Psicología y ansiedad
El trastorno de Ansiedad es uno de los problemas más frecuentes en la sociedad actual.
El trastorno de Ansiedad es uno de los problemas más frecuentes en la sociedad actual. En la mayoría de los casos la ansiedad tiene un origen adaptativo y nos sirve para poder ajustarnos y reaccionar de manera adecuada.
No obstante, cuando alcanza niveles excesivos, que no se corresponden con una amenaza real o suficientemente grave, y además supone un problema en la vida de la persona, en algunos casos podemos hablar de un Trastorno de Ansiedad Generalizada o TAG , que estaría definido por una preocupación excesiva, incontrolable e incapacitante, que afecta a múltiples ámbitos de la vida de la persona.
Al igual que en otros trastornos mentales, este diagnóstico se trata simplemente de una etiqueta descriptiva, ya que existiría un continuo entre los niveles de preocupación y ansiedad adaptativos, y los desadaptativos y problemáticos para la persona.
Podemos decir que es una respuesta emocional caracterizada por una gran excitación fisiológica, que nos prepara para luchar o para huir. Es, en definitiva, un mecanismo de defensa que agudiza los sentidos, preparándonos para afrontar un riesgo real.
Pero, si esta respuesta aparece ante situaciones cotidianas (problemas de tráfico, conocer a personas nuevas, un examen, etc.) o estímulos internos (pensamientos, ideas, imágenes, etc.) que no son realmente peligrosos, y aun así se interpretan como algo verdaderamente amenazante, es entonces cuando aparece el problema.
Según los estudios desde el modelo cognitivo-conductual de la Psicología, estos síntomas se entenderían a partir de ciertas características cognitivas que predisponen a sufrir dichos problemas de salud mental. Desde dicho modelo, se tratarían estos aspectos cognitivos "disfuncionales", que están en el origen de la problemática.
Se trata de una tendencia comportamental que hace que las personas sientan aversión a la ambigüedad y a las situaciones inciertas o fuera de su control. Afecta también a la toma de decisiones y la seguridad y confianza en las propias acciones, las cuales a su vez están influidas por el estado de ánimo, confirmando las creencias negativas y disfuncionales. Por ejemplo, si hacer un examen genera gran preocupación para una persona con TAG, la ansiedad podría jugarle una mala pasada y hacerle suspender, confirmando sus creencias de que la situación impredecible del examen es altamente peligrosa e insoportable.
El mantenimiento de creencias acerca de la utilidad de las preocupaciones parece ser un punto común en las personas, con o sin trastorno clínico, que sufren de ansiedad. Es usual que las personas que tienden a preocuparse justifiquen dicho comportamiento en base a la evitación de problemas futuros (p.e. "Preocuparme sirve para evitar un daño en el futuro"), o como ayuda para encontrar soluciones (p.e. "Preocuparme significa que las cosas me importan, y la ansiedad me ayuda a moverme para encontrar soluciones").
Es común en personas con un nivel elevado de ansiedad el "bloquearse" ante un problema. A pesar de poseer las habilidades para resolver una cuestión, no se sienten capaces de afrontarla, por lo que su desempeño final es bajo. Los problemas se ven con desesperanza y temor, en lugar de como un reto o una oportunidad para mejorar.
El mantenimiento de los síntomas del TAG se relaciona con la evitación de las situaciones de incertidumbre y de las emociones negativas, como la ansiedad, asociadas al trastorno. Esta evitación, paradójicamente, contribuye al comportamiento disfuncional y la ansiedad, dado que la persona no afronta, sino que evita sus problemas.
Cualquiera sea el caso, el que realiza conductas de evitación y escape se halla motivado por la búsqueda de alivio a su malestar, la ansiedad patológica, pero sin saberlo, la perpetúa. Esto ha llevado a afirmar que en lo que hace a la patología de la ansiedad, lo más importante no es la emoción misma ni tampoco su intensidad. Por el contrario, y tal como planteamos al inicio, la ansiedad es una emoción sana y necesaria. Lo que convierte a esta emoción en patológica es toda la parafernalia que los seres humanos a veces hacemos para evitarla y controlarla.
Las decisiones terapéuticas dependen de cuánto afecte el trastorno de ansiedad generalizada la capacidad de desenvolverse en la vida diaria. Los dos tratamientos principales para el trastorno de ansiedad generalizada son la psicoterapia y los medicamentos.