La peor cara
El número de fallecimientos continúa aumentando de manera sostenida en Gualeguay y el país. Solo en lo que va de junio, se ha producido la lamentable defunción de 23 vecinos de nuestra ciudad, lo cual representa cerca del 25 por ciento de los fallecimientos de residentes de Gualeguay desde que comenzó la pandemia.
La segunda ola de coronavirus continúa haciendo estragos. El incremento de contagios y aislados también ha crecido de manera significativa y sostenida en nuestra ciudad pese a la baja promedio de casos a nivel provincial y nacional que por momentos se produce. Sin embargo, el número de fallecidos a nivel nacional también ha alcanzado un pico. Ayer, por ejemplo, se confirmaron 338 muertes en el país.
La saturación del sistema de salud, el cansancio de su personal y la falta de recursos e infraestructura adecuada para contener una cada vez mayor demanda de atención, contribuyen a configurar un panorama alarmante que requiere la urgente toma de conciencia de la gravedad de la situación por parte de un sector de la población que continúa sin adoptar las medidas de cuidado necesarios.
Por otra parte, si bien en las últimas semanas se ha avanzado de manera considerable en la vacunación, la inmunización de la población continúa siendo incompleta en su mayor parte dada la carencia de vacunas a nivel nacional. Del total de dosis aplicada en Gualeguay (23.151) 18.484 son primeras dosis y 4.667 segundas. Con esta cantidad de aplicaciones, el 31,3% de la población del departamento recibió al menos una dosis y el 7,9% recibió el esquema completo. Se estima que aún falta vacunar a 21.992 personas mayores de 18 años con primera dosis y a 35.809 con segunda.
La inmunización de esta población, asimismo, resulta imprescindible para aliviar la demanda de internaciones en el sistema de salud, ya al límite de camas desde hace más de un mes.
En ese marco, a pesar de que la mayoría de la población ha comprendido la gravedad de la situación y adopta los recaudos necesarios, todavía sigue existiendo una parte de la comunidad que no ha tomado conciencia de la gravedad de la misma. En ese sentido, en más de una oportunidad, los informes policiales han dado cuenta de la intervención de esa fuerza en la desarticulación de fiestas y reuniones clandestinas, con mayor o menor cantidad de gente, pese al decreto que lo prohíbe.
Resulta imprescindible que estas reuniones sociales cesen en la medida en que constituyen uno de los principales focos de contagios, lo cual tiene una relación directa con el impacto en la demanda de atención sanitaria, la dolorosa pérdida de vecinos de nuestra comunidad, y la destrucción de días laborables, debido a las restricciones que se terminan adoptando para evitar el colapso del sistema sanitario.
En Argentina ya han fallecido lamentablemente 92.317 personas, lo cual representa casi una vez y media la población de Gualeguay. En otras palabras, este virus se ha llevado la vida de, por ejemplo, la población total de Gualeguaychú. Dicho en cifras solo parecieran números fríos, pero cuando se le ponen nombres y apellidos, queridos vecinos de nuestra comunidad, resulta más fácil para algunos tomar conciencia de la gravedad de la situación, si aún no lo han hecho.
A todo esto se le suma el impacto económico que la pandemia sigue produciendo en el aparato productivo y comercial. El cierre de empresas, fundamentalmente las ligadas a rubros como los gastronómicos y de alojamiento, como así también nacientes pymes y emprendimientos micro comerciales de diferentes rubros debido a la prohibición o disminución de actividades por las restricciones, la falta de ingresos que se suma a las deudas contraídas para poder sobrellevar el tiempo transcurrido y el incremento inflacionario, generan también destrucción de posibilidades de una vida digna e impacta sobre la salud física y psicológica de los afectados.
Acatar las medidas de prevención significa no solo la posibilidad de no enfermarse ni enfermar a otros, es también disminuir la posibilidad de fallecimientos y preservar la economía de nuestros vecinos y de nosotros mismos.
Un año y medio después, la pandemia sigue mostrando su peor cara y la única solución a la vista es logar la inmunización de la mayor cantidad posible de población en base a la vacunación. Hasta entonces, debemos seguir respetando e incrementando las medidas de cuidado necesarios.
Rodrigo Cassella