PADRES ORGANIZADOS: presencialidad: SI...enemigos: NO
El responsable de la Educación entrerriana, Martín Müller nos decía por los medios: "La Provincia no es AMBA". Luego dijo que se consideraba "optimista acerca de un acuerdo con maestros". Más adelante nos señaló: "Los paros perjudican a los alumnos y sus familias".
También que es una desproporción la medida de los maestros. La sociedad toda está llena de muy lógicas expectativas por la vacunación generalizada a todos los trabajadores de la Educación.
En el último plenario de Agmer, con el que luego coincidieron el resto de los gremios que conforman el Frente Gremial a nivel provincial, se denunció persecución. Muy tirantes notamos las relaciones.
En el medio estamos nosotros, sintetizan muchos integrantes de Padres Organizados, ONG que se la conoce en cada provincia, en cada rincón de nuestro país. También se atan a que "desde todos los sectores nos señalan que la presencialidad es irremplazable".
-¿Entonces...?
Aquí en Gualeguay son muchos "mamás y papás" que han salido públicamente a hacer oír el reclamo. Reclaman que se los escuche. Entre otras y de distintos establecimientos (públicos y privados), dialogamos con, de Padres Organizados, Alejandra Scabinni, Natalia Delorenzi, Luciana Bidegaray, Marina Petroff, Eugenia Gervasoni, Ana Viviani y muchas otras personas más. Conversamos extensamente y resumimos la entrevista.
-¿Quiénes son los Padres Organizados?
-Los P.O. somos padres, madres, familias de niños y adolescentes en edad escolar, nucleados con el objetivo en común de intervenir y ser la voz de esos niños, que en el contexto de la pandemia han visto por más de un año la suspensión de clases y la aparición de un intento, hoy ineficiente, de sostener el aprendizaje mediante la virtualidad. Nosotros pedimos presencialidad, porque es la modalidad que garantiza aprendizajes y combate los privilegios. Los P.O. estamos en todo el país, en todas las provincias, y nacimos con la pandemia para luchar por la educación y para mostrar la cara de la moneda que el discurso de los gobiernos y los gremios intenta ocultar o disimular. Trabajamos en red. En Gualeguay estamos en contacto con otros departamentos, buscamos dialogar con los funcionarios, los legisladores, la Dirección Departamental de Escuelas.
No hemos sido atendidos aún, pero tenemos la expectativa de que así será porque hay derechos que están siendo vulnerados y no se puede mirar para otro lado. Estamos en formación permanente con actividades y conversatorios con actores del proceso educativo. Ayer nos reunimos, por ejemplo, con el profesor Pedro Demarchi y con miembros de varios Departamentos para seguir abordando esta problemática.
¿Por qué hablamos de presencialidad?
-Queremos presencialidad porque está comprobado por estadísticas y estudios científicos que la escuela es un espacio cuidado por estar protocolizado y por cumplirse esos protocolos, que no es un propagador del virus, y que los contagios que hay allí no impactan verdaderamente en la curva de transmisión. La escuela es un espacio de socialización; la escuela es, además, un detector de casos de abuso y de violencia que padecen muchos niños que, en este momento, se encuentran desprotegidos. En el país hay un 46 % de pobreza; en Entre Ríos el porcentaje es aún mayor. Esas familias no cuentan con conectividad o dispositivos para la virtualidad y, si cuentan, son insuficientes. La virtualidad en muchas escuelas públicas sólo se trata de la aplicación WhatsApp y archivos PDF o Word. Hay padres que, por no haber tenido escolaridad suficiente o por sus horarios de trabajo, no pueden enseñar y acompañar a sus hijos en ese proceso. Éstos serán los grandes excluidos el día de mañana en el camino por un empleo, por un estudio superior; o sea que los más vulnerables son los más perjudicados por la falta de presencialidad. Y, si hablamos de la brecha entre la escuela pública y la privada que era del 11%, y hoy ha crecido al 30%, el panorama de nuestra lucha se aclara aún más. En las privadas hay clases y la virtualidad se practica, a través de plataformas como Zoom o Meet, durante varias horas; en las públicas, no. Sumada a los paros y las asambleas gremiales, objetivamente, la virtualidad promueve el privilegio. Los docentes hacen grandes esfuerzos para sostener el proceso por este medio sin ninguna ayuda del gobierno, pero el esfuerzo no garantiza buenos resultados.
¿Ustedes dimensionan que estamos en pandemia y el sistema de salud está colapsado?
-Por supuesto. Por supuesto que sí. Sí, es verdad, hace un año y meses estamos en pandemia, y las escuelas se cerraron. En ese año y meses no hubo por parte del gobierno provincial ninguna acción tendiente a asegurar el sistema sanitario, entonces llegó el caos. Quedó desnuda la inoperancia del gobierno para contener la pandemia, entonces lo que hicieron es culparnos a los ciudadanos y ponernos en la mira a los padres que pedimos educación, tildándonos de enemigos de los médicos, de los niños, de los docentes. Debe quedar muy en claro que sólo estamos peleando por un interés de toda la sociedad como es la educación, en lugar de reclamarle al gobierno por el estado del hospital y la falta de herramientas y personal para contener los contagios que nos han enfrentado como sociedad. Y el gremio es un actor de esta lesión fundamental, poniendo de rehenes a niños, padres, docentes y a la educación, apretando al gobierno, buscando adeptos en padres "asustados" para su plan de no volver a las aulas.
Ya hablamos de los contagios en las escuelas, no son igual a cero pero son infinitamente menores a los que suceden en cualquier otra actividad habilitada; hablan del frío para el docente y el alumno, una realidad invernal de siempre en las escuelas públicas pero que ahora parece un hallazgo. Además no es cierto que deban estar a puertas y ventanas abiertas, sino que el propio gobierno ha dado las indicaciones de ventilación cruzada y por cinco minutos.
Nosotros no debemos detenernos en estas consideraciones; sí detenernos en cosas más profundas y es el real reclamo de que nuestros niños están perdiendo el futuro en un presente sin escuela durante una pandemia que no sabemos cuánto durará y si el gobierno se volverá más eficiente en su abordaje o seguiremos en el caos sanitario.
No podemos suspender la educación más tiempo. ¡A la presencialidad la necesitamos ya! Mientras tanto, en la provincia vemos las pujas entre el CGE (Gobierno Provincial) con los gremios docentes.
Encontraremos excepciones, pero en muchos casos estamos convencidos de que en realidad es un disgusto entre amigos, porque ya sabemos que lo son. Y la verdad es que tampoco el gobierno a través del CGE (que es nada menos el Ministerio de Educación en la Provincia de Entre Ríos) nos ha mostrado interés en trabajar en alternativas que atiendan esta problemática.
Tampoco observamos ideas para hallar algún plan de contingencia que asegure que serán incorporados los saberes que se perdieron en todo este tiempo, en lugar de extender la unidad pedagógica y ampliarla eternamente. Por eso queremos ser recibidos por la Dirección Departamental de Escuelas, por los legisladores, por los funcionarios: necesitamos dialogar, no desde la confrontación, sino desde el aporte. No somos los enemigos de los docentes, todos queremos la mejor educación para nuestros chicos. Queremos dialogar, queremos ser escuchados.