Diócesis
Pedro Castro junto con Darío Rivollier se incardinaron a la Diócesis
Los futuros diáconos permanentes de la Diócesis, Pedro Castro (Gualeguay) y Darío Rivollier (Gualeguaychú), se incardinaron esta mañana a la Diócesis, en un ceremonia que presidió monseñor Héctor Zordán en la capilla del obispado.
La incardinación es un vínculo jurídico, que tiene valor eclesiológico y espiritual en cuanto que expresa la dedicación ministerial del diácono a la Iglesia.
La palabra diácono literalmente significa “servidor”, siguiendo el ejemplo de nuestro maestro Jesucristo que vino no para ser servido sino a servir.
Los diáconos son ministros del altar, ayudando a los obispos y sacerdotes en la liturgia, y se desempeñan como ministros ordinarios de la eucaristía.
Además, administran el sacramento del Bautismo y del Matrimonio, presiden en el rito de funerales y sepultura y en servicios devocionales, como la exposición y bendición con el Santísimo. También bendicen artículos religiosos de acuerdo y expresamente lo permitido en el rito indicado en el libro Bendiciones de la Iglesia.
Pedro Castro junto con Darío Rivollier se incardinaron a la Diócesis