Gualeyos
Nicolás Fiorotto: Nuestro viaje a Perú
Gastronomía, cultura e historia en un solo destino 2ª Parte
Nicolas Fiorotto continúa comentando su viaje a Perú junto a Adrián Saracco. Después de visitar Lima y degustar la comida con los sabores típicos del lugar, se dirigieron hacia Cusco, y desde allí al Machu Picchu. Continuemos disfrutando con ellos.
“A diferencia de pueblos originarios que habitaron nuestro litoral, que hacían sus construcciones de paja y barro, los pueblos del altiplano construían con piedra, razón por la cual hasta el día de hoy podemos observar sus obras. Hay ruinas incaicas por todo Perú, pero es en la región de Cusco donde más se las puede ver: Saqsaywaman, Ollantaytambo, y la joya por excelencia: Machu Picchu.
Los Incas veneraban al Rey Sol (Inti), y toda su cultura y religión estaban ligadas a él y el cosmos. Avanzados en geografía, astronomía, arquitectura, alfarería, agricultura, por nombrar sólo algunas disciplinas, fueron admirados por los propios españoles en su llegada a estas tierras en 1530.
Es la ciudadela de Machu Picchu la maravilla del mundo que catapultó a la fama a los Incas, y que le ha dado a Perú el titulo de destino internacional. Y puede que sea hoy por hoy el sitio más visitado de toda América, junto con las Cataratas del Iguazú.
La ciudadela está enmarcada en la sierra, entre la imponencia de los Andes y la vegetación de la selva. Llegar allí puede ser un desafío grande para los turistas: hay quienes eligen hacerlo por el llamado “Camino del Inca”, de cuatro días de duración, recorriendo el mismo camino que hacían los originarios. Nosotros elegimos la forma más cómoda: un hermoso tren desde el pueblo de Ollantaytambo hasta Aguas Calientes, para luego subir a la ciudadela de fama internacional.
Machu Picchu es sin dudas una de las más espectaculares obras de ingeniería civil prehispánica. No cabe en la mente que, al igual que las pirámides de Egipto, hayan podido cortar, tallar, mover y colocar los bloques de piedra sin los conocimientos modernos: hay bloques de piedra que superan las 20 toneladas. Además sigue siendo un misterio sin respuesta la precisión quirúrgica de los cortes en la piedra, ya que fue un pueblo que no conoció el hierro ni otro elemento de corte más duro que la piedra.
Volvimos de nuestro viaje con ganas de recorrer otros lugares de ese hermoso país, maravillados por la cultura, la historia y la belleza de sus paisajes.
A menudo solemos interesarnos por lugares mucho más lejanos, y nos olvidamos que aquí cerca en nuestra América hay lugares de gran importancia, que están allí para descubrirlos y entender y reflexionar sobre nuestra identidad latinoamericana”.