Con la presencia del obispo.
Néstor Padilla se ordenó como diácono permanente
Con la presencia del obispo diocesano Héctor Luis Zordán, junto a sacerdotes de la ciudad, con la especial participación de Jorge Leiva, de Rosario del Tala, este viernes por la noche, en Parroquia “San Antonio”, se llevó a cabo la ordenación diaconal de Néstor Fabián Padilla.
Dialogamos precisamente con Padilla, previo a su ordenación y nos contó acerca de esta jerarquía que asume en la Iglesia y sobre la función que cumplirá en la misma a partir de ahora.
¿Cómo surge esta posibilidad de alcanzar el diaconado permanente?
Néstor Padilla: El diaconado se produce, a veces, por una inquietud personal o por invitación de un sacerdote, que en este caso fue a través del párroco anterior de “San Antonio”, que me dice “revisá la posibilidad que estés siendo llamado a esta vocación en particular”. Desde ahí uno empieza a pensar, meditar, con la ayuda, obviamente, del Espíritu Santo, para ver si uno siente ese llamado. Es un proceso que no tiene un punto concreto, sino que puede tener un desarrollo a través del tiempo.
¿Cuál es la función que realiza el diácono permanente?
Néstor Padilla: La palabra diaconía significa servicio y esto se da o se expresa a través, por ejemplo, de la ayuda a los más necesitados, a los enfermos, en particular; el diácono puede llevar la comunión a los enfermos y también puede administrar algunos sacramentos para el cual está habilitado, por ejemplo, el bautismo y matrimonio; puede predicar la Palabra de Dios, hacer lo que se denomina la homilía, tal como lo hace el sacerdote y proclamar el evangelio. Y también puede realizar las bendiciones, algo también particular que el diácono puede hacer, así como normalmente recurrimos al sacerdote. En este caso el mismo diácono puede bendecir objetos piadosos o lo que se le pida.
¿Es decir que significa un importante auxilio en las tareas de un sacerdote?
Néstor Padilla: En realidad, el diácono tiene una función muy específica que es la de servicio, pero evidentemente termina siendo un colaborador, porque en realidad también está llamado para eso, con el sacerdote y con el obispo. La liturgia es una parte, quizás la más visible de lo que hace el diácono, pero como decía también está el hecho de ayudar a los pobres, organizar la caridad de la iglesia por lo tanto tiene puede llegar a tener una gran participación en cáritas.
¿Cuántos diáconos permanentes hay en Gualeguay?
Néstor Padilla: Somos cuatro. La diferencia con otros tipos de diáconos, que tienen las mismas habilitaciones o que puede realizar lo mismo, es que el permanente puede estar casado. Es decir, puede tener el sacramento del matrimonio, por lo tanto, asume estas dos misiones, la de llevar el matrimonio y a su vez la de poder realizar estas acciones que te decía porque participa de este mismo orden sagrado que tiene el sacerdote y el obispo, en un primer grado. Es decir, son tres órdenes que tiene el orden sagrado: el primero es el diaconado; el segundo, presbítero y el tercero, obispo. Entonces, en ese sentido tiene que compatibilizar y esa es la diferencia con otros diáconos que van camino al sacerdocio y, desde luego, no podrán ser permanentes. En este caso, se tiene que compatibilizar en trabajo y familia, manteniendo el respeto y la armonía con esas dos cuestiones que estaban antes. El diaconado se incorpora luego.
¿Entre qué edades se puede ser diácono?
Néstor Padilla: Tengo 57 años. Hay una edad en el caso particular del diaconado permanente, que en este momento no tengo bien presente, pero tiene que tener alrededor de 40 años. Es decir, no puede ser muy joven porque la formación es mucho más básica que la que tiene un sacerdote ya que requiere tener una cierta madurez humana. Entonces, ya presupone que el diácono esté establecido, que tenga un trabajo o una familia ya estables, que tenga algo consolidado, también puede ser célibe, aunque en este caso, luego ya no puede casarse.
¿La ordenación se realiza en la propia misa?
Néstor Padilla: Así es. La misa tiene la característica que en un momento dado comienza el rito propio de la ordenación y el único que la puede realizar es el obispo, que es quien puede administrar este sacramento. Así como está el bautismo, la comunión, la confirmación la diaconía es un sacramento, que denomina “de misión” porque a uno se le encomiendan, justamente, esta misión de ser diácono.
El diácono es permanente va a cumplir su misión con la familia incluida porque de alguna forma no debe menoscabar en absoluto con lo que tiene que ver con la actividad laboral y con la familiar. Es más, la familia estuvo de acuerdo, no se puede hacer sin el acuerdo de sus integrantes. Es decir que la familia acompaña también como un signo, en este caso también, de participación e involucrarse en la tarea que uno asume.
¿En Gualeguay, quiénes son los otros diáconos permanentes?
Néstor Padilla: Mario Farías es diácono en Parroquia San José; Pedro Castro, también en “San José” y Miguel Coronel en “Pompeya”. Y faltaba un diácono para “San Antonio”, que es la tarea que cumpliré a partir de ahora en la misma.