Dr. Bernardo "Cacho" Gandini
La venta libre de productos farmacológicos y la publicidad
2ª Entrega
Los estudios de mercado, reconocidos como "marketing", tienen un prolijo análisis de organismos especializados que saben cómo funciona el cerebro humano y los modelos sociales que representan el pensamiento dominante de sectores sociales. El cerebro no es un órgano tan perfecto como se pensaba, tiene algunas equivocaciones que se conocen como "sesgos cognitivos" utilizables para motivar decisiones de compras.
También se tienen en cuenta criterios estéticos de imagen que venden como representativos de éxito. Hace tiempo apareció un dispositivo capaz de generar deseo sexual, denominado popularmente "chip sexual". Las elegidas para vender este secreto fantástico fueron señoras esculturales y extrovertidas, liberales que han compartido su actividad sexual en las revistas, representativas de target menopáusico. Esas modelos no representan el pensamiento femenino de otras edades con nuevas concepciones. Sería conveniente recabar información académica y curricular sobre esos profesionales para evitar algunas experiencias padecidas por ciertos pacientes en tiempo cercano. Existe cierta regulación de prácticas profesionales, pero, a veces, algunas pasan desapercibidas durante algún tiempo. La falta de competencia en pensamiento crítico nos expone a falta reconocimiento de estas situaciones de riesgo potencial. Un/a pensador/a crítico/a es capaz, humilde, tenaz, precavido y exigente. Dispone de capacidad para interpretar, analizar, evaluar, hacer inferencias, explicar y clarificar los significados de lo escuchado o leído para conocer la realidad que nos rodea.
La inteligencia y el conocimiento no necesariamente implican razonamiento o pensamiento crítico. Es bueno admitirlo frente a ciertas actitudes y conductas de profesionales encumbrados. Lo dice el abogado, el profesor, la ingeniera, etc., no es suficiente evidencia para adoptar una sugerencia. El pensamiento crítico se alcanza cuando la inteligencia y el conocimiento logran puntos de vistas racionales y objetivos con los datos existentes. Si una conclusión no explica la totalidad de los hechos, es preferible abandonarla y continuar reflexionando. "Si sólo educáramos a los jóvenes para que tengan pensamiento crítico, ya habríamos logrado mucho". El pensamiento crítico es una habilidad valorada en el aprendizaje de estudiantes. Tenemos muchas oportunidades para desarrollar este tipo de habilidades, sea en la familia, escuela o trabajo.
Pensemos al respecto: ¿Por qué terminan las propagandas televisivas, de ciertos remedios, de la manera que lo hacen? Un famoso y glorioso locutor, tocayo mío, con una vida muy azarosa, pero finalmente reconocida y enmendada ante la sociedad, hasta hace poco decía: ¡Ante cualquier duda, consulte a su farmacéutico! Nadie puede poner en dudas la trascendencia del rol social de los farmacéuticos, pero su competencia no es la prescripción de remedios. Sus valiosos conocimientos y formación académica no refieren a la "ciencia del arte de curar". En el remate de esa propaganda hay una velada "casualidad"/ "causalidad" para que la sugerencia no fuera: ¡Ante cualquier duda consulte a su médico!
"No es la apariencia, es la esencia"
Cocó Chanel