Diego Larrosa De Zan Divulgador Científico.
¡Orión llegó a la Luna!
Anteriormente hablamos de CAPSTONE que ha llegado a la órbita lunar para reforzar la misión Artemis, más precisamente de la nave Orión, de la cual vamos hablar hoy en este artículo. Orión ha tomado unas imágenes asombrosas desde las cercanías de la Luna y es impresionante como nos vemos desde una distancia, que, en el universo, es prácticamente mínima.
Aproximadamente a las 08:00am argentina, la nave Orión llegaba a las inmediaciones de nuestro satélite natural, completando así la prueba de corrección de trayectoria orbital utilizando los motores auxiliares, que consta de encender motores para darle una dirección distinta o corregir la misma.
Orión entrará en una órbita retrógrada distante más allá de la Luna el viernes 25 de noviembre con la segunda maniobra, llamada quemadura de inserción de órbita retrógrada distante. La órbita es “distante” en el sentido de que está a gran altura de la superficie de la Luna, y es “retrógrada” porque Orión viajará alrededor de la Luna en dirección opuesta a la dirección en que la Luna viaja alrededor de la Tierra. Esta órbita proporciona una estabilidad en la que se requiere poco combustible para permanecer durante un viaje prolongado en el espacio profundo para poner a prueba los sistemas de Orión en un entorno extremo lejos de la Tierra.
En la imagen 1 de este artículo vemos la nave espacial (izquierda) a la Tierra (el diminuto punto entre la nave y la Luna) y el gran círculo gris la Luna. La nave se prepara para la maniobra de sobrevuelo motorizado de salida que la llevaría a unos 100 km de la superficie lunar, el acercamiento máximo de la misión Artemis I sin tripulación, antes de pasar a una órbita retrógrada distante alrededor de la Luna.
La nave espacial entró en la esfera de influencia lunar el domingo 20 de noviembre, convirtiendo a la Luna, en lugar de la Tierra, en la principal fuerza gravitacional que actúa sobre la nave espacial. En cuanto a la segunda imagen (ese puntito azul) es nuestro planeta a una distancia aproximada de unos 300.000 kilómetros. Ese diminuto punto contiene la única evidencia de vida en el universo (hasta el momento) y es desconcertante poder ver un retrato de nuestro hogar, aunque nos cueste creerlo, ahí estamos.
Falta mucho tiempo para que el sistema solar desaparezca, sin embargo, eso no nos importa porque “nosotros no estaremos” somos egoístas hasta con los que vendrán. Buscamos otros mundos para habitar porque si somos la única evidencia viva del universo no debemos extinguirnos.