Cultura
Mgtr. Daniel González Rebolledo, Embajador de la Cultura
“A este reconocimiento lo tomo como un alto honor”
El Concejo Deliberante de nuestra ciudad, a solicitud de la Dirección de Cultura, dictó la Ordenanza por la que se declara Embajador de la Cultura al magister Daniel González Rebolledo. Con él conversó El Debate Pregón.
¿Cómo has tomado esta distinción solicitada por la Dirección de Cultura y aprobada por el Concejo Deliberante? ¿La esperabas?
D.G.R.: -Como un honor, un alto honor te diría, y hasta una reparación además, porque he tenido muchos reconocimientos, pero es el primero oficialmente en mi pueblo y a través de sus representantes en el Legislativo Municipal; no la esperaba para nada.
Volviendo a tu carrera docente, Profesor de Matemáticas y Cosmografía, ¿Cómo se conjuga con tu tarea de escritor, dramaturgo, intervenciones en distintos aspectos culturales?
D.G.R.: -La matemática es la más alta invención humana, no te olvides que es todo un universo abstracto. Para mí fue siempre como un bello juego de ingenio. La Lengua tiene su propia álgebra que es la gramática, no son mundos dispares. Siempre sostuve que mi formación en Ciencias fue el equilibrio entre el fuego (la creación imaginaria) y la razón.
Muchos asocian esas disciplinas, ¿En qué te ayudan las Ciencias llamadas Exactas con la creación literaria?
D.G.R.: -En la relación de los acontecimientos para narrar una historia, tal vez, en la lógica de los aconteceres que desarrolla un personaje. Hay un formato o pensamiento lógico que te lo da la matemática.
De lo mucho que has realizado en Cultura, ¿dónde te has sentido más pleno?
D.G.R.: -En el Teatro, sin duda, en la actuación, la puesta, la dirección, el texto dramático.
¿Has desempeñado cargos políticos, volverías a hacerlo, por qué sí o no?
D.G.R.: -Sí, en dos ocasiones, un año como Coordinador de Programas Nacionales del CGE en Paraná y otro año acá repartido en la Dirección de Cultura y en la, por entonces, Dirección de Acción Social. En ambos casos renuncié por no estar conforme con cómo se daban las cosas. Volvería a hacerlo si tuviera garantías de poder transformar y obrar con claridad y convicción para brindar un servicio a la gente, porque de eso se trata, o debería tratarse, ser funcionario tanto político como de carrera.
¿Cuál de tus obras te llevó a mayor investigación y te apasionó?
D.G.R.: -Ramírez, Drama Musical Folk, sin duda. Años de culo-silla en bibliotecas, archivos y visitas de lugares que me dieran una idea sobre la saga ramiriana que fue tan enorme y aún tan poco valorada. El desafío de llevar a una figura heroica como lo fue el Pancho a un Teatro Musical fue enorme y el resultado aún nos asombra a las 40 personas que protagonizamos ese hecho artístico. Se complementó además con la novela “Las Mujeres de Ramírez” que escribí durante la encerrona de la pandemia 2020.
Te vemos reaparecer con obras o presentaciones, y mientras tanto ¿Cómo es tu vida, qué te inspira, qué amás?
D.G.R.: -Mi vida es la de un hombre mayor que vive en una chacra rodeado de animales, aves, mascotas y pecanes, con todo el silencio y la tranquilidad que me es necesaria. De Finisterre salgo cada tanto en busca de alimento vital y espiritual. Me inspira el Cle que lo tengo cerca, la llanura, los atardeceres en el campo y amo la vida, ese milagro que empieza todos los días.
¿Te sentís identificado con Juanele y con Emma? ¿En qué?
D.G.R.: -Un duende alado y una pícara hada vieja, eso fueron y son para mí. Tal vez la búsqueda incansable de “la intemperie sin fin” como llamó Juan a la Poesía sea lo que me identifique, pero igual, son muy grandes los dos para alegar comparaciones.