Gualeyos por el Mundo
Patricia Firpo, el encanto de España y Portugal 2ª Parte
En la entrega anterior, Patricia Firpo nos comentó su recorrido maravilloso por Grecia junto a su hijo Federico y su novia Celina Carbone. Finalizada esa etapa, vuelan para Madrid para luego llegar a Portugal y aquí lo comparte esa experiencia.
“De Atenas a Madrid, pasamos unos días en la bella capital española. Alojados en el barrio de las LETRAS, caminamos sus angostas calles empedradas junto a miles de peatones; me sorprendió la ausencia de ruido, la restricción vehicular en la zona central (sólo taxis, autobús y bicis) permite disfrutar en Plaza Mayor, Puerta del Sol, Parque del Retiro, la Gran Vía esos edificios con puertas, ventanas y balcones en hierro forjado que caracterizan la arquitectura madrileña creando un paisaje urbano particular con predominio casi absoluto del color rojo teja.
Volvemos a la ruta, otro auto, por autopista 570 km. hacia el oeste, atravesamos la meseta castellana cruzando la emblemática ciudad universitaria de SALAMANCA, extensos campos de cultivos y pequeños pueblos se observan a ambos lados del camino. Llegando a la frontera portuguesa surgen montañas cubiertas de bosques frondosos, producto de las lluvias provenientes de los vientos del Atlántico. La ruta sigue la margen izquierda del R. Duero, montañas, valles, viñedos, olivares y espléndidas genistas amarillas (retamas) acompañan este tramo hasta llegar a OPORTO (en portugués PORTO) “la capital del Norte”. El estuario del Río Duero (en portugués DOURO) se abre al Océano Atlántico y separa las ciudades de OPORTO, en la margen derecha y VILA NOVA de GAIA, en la margen derecha a izquierda.
OPORTO es puerto comercial y naval desde el siglo VIII. En el centro histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, se destacan imponentes edificios: la Catedral, Estación SAO BENTO, el Mercado del Bolhao, la Torre de los Clérigos y el Palacio de la Bolsa de Comercio, verdaderos tesoros arquitectónicos y artísticos, cubiertos por cientos de azulejos pintados de azul y blanco, que representan escenas de la vida cotidiana y la mitología típicas de la cerámica portuguesa. Seis puentes unen Porto con Nova Gaia, el emblema de la ciudad es el PUENTE LUIS I (de 1886 diseño de Theophile Seyrig) símbolo icónico de la ingeniería portuguesa, compuesto por dos niveles, unidos por un arco de hierro, por el nivel inferior cruzan autos, peatones y por el nivel superior la línea amarilla del metro de Oporto. Desde el Barrio de Batalha descendemos por empinadas callecitas adoquinadas hacia la RIBEIRA, tan pintorescos como turísticos; los cafés y restaurantes ofrecen, entre otras comida típicas, sardinas a la brasa, y francesinha un contundente sandwich con fiambres, queso y huevo frito cubierto de salsa picante. En la Ribeira de NOVA GAIA se concentran más restaurantes y bodegas donde degustamos su famoso vino oporto.
Viajamos luego hacia el sur a lo largo de la costa portuguesa y visitamos:
AVEIRO, muy pintoresca, situada a orillas de la ría, ciudad de pescadores; de sus canales extraen algas y sal, utilizando unas curiosas barcazas llamadas moliceiros.
NAZARÉ otro encantador pueblo pesquero de la costa portuguesa, hoy es conocido mundialmente por la práctica de surf -un valle submarino frente a sus costas intensifica la fuerza de las olas que llegan a la playa y lo hacen ideal para el desarrollo de ese deporte de alta competencia - La práctica de surf convive con una antigua tradición: mujeres con un típico vestido de siete faldas, cuidan el artesanal proceso de secar el pescado que los hombres de la familia recogen del mar.
LISBOA, emplazada sobre la margen derecha del Río TAJO (TEJO en portugués) Alojados en el antiguo barrio de ALFAMA, se oía por la noche en los bares, los sonidos de FADO, música tradicional portuguesa. Cuestas pronunciadas, escaleras, callecitas empedradas nos llevaron por la Plaza de Comercio, la Catedral, el Panteón Nacional, y la Estación Santa Apolonia. En el barrio de BELEM, además de la antigua Torre y el Monasterio de los Jerónimos, en un amplio espacio parquizado se llega a una plaza; sobre el suelo se observa un gran mapamundi y una rosa de los vientos de 50 m de diámetro, decorados con azulejos rosa, blanco y negro, reflejan las rutas que siguieron los descubridores y se alza frente al Río Tajo el fantástico PADRAO dos DESCOBRIMENTOS (1960) una imponente carabela de piedra blanca, con esculturas a ambos lados, que se recorta sobre el azul del cielo rindiendo homenaje al Infante Don Enrique I y a los navegantes portugueses; un tributo al período de las exploraciones marítimas del Siglo XVI.
SINTRA, combinando subte, tren y ómnibus, nos desplazamos 30 km para llegar a esta ciudad en medio de sierras y bosques, lugar de residencia de reyes, nobles, aristócratas y terratenientes que construyeron palacios y castillos rodeados de bellos jardines; teníamos tickets anticipados vía web, y recorrimos CASTELO dos MOUROS, PALACIO DA PENA, PALACIO NACIONAL DE SINTRA, QUINTA da REGALEIRA y EL PALACIO MONSERRAT.
En la región del ALGARVE, nos alojamos en PORTIMAO, ciudad portuaria con una importante industria de conserva de pescado, disfrutamos de sus playas, del bacalau a la brasa y los pasteles de nata. En TAVIRA, el río Gilao pasa por el centro; es un laberinto de calles estrechas con construcciones de influencia morisca y romana.
Emprendemos el regreso, 160 km de autopista con un cantero central completamente cubierto de laureles florecidos marcan el camino a SEVILLA, paseamos por Plaza España y la catedral sevillana, hacemos noche en MÉRIDA ciudad fundada por los romanos y llegamos a Madrid.
Después de un mes, nuestro viaje llega a su fin, despedida con muchos abrazos en Atocha. Federico y Celina vuelven a BRISBANE (Australia) y yo a Gualeguay. Hasta que volvamos a vernos”.