Dr. Bernardo “Cacho” Gandini 9ª Entrega
Las modas hoy, beneficios y riesgos.
La violencia en la atención en salud es una realidad cada vez más frecuente, no se puede excluir, no existe nada que la justifique, pero a los efectos de prevenirla son necesarias algunas reflexiones; vamos a tomar la violencia de pacientes y/o familiares a profesionales del equipo de salud.
Esta realidad exige en los profesionales algunas competencias con las que aún no se egresa de las carreras; hoy no se puede desconocer la violencia verbal o simbólica, que contamina la comunicación con falta de empatía y cuando se relaciona con una persona con perfil agresivo puede ser un comienzo inadvertido.
Un estilo profesional autoritario, hoy no es tolerado por los usuarios de los sistemas de salud; en algunas situaciones los profesionales son la cara visible de los déficits del sistema de salud y por ende los depositarios de las respuestas, porque se genera una violencia estructural; en otras circunstancias, los discursos en los medios de comunicación por parte de funcionarios no suficientemente autocríticos, señalan erróneamente a ciertos profesionales; esto tiene alguna frecuencia en la falta de camas para las derivaciones, donde pareciera que la falta de ellas se debería a la ineficiencia del profesional que las busca.
Ya dentro de los consultorios, especialmente en el ámbito público de las grandes ciudades, el ignorar las dificultades que atravesó cada persona previamente, hace que esto no se tenga suficientemente en cuenta, como factor de riesgo y ante algún detalle, como una llamada al celular, puede ser el desencadenante.
Una vez iniciada la espiral de violencia, se requiere del conocimiento de técnicas existentes para desarticular estas acciones. Las relaciones entre profesionales de salud y quienes los consultan, tienen características especiales; a veces, expectativas de los usuarios no reconocidas, pueden ser causa; en muchos ámbitos se cuestiona la denominación “pacientes”, por connotaciones de dependencia o subordinación a profesionales; yo sigo usando esa denominación, pero acuerdo las condiciones que tengo en cuenta, especialmente la autonomía en las decisiones y la participación activa en la recuperación de la salud; al respecto las facultades se han quedado en los modelos centrados en la enfermedad, sin haber pasado a los modelos de atención, centrados en la persona del paciente; la falta de un enfoque integral, físico-psíquico-social, suele no tener respuestas para los problemas actuales de salud, en que frecuentemente las causa de las enfermedades son sociales.
Esta falta de conformidad con la atención es bastante observada, ya que no se considera el trayecto de la enfermedad; es cada vez más frecuente que algunas causas provengan de la vida en la sociedad y a través de la salud mental se expresen en el cuerpo; la falta de un enfoque integral que contemple los tres aspectos, no permite descubrir las verdaderas causas y los tratamientos elegidos, suelen ser ineficaces.
“La buena y verdadera amistad no debe ser sospechosa en nada”
Miguel de Cervantes