Gualeyos por el Mundo
Manuela Rodríguez desde Italia
Manuela ya dejó Rionero in Vulture donde estuvo por 6 meses y anda recorriendo Italia, asombrada y feliz de ver tanta belleza.
Así que continuamos acompañándola en este descubrir lugares nuevos para sus ojos.
"Rionero in Vulture me trajo momentos inolvidables y personas que ya amo mucho. Hice amigos, hermanos, familia. Me siento afortunada de vivir. Me crucé con gente hermosa que hasta cuando hace dos semanas me quedé sin casa, uno de ellos me prestó su casa para quedarme, que es donde estoy viviendo ahora. Laburo todas las tardes noches en un bar de vinos, y ellos y ellas me esperan siempre afuera del laburo, para después ir por alguna hamburguesa y alguna cervecita a la plaza. Puedo decir que soy inmensamente feliz, que encontré la libertad que tanto buscaba.
¿Que si extraño? Si claro. No me pone mal, pero si por ahí necesito mucho ver a mis amigas y abrazarlas, comer un buen asado de papá con un vinito mientras me rio de lo que dice. Extraño las milangas de mamá y sus besos y abrazos tan intensos. Si claro, extraño mucho. A mi hermano que por más que no nos veíamos siempre, siempre lo sentía cerca. Se extraña, pero a la vez pasan cosas tan hermosas día a día acá, que hace que todo sea más sencillo.
La verdad me gusta todo o casi todo de Italia. Me enamoré de este país debo decirlo. Por eso me voy a quedar hasta el año que viene. Sí debo decir que todavía predomina un poco el machismo y la concepción tradicional de la familia y el deber casarse, tener hijos y demás, cosas que ya han quedado atrás para mí y que no me interesan. Pero creo que los jóvenes italianos ya están cambiando y pensando diferente, así que creo que de acá a un tiempo todo será diferente. Por ejemplo, algo que no me gusta es que acá las mujeres de mi edad, ya son mujeres.
Quiero decir, las chicas que tienen mi edad acá en Italia ya están en esa vida de casarse y tener hijos, y parecen más grandes aún de lo que son. En cambio, yo no me siento identificada con ese estilo de vida. Realmente no es un deseo para mí. Igualmente creo que esto pasa porque es un pueblo y los pueblos siempre son más tradicionales. Ahora en una semana me voy a vivir a Bologna, es una ciudad grande llena de estudiantes, así que creo que ahí va a ser todo diferente. Aparte de esto, después me gusta todo. Los italianos son tan parecidos a nosotros, o nosotros a ellos, que siempre me siento como en casa, no me doy cuenta muchas veces que estoy al otro lado del océano, súper lejos.
Mientras esperaba que me contesten los mails los consulados, pude recorrer muchísimo en tren. Durante el verano italiano conocí la Puglia, la región que está en la costa frente a Croacia. Conocí ciudades y pueblos como Monopoli, Bari, Rod iGargánico, Barletta, luego conocí parte de la costa amalfitana, Salerno, Napoli. Conocí Roma y conocí muchísimos pueblitos de esta región, como Atella, donde también tengo amigas, Melfi, Potenza, etc. Es todo increíble. El color del agua de la costa de La Puglia, ¡mammamia!, que belleza. Nunca había visto algo así, ni siquiera en el Caribe. Para que se den una idea, los pueblos acá son como pueblos de otra época, es como si te hubieses trasladado en el tiempo, y mejor aún si tiene mar. Es una locura.
Estoy hablando tanto italiano ya que laburo en un bar, la mayoría de mis amigos en este momento son italianos, y muchas veces escribiendo esta historia, escribí palabras en italiano; ¡jaja!, ya se me empiezan a mezclar los dos idiomas ¡jaja!
Con respecto a planes, no me gusta planear mucho, es más, la semana que viene me voy del pueblo y aún no tengo donde vivir en Bologna, ¡jaja!, pero así es un poco la vida de la viajera, nunca saber que te depara el destino. Pienso conseguir alguna habitación o casa y después conseguir trabajo de lo que sea. Yo soy kinesióloga y actriz. Creo que Bologna o cualquier ciudad grande como puede ser Florencia también por qué no, me van a dar mucho artísticamente, les tengo fe. Con respecto a ejercer mi profesión como kinesióloga, en algún momento me gustaría ejercerla por acá, pero ahora tengo ganas de probar cosas nuevas que nunca había hecho y aprender de eso.
Cerrando un poco, puedo decir que siempre salir de la zona de confort es bueno, siempre, pero siempre es bueno. Hasta "lo malo" termina siendo muy bueno. Esta experiencia me cambió la vida realmente. Cumplí mi gran sueño de viajar a este lado del mundo y, por si fuera poco eso, logré ser ítalo-argentina para siempre. Recomiendo esta aventura a todo el mundo sin lugar a dudas".