el trabajo.
Que sean cada vez más numerosos quienes, sin hacer ruido, con humildad y perseverancia, se conviertan cada día en artesanos de paz. Y que siempre los preceda y acompañe la bendición del Dios de la paz. Así rezaba bellamente Mons. Pironio: "Cuando los ángeles canten "Gloria a Dios en lo más alto de los cielos y paz sobre la tierra a los hombres amados por él", se habrá prendido una luz nueva en nuestras almas, habrá prendido una paz inmutable en nuestros corazones, y se habrá pintado una alegría contagiosa en nuestros rostros". ¡Feliz año nuevo