Razón Crítica
Máximo Kirchner y la reformulación del Teorema de Baglini
En 1986, el Diputado Nacional de aquel momento por la UCR, Raúl Baglini, formuló lo que se conocería como el famoso “teorema de Baglini”. Éste plantea que mientras más lejos se esté del poder, menos es el grado de responsabilidad de las propuestas o proyectos de un determinado cuadro o agrupación política.
En relación a la columna del día de hoy, es interesante extrapolar y reformular esta propuesta del ex legislador perteneciente al radicalismo y conectarla con el lugar que ocupan los dirigentes dentro de una determinada coalición y su peso a la hora de construir un proyecto político allí dentro. En está línea, se puede establecer que mientras más alejados esté un dirigente de la toma de decisiones, ya sea por falta de capacidad, impericia, escasez de formación o influencia, más imprecisos y débiles son los enunciados que pueden llegar a esgrimir al momento de explicar cómo harían las cosas que se deben realizar. Durante esta semana, en una conversación con el entrevistador Tomás Rebord, Máximo Kirchner respondió ante una consulta de éste a propósito de cuál hubiese sido la otra opción a no acordar con el FMI. Dijo que “había que seguir negociando”. Esta imprecisión a la hora de contestar una cuestión tan preponderante para el devenir del país por parte de un legislador nacional del Frente de Todos, no sólo demuestra una carencia argumentativa sino que, además, expone una vaguedad importante a la hora de explicitar un plan de acción alternativo a lo que llevó adelante el ex Ministro Guzmán que, a su vez, derivó en una interna dentro de la coalición gobernante.
La respuesta de Kirchner no sólo aglutina indefiniciones y un llamativo marco de dudas del que se supone es un baluarte político importante dentro del oficialismo, también lo ubica en un punto, dentro del plano del FdT, ligado a la intrascendencia en la toma de decisiones. Es decir, que se observa aquí la reformulación del Teorema de Baglini antes mencionado. Su lejanía con respecto a la toma de decisiones lo habilita a decir o configurar enunciados frágiles y de una carencia argumentativa plena. En este sentido, cabe preguntarse: ¿Qué rol, de hecho, ocupa Máximo Kirchner dentro de la coalición oficialista? ¿Qué papel mantiene en el entramado interno del Frente de Todos? ¿Su distanciamiento de la figura presidencial de Alberto Fernández es realmente una contingencia para el Ejecutivo? ¿Acaso su lugar en el Congreso está menos ligado a sus capacidades como administrador del Estado que a la “herencia política” de su apellido y la discrecionalidad a la hora de elegir funcionarios por parte de la Vicepresidenta Fernández de Kirchner?.
Sin lugar a dudas, entre su voto en contra al acuerdo con el FMI, se renuncia a la jefatura de bloque de legisladores del FdT en el Congreso y su distanciamiento del Ejecutivo, Máximo Kirchner mostró más influencia como agente de presión para con las decisiones del Presidente y su círculo más cercano que como “mente” o “gestor” de las iniciativas gubernamentales más trascendentales.
Al momento de explicar el lugar del Diputado Nacional por el Frente de Todos en su coalición, es pertinente centrarse en otro concepto clave de la Ciencia Política: el poder. Si bien la literatura sobre éste es sumamente amplia, es oportuno en esta ocasión prestar atención a las nociones de Björn Kraus. Este filósofo alemán establece a partir de la definición de Poder de otro pensador teutón, Max Weber, una distinción en este concepto. El autor habla de "poder instructivo" y "poder destructivo". El primero hace referencia a las facultades de un sujeto de determinar las acciones y los pensamientos de otro individuo. Por su lado, el “poder destructivo” significa la oportunidad de un sujeto de disminuir las oportunidades de otro.
Particularmente, la relación tripartita entre Máximo Kirchner, el Poder y el Presidente Fernández se ubica en este segundo lugar. Desde este punto es de donde provienen muchas de las declaraciones del legislador nacional para con la gestión oficialista, como si él no formara parte de la misma. La intenciones son claras y tienen el objetivo de distanciarse del gobierno de Alberto Fernández. Ésto, a su vez, coincide con los dichos de Cristina Fernández de Kirchner en el último acto de La Plata cuando ella dice: “… cuando nosotros fuimos Gobierno…”. Las cartas hace rato que están sobre la mesa y todo parece apuntar a que el Cristinismo buscará nuevos aliados para reciclarse de cara al 2023, siempre por fuera del Ejecutivo actual. Sin embargo, ésto es política, así que sólo queda esperar y observar como decantan estos meses del FdT y su gestión gubernamental.