María Inés Rebossio, “Una Maestra de la Danza Clásica y Contemporánea”

Los bailarines eran Antonio Zambrana, Norma Fontenla, José Neglia, Carlos Schiafino, Margarita Fernández, Carlos Santamarina, Rubén Stanga, Sara Bochousky y Marta Raspanti.

Por este motivo, queremos homenajear a una cultora de la Danza, apasionada, con auténtica vocación de Maestra, con un talento extraordinario, quien nos dejó su legado a través de su docencia. Una creadora de tantos magníficos espectáculos coreográficos, actuaciones, trayectoria notable.

Gualeguay le debe mucho, y quizás no dimensionamos su figura en la medida justa. Nos dejó muy joven y con muchas enseñanzas por dar, muchas fiestas por crear, mucha danza por disfrutar. Testimonios de quienes transitaron junto a Inés, experiencias, eventos, aprendizajes, afectos, vivencias y más, se las entregamos aquí.

Desde la Dirección de Cultura intentamos recordarla, jerarquizar su aporte y conocer a un poco más a través de estos testimonios: 

“María Inés, hermosa persona sencilla talentosa apasionada; compañeras de danzas y de un tiempo vivido inolvidable en la Academia de Monona, armando bailes, ilusiones y risas. Su tarea como docente dejó un semillero de chicas que seguirán su camino. Abrazo con mucho Amor a su familia”.

Albita Dorregaray 

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“Conocí a la Seño María Inés en nuestro rol de profesora – estudiante en el salón de Albita Dorregaray. Con su marco rígido de bailarina clásica, pero con un amor que desbordaba en cada abrazo. Enamorada de su profesión, hacía que cada una de nosotras sintiera que ese momento de la clase era único. 

Todos sus consejos técnicos para el carnaval cuando me tocaba defender algún puesto, pero con la premisa de que “siempre hay que llegarle al público”. Desde la comparsa K´rumbay, pudimos darle un reconocimiento por su aporte a la Cultura en el año 2018.

Recuerdo que iba asustada en la carroza, pero estaba feliz, se le achinaban los ojos.

Se detuvo el reloj del salón, pero nunca se va a detener tu recuerdo Seño, existen personas como vos, que perduran en el inconsciente colectivo de quienes tuvieron la dicha de conocerte. Gracias por ser parte de mi formación. No sé cómo ponerle punto final a este párrafo… hasta siempre Seño Inés”. 

Prof. Ana Lucía Larreteguy

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“Inés fue la maestra de danza de dos de mis hijas.

Cuando ella empezó con su escuela aquí en Gualeguay, Mili, mi hija mayor, fue una de sus primeras alumnas. Siempre se destacó por el amor con que las esperaba, las hizo sentir siempre especiales a cada una de las niñas que iban allí. Las introdujo con tanta pasión en el ambiente de la danza y el arte que ellas se embelesaban con sus historias y videos de ballets. Estudiaban las coreografías, los bailarines, los distintos teatros del mundo.

Era muy exigente en sus clases. Y los resultados, excelentes.

Una mención aparte a sus espectáculos que minuciosamente preparaba. Desde los trajes, coreografías, escenografía, tocados (hechos por ella) Todo, absolutamente todo lo que su mente brillante preparaba durante un año, se veía magnificado en el Teatro. 

Con ella también tuvimos la oportunidad de conocer el Cirque du Soleil con el espectáculo Alegría. Viajamos juntas y llevamos a las nenas.

¡Que bellísima experiencia!

Ella quería que sus mentes se expandieran y nunca dejen de soñar, imaginar, bailar. Fue una gran inspiradora de sueños. Una gran MAESTRA”. 

María Eugenia Viviani

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“Inés, nos reencontramos a tu vuelta de México y conectamos al instante, de esa chispa nacieron muchos proyectos, el más hermoso y grande fue Etnias para recibir el año 2000. Fui tu alumna, y así te llamaba cada vez que nos encontrábamos: Maestra. Nos reímos y lloramos por muchas cosas, brillaste en las noches de nuestra sala "El Pisadero" y sé que fuiste feliz haciendo lo que amabas, bailar. Te despido con el respeto y el amor que se despide a una amiga y a una gran Maestra”.

Nora Cosso

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“A los 3 años me recibiste en tu Academia, siempre recordabas ese primer encuentro, me describías como una nena tímida llegando de la mano de mamá y con unos grandes anteojos anaranjados que llamaron tu atención. Yo te recuerdo con admiración, recuerdo tus clases con ese don de maestra, de gran bailarina; pero también te recuerdo cuando la clase terminaba y nos sentábamos en ronda alrededor tuyo y charlábamos con esa Seño Inés amiga y cómplice. 

Muchos años juntas, vos entregándonos tu arte, nosotras aprendiendo. Vos forjando en nosotras el temple de una bailarina, nos decías el “no puedo” sale tanto y el “no me sale” cuesta más, nos reíamos y seguíamos intentándolo; logrando así superar nuestras dificultades. De esta forma, bailando y entre risas, aprendíamos de tu mano valores para la vida. 

Tu partida me llenó de tristeza, sin embargo, tu recuerdo me llena de alegría. Vivirás por siempre en mi corazón; ¡hasta que volvamos a bailar Seño Inés!”

Agus Orgambide

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“Si tengo que resumir lo que Inés hizo por mí con la danza, es cumplirme un sueño y ser uno de mis pilares en los momentos más duros que me tocaron vivir cuando fallecieron mis papás. Yo de chico quería bailar danza, pero mi papá (por el machismo de la época) se opuso rotundamente. Entonces, de grande, cuando la conocí a Inés, me invitó a tomar clases y participar de los primeros espectáculos coreográficos que hizo, donde incluía gente grande (de 18 para arriba digamos) y eso para mí, fue cumplir un sueño. 

 Y si bien, mi esposa (mi novia en ese momento) y su familia fueron el pilar más importante, Inés, Ángel Cichero y la danza, fueron el segundo pilar que me sostuvo cuando mis papás fallecieron ambos en el 2006. Inés supo ser una excelente profesora, pero por sobre todo fue excelente como amiga. La voy a extrañar mucho y siempre la voy a recordar de la mejor manera”.

Javier Garcén

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“Con Inés hemos compartido profesionalmente bastante tiempo. Principalmente de la parte profesional de la danza elaboramos un tango diferente en una época donde el tango estaba volviendo.  

Con ese laburo inicial que armamos que era un tango con mucha danza contemporánea fuimos al primer Mundial de Tango en Buenos Aires en el año 2003 donde nuestro tango fue como medio revolucionario, y visto así resultó que no pasamos, creo que no estaba preparado el sistema para recibir eso, aunque estuvo bueno como experiencia, fueron las primeras entradas digamos del Tango Estilizado.

En Entre Ríos hicimos mucho, participamos en un montón de festivales y competencias. Ganamos muchos premios en todas las fiestas donde nos presentamos.

En el año 2001, 2002 y 2003 participamos en Festivales en Concordia, en Diamante, en Gualeguaychú y en Paraná, además del Mundial de Tango que fue en el 2003, el principal evento en el que participamos, y para el que nos habíamos preparado mucho. También Cosquín en el año 2001 para lo cual fuimos campeones entrerrianos del pre- Cosquín y llegamos a la final Nacional en el escenario Mayor de Cosquín ese año”.

Gaucho Dupas

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“¡Desde que empezó la primera clase de danza, además de un cuerpo privilegiado para una bailarina, sumado a la postura, bailaba hermoso!!

Año a año se fue perfeccionando, tal es así que las profesoras de la Escuela Nacional de Danza que vinieron a tomar exámenes siempre vieron en ella una bailarina destacada.  

Estuvo con profesores muy buenos en Buenos Aires y se fue a España a bailar. Después estuvo en México dando clases y brindaba espectáculos.

Para mí era como una hija del corazón, sentí mucho su ausencia”.

Monona Ojeda

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“Inés Rebossio fue una gran profesional, de una increíble sensibilidad, excelente persona y una maestra con todas las letras.

El Ballet “Amanecer Gualeyo” se vinculó con ella a su regreso de México, allá por el año 2000 por intermedio de Nora Cosso. Por eso entonces hacíamos una recreación tradicional de nuestra danza; ella incorpora un lenguaje diferente a partir de la danza contemporánea. Lógicamente que no fue fácil incorporar  las innovaciones que nos propuso; es mucho mayor la exigencia en el bailarín clásico contemporáneo, los ejercicios que demanda la técnica. Aparte, ante nuestra idea de proyectarnos como ballet, no como cuerpo tradicional, vimos la necesidad de hacer un cambio y ahí se vincula Inés con toda su capacidad y sabiduría. Ella no sabía folklore, así que fue un ida y vuelta para ambos y muy importante para el grupo al que le dio forma y poder llegar a representar a la provincia en Cosquín.

La vida de Inés era la danza, estaba comprometida con ella. Montó su propia academia; varias generaciones pasaron por sus enseñanzas.

Hoy nos toca mantener su legado, su compromiso, su profesionalismo, ese amor que le dedicaba a la danza. Ese sería nuestro mayor homenaje y agradecimiento para con Inés”.