Lo cambió todo
Cuando terminaba la última noche de Carnaval 2020 no imaginábamos que, 12 días después, estaríamos hablando en Gualeguay del primer caso de Covid de un vecino de nuestra ciudad. Aquello parecía algo todavía lejano y, hasta irreal.
Sin embargo, con el final del ruido de las batucadas y la preparación para el retorno a clases comenzó un año que cambiaría todo para siempre.
Apenas 12 días de terminado el Corso se conoció el primer caso. ¿Qué hubiese sucedido si el primer caso se hubiera dado días antes, en el marco de una gran asistencia a uno de los eventos turísticos más masivos de nuestra ciudad como es el Carnaval? El número de contagios, seguramente, hubiese sido mucho mayor. Pero, pensarlo en retrospectiva sería negar la condición de irreal o lejana que hasta entonces le dábamos a la pandemia, no sólo en Gualeguay. Estos eventos masivos se dieron en toda la provincia de la cual, vale recordarlo, los primeros dos casos positivos de Covid fueron de nuestra ciudad.
Como sea, 2020 lo cambió todo.
El impacto, no sólo sanitario y social, sino económico, institucional y político es algo que todavía no hemos dimensionado en su totalidad.
Desde lo institucional, los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial se encontraron con pólvora en las manos y muy pocos mapas. Esa situación explosiva, urgente y sin antecedentes obligó, en más de una oportunidad, a improvisar medidas y soluciones para las cueles no había referencias.
Poco basta decir sobre el impacto incalculable que este año produjo desde el punto de vista político en nuestra ciudad con la muerte del ex titular del ejecutivo, Federico Bogdan. Es la primera vez que en nuestra ciudad se produjo la muerte de un intendente en ejercicio, y más aún, por razones de esta índole. Ese vacío, sobre el margen del primer pico de casos, llevó a Verónica Berisso a ser, además, la primer intendente mujer en la historia de Gualeguay.
Pensar esto un año atrás, o que en el Concejo Deliberante se sesionara virtualmente parecía más una fantasía que algo probable. Pero ese carácter inesperado no por eso fue menos real. Los encuentros presenciales fueron sustituidos por reuniones virtuales, menos eficaces pero necesarias, en distintos ámbitos institucionales, políticos, educativos, de salud y sociales.
Que desde el Tribunal de Juicio y Apelaciones de Gualeguay se llevara a cabo una audiencia de juicio abreviado utilizando el sistema de videoconferencia fue otro de los acontecimientos inéditos que dejó el pasado año, un año que, si de algo careció, fue de agenda.
Las marchas y contramarchas en la toma de decisiones en función de la siempre cambiante situación epidemiológica, sumado a los problemas que esta traía aparejados, como la implementación de fases y restricciones, puso a prueba la capacidad de los principales responsables de llevar al mejor puerto posible un año tan atípico como increíble.
A las cero hs. del viernes 20 de marzo comenzó otro hecho inédito en los últimos tiempos: la cuarentena que vació la ciudad en un paisaje desolado, digno de una película de ciencia ficción. Algunas imágenes periodísticas acercaron a los vecinos a esas extrañas calles vacías.
Los dos respiradores conque entonces contaba Gualeguay sumado al desconocimiento de las características del virus, la carencia de vacunas y tratamientos eficaces, junto a las dramáticas experiencias europeas dieron el marco a esa sensación de peligro de la que no había registro moderno. Los siempre olvidados héroes de la medicina tomaron la palabra y se multiplicaron los términos en nuestro vocabulario cotidiano. Pandemia, cuarentena, positivos, barbijo, tests, fases, pasaron a formar parte de las conversaciones cotidianas, casi exclusivamente.
Todavía falta un buen tramo por recorrer para poder dejar atrás esta experiencia, una que jamás pensamos que tendríamos que vivir. En eso continuamos.
Rodrigo Cassella