Experiencias de vida
Lilia Bellini: Una vida entre Puerto Ruiz, Necochea y el amor por el idioma italiano
Al hablar sobre su querido Puerto Ruiz, Lilia Bellini (86), destaca la tranquilidad del lugar, aunque admite que su percepción del pasado es distinta. "Tal vez sea porque todo lo pasado fue mejor, pero siento que en mi juventud el pueblo tenía más vida", cuenta para El Debate Pregón.
¿Cuéntenos cómo nace tu relación con Puerto Ruiz?
-Lilia Bellini: Soy nacida en Puerto Ruiz, donde me crie, viví hasta los 24 años y luego emigré a Necochea; allá viví 32 años y regresé verdaderamente por casualidad, a Gualeguay.
¿Regresó a Gualeguay o a Puerto Ruiz?
-Lilia Bellini: No, vine a Puerto Ruiz, pensaba venir a Gualeguay, las cosas no se dieron y como tenía un lugar donde quedarme en Puerto Ruiz, regresé.
Usted ha realizado una etapa muy prolífica como docente italiano, cuéntenos acerca de eso…
-Lilia Bellini: Exactamente, durante 18 años fui docente en la escuela normal Ernesto A. Bavio, a la cual le tengo mucho cariño.
Aprendí italiano en Necochea. Gracias a Dios tuve la suerte en este momento que en aquella ciudad surgían excelentes profesores. Daba clases en Necochea y en Lobería, que están distantes a 50 kilómetros.
Yo me recibí con la doctora Estela Fiorentino, que después residió en Italia y nosotros nos recibimos para suplantarla a ella.
Estaba por hablar con el vice consulado italiano de Mar del Plata, y como no me contestaban, porque siempre pasa eso con los consulados, y se me ocurrió buscar en la guía de teléfono el número la escuela normal de Gualeguay, preguntando en qué momento se podía enviar el currículum y ofrecían la enseñanza del italiano. Por esa casualidad, me contestaron que en el momento que viniera, tenía trabajo. Les dije que en este momento no podía, pero que nos podíamos relacionar, así fue que al año siguiente vine a Gualeguay y comencé a trabajar con la rectora Graciela Freyre y continué con Norma Taffarel.
¿Y la casa donde vive era de su familia?
-Lilia Bellini: La casa era de mi abuelo, pero no fue siempre de la familia; perteneció a otras personas y después la compró mi abuelo, la compró alrededor del año 1920.
Cuando regreso a Gualeguay y a Puerto Ruiz comienzo viviendo en una casillita que está al lado de la casa, que después pude refaccionar un poco, lo que pude y me instalé a vivir en la misma.
¿Cuánto tiempo transcurrió desde su regreso a Gualeguay?
-Lilia Bellini: En el 94. Justo el año pasado se cumplieron 30 años.
¿Cómo es la vida acá en Puerto Ruiz?
-Lilia Bellini: Es muy tranquilo hasta ahora, esperemos que continúe así.
¿Le gustaría verlo más lindo, más crecido?
-Lilia Bellini: Bueno, tal vez por una cuestión de que todo lo pasado fue mejor, a mí me parece que en los años de mi juventud era mejor.
¿Conoció el tren?
-Lilia Bellini: Por supuesto.
¿Se trasladaba por este medio?
-Lilia Bellini: Muchísimo.
¿Cómo era esa época?
-Lilia Bellini: El tren venía dos veces al día, igual que el colectivo: venía a la mañana, a las siete de la mañana y se retiraba a ocho menos cuarto.
¿Y el tren traía mercadería y pasajeros?
-Lilia Bellini: Que yo sepa, solamente pasajeros. La mercadería la traían otros trenes.
¿Y tuvo la posibilidad de ver el puerto activo con embarcaciones?
-Lilia Bellini: El último barco grande que vi en este puerto fue un barco de bandera paraguaya, el Pato Bragado. Hace muchos años. Fue el último barco grande, después no entraron más. Anterior a eso, entraban barcos grandes como el Bastianín y algunos otros que no recuerdo.
Brevemente, ¿a qué se dedicas en la actualidad?
-Lilia Bellini: Bueno mirá, en la actualidad me dedico a algo que me sale muy, pero muy bien, que es haraganear (risas).
¿Sigue aprendiendo?
-Lilia Bellini: Sí, estoy aprendiendo guaraní, bue… una forma de decir. (risas).
¿Dónde lo aprende?
-Lilia Bellini: En mi propio local (Primer Entrerriano y Halket), que cedo y aprendemos guaraní. Somos dos personas las que aprendemos guaraní, un médico y yo. Somos dos nada más, hasta ahora nunca hemos conseguido otra persona. Anterior a tener las clases de guaraní, con una señora paraguaya, yo doy unas clases de italiano, muy divertidas, muy alegres, diría yo. Aprendemos hasta hoy un poquito de gramática, pero las hacemos en cualquier momento, cambiamos siempre dentro del italiano, cuidado, no nos vamos de la parte italiana. Pero a lo mejor nos ponemos a investigar cosas que no tenían nada que ver con lo que estábamos dando ese día.
¿Usted vive con su hijo?
-Lilia Bellini: Sí, exactamente.
¿Están tranquilos, viven bien?
-Lilia Bellini: Yo diría que sí, que estamos tranquilos.
¿Les gustaría que el puerto tuviera más vida? ¿O está bien así?
-Lilia Bellini: Mirá, no sé si más vida, no sé. Creo que ya, a lo mejor a lo que a mí me gustaría ya no va a ser, ¿me entendés? Porque yo al puerto lo conocí con trabajo, y hoy no hay trabajo, con trabajo digamos formal, no el informal, ahora lo único que hay es el informal.
¿La gente vive mayormente de la pesca?
-Lilia Bellini: Y de la pesca no sé, porque creo que no hay nada de pesca.
¿Quiere decir algo más, agradecer, saludar a alguien con quien se relacionó?
Lilia Bellini: A mis alumnos, con quienes me relaciono muchísimo. Mirá, hasta me relaciono con alumnas y compañeras que tienen edad parecida a la mía, que fueron compañeras en Necochea. Soy de relacionarme.
¿Qué recuerdos tiene de Necochea y Lobería?
-Lilia Bellini: Mirá, yo de la gente, buenísimo y de Lobería, otro tanto, buenísimo. De Necochea, lo que no amaba era el frío. Lo que amaba acá mi hijo; yo no, el frío.
Eso se debe a que esas ciudades están hacia el sur del país…
-Lilia Bellini: Claro. Acá ahora el calor está demasiado pesado.
Lilia, gracias.
-Lilia Bellini: No, por favor.