Razón Crítica
La perpetuidad indefinida en el poder
por Julián Lazo Stegeman
Uno de los tantos debates que se debe la democracia en nuestro país es acerca de los tiempos de los funcionarios en el poder.
¿Es beneficioso institucionalmente que una persona se perpetúe por tantos años en las cúpulas ejecutivas? Algunas de las provincias en el interior de la Argentina nos brindan ciertas pautas para observar que este tipo de escenarios se vuelven perjudiciales para la república.
A propósito, Pablo Secchi, Director Ejecutivo de la ONG Poder Ciudadano (la cual busca promover la participación ciudadana, la transparencia y el acceso a la información para fortalecer las instituciones de nuestra democracia nacional), plantea lo siguiente: "Provincias como Santiago del Estero o Formosa son feudalismos en los que se violan derechos, en los que no existe la división de poderes, la prensa no tiene libertad de expresión, y las amenazas y los aprietes son una constante.
¿Cómo subsisten? Porque el poder está concentrado y el empleo público y la asistencia social actúan como amenazas directas a la hora de votar. Una gran parte de la gente vive del Estado y teme que les puedan sacar eso. Además es casi imposible encontrar medios de comunicación que critiquen a la gestión de gobierno. La persecución a periodistas es constante. Y tampoco existen organizaciones de la sociedad civil fuertes. ¿Por qué es funcional a Nación? Porque aporta un bloque de votos a las elecciones nacionales.
En Formosa, el Gobierno Nacional ganó en la presidencial con el 65% de los votos y en Santiago del Estero con el 75%. Sin el apoyo de éste, es imposible romper con el aparato represor, corrupto y violatorio de los derechos humanos que existe en esas provincias. Si no se quiebra esta lógica de connivencia entre las provincias feudales y el mencionado Gobierno Nacional, no va a haber solución para la ciudadanía de esas provincias. Por ahora eso está bastante lejos de ser posible. La democracia no se ajusta solamente a la regla electoral. O'Donnell decía que en este tipo de situaciones políticas la dimensión autoritaria se entremezcla de forma compleja y poderosa con la dimensión democrática. El triste vídeo del padre llevando a la niña enferma en brazos es, lamentablemente, una muestra más de que le estamos llamando democracia a algo que posiblemente solo se disfrace de ella...".
Para consolidar la fortaleza democrática en nuestro país es clave discutir continuamente acerca de estos temas. A su vez, se torna sumamente necesario que estos debates también lleguen al Congreso. Es complicado hablar de república cuando existen funcionarios que ocupan cargos ejecutivos "cuasi vitalicios" mediante formas poco claras que no tienen que ver del todo con el voto popular. Dialoguemos y, si es necesario, propongamos cambios (siempre dentro de los marcos constitucionales) para resolver estas cuestiones.