Retratos Íntimos
Retratos Íntimos : Paulo Kablan
Paulo Kablan. Periodista, columnista, productor periodístico y presentador de televisión argentino y, por supuesto, gualeyo.
Yo nací y me crié en Monte Caseros 377, de la Plaza Constitución a una cuadra y media. Estudié la primaria con todos mis hermanos en la Escuela Castelli y luego hice el secundario en la Comercio. Estando allí empecé, como la mayoría, a jugar y creernos que trabajamos en Radio Gualeguay haciendo las primeras experiencias.
Yo trabajé mucho en Gualeguay, de todo un poco, por ejemplo, laburé en una consignataria de hacienda. Pero siempre también vinculado a los medios, que era algo que me atraía y me apasionaba.
Posteriormente, con 21 o 22 años, me fui a estudiar a Concepción del Uruguay y allí continué trabajando y profesionalizandome en esto que tanto me gustaba y tanto me apasiona. De todas maneras, puedo decir que mi comienzo no sólo en los medios, además en la vida, fue aquí en Gualeguay. Una vida normal como cualquier chico de acá de la ciudad, que nació en 1970, jugando a la pelota en el parque, cerca del río.
Yo tengo siete hermanos, soy el segundo de ocho. Cuatro varones los mayores, cuatro mujeres las más chicas. El recuerdo que tengo en mi infancia con muchos hermanos es muy lindo. De Pedro, que es el cardiólogo de acá de la ciudad hasta mi quinta hermana, somos uno por año los cinco mayores, después se empezaron a ralear un poco más los nacimientos hasta Ana que es la más chiquita. Pero siempre fuimos muchos. Fue sumamente entretenido y divertido, más allá de las limitaciones obvias de ser tantos hermanos. Papá comerciante, mamá maestra, las vacaciones eran muy cortitas. Siempre cuento que las vacaciones nuestras eran de un día. En verano, salíamos de viaje en un auto que tenía papá, que era un 12, e íbamos a Colón un día. Salíamos de mañana temprano y volvíamos a la noche. Esas eran las vacaciones nuestras, siempre lindas. Después íbamos mucho al río, mucho al parque. Tuve una linda y divertida infancia.
El concepto de familia está muy arraigado en mi. Yo siempre pienso en familia. Mi vida fue siempre así. Yo tengo cuatro hijos y, además, me crié siendo el segundo de ocho hermanos. Asimismo, ya de muy joven fui padre, así que mi cabeza siempre estuvo chipeada de esa manera, pienso en familia.
Cuando era chico escuchaba mucha radio, de noche la escuchaba. Un vecino, compañero de escuela y amigo de toda la vida, Taky Almeida, tenía en su casa un grabadorcito que yo en mi hogar no tenía, entonces para mi era un hallazgo enorme. Así empezábamos a jugar a la radio con Taky y con uno de mis hermanos. Hacíamos y relatábamos transmisiones de fútbol y después nos escuchábamos. Éramos chicos de diez y once años que nos pasábamos las horas de esta manera y me encantaba, me parecía una magia total. Así me fui metiendo en los medios, jugando a ser relator, a ser periodista, a ser locutor. Todo pasó por ahí, por empezar jugando y porque Taky tenía un grabador que yo no tenía (risas).
Me gusta el deporte pero nunca me interesó el periodismo deportivo, si bien soy muy futbolero. Lo miro mucho, todo el tiempo trato de leer y aprender de estrategia, soy hincha de River, voy mucho a la cancha, acá en Gualeguay incluso jugué en Sportiva. Sin embargo, al periodismo deportivo siempre lo tuve lejos, me gusta pero no es algo que haría, nunca me atrajo como práctica. Es muy complejo para mi ya que yo tengo una formación más de la crónica policial y el periodismo judicial que es muy estricto, entonces yo te tengo que decir las cosas como son por más que no te gusten. El periodismo deportivo no tiene tanto de eso, así es como me fui separando de su práctica.
Trabajar y conocer aquellas figuras que fueron mis referentes es una experiencia muy loca porque te hablan de igual a igual y es muy raro. Me pasó, por ejemplo, con Juan Alberto Badía. Yo no lo conocía personalmente y un día me lo cruzo y me empezó a piropear y a halagar por lo que yo hacía. Evidentemente él me veía y me seguía. Con Cacho Fontana me pasó lo mismo. Con él me senté a tomar café, a charlar, a hablar de la vida. Como te decía, es muy raro cuando gente que vos admirabas y conocías de los medios te empiezan a hablar de igual a igual. Hasta el día de hoy siento eso con periodistas, presentadores o actores de muchos años. Es extraño porque uno fue público y luego pasa a ser par.
El día que sienta que no tengo pasión por lo hago, me dedicaré a otra cosa. Ir a trabajar sin ganas por un sueldo, la verdad que a mis 52 años ya no tiene sentido. Hago esto porque me gusta. Algún día me pasará que me canse, y en ese momento cambiaré de profesión o bajaré los decibeles. Hoy por hoy yo vivo de periodista, pienso como periodista, estoy en mi casa como periodista. Yo me levanto a las siete y media de la mañana y vuelvo a las doce de la noche cuando termino la radio y me doy cuenta que siempre mi cabeza funciona como periodista. Por ejemplo, entro al supermercado y tengo un ojo periodístico y la que lo padece es mi mujer porque siempre estoy haciéndole comentarios de esa índole y ella me dice: “dale, basta, entremos a comprar” (risas). Pero bueno, es así, es mi forma de vida.
En Concepción del Uruguay comencé a trabajar en gráfica. Me parece que la gráfica es la mejor escuela, es donde más aprendí. Creo que una vez que aprendés a escribir, lo demás es todo fácil. A propósito de esto, si bien muchos de los grandes periodistas y escritores argentinos, como Roberto Arlt, arrancaron desde la práctica, hoy ya no es así. Actualmente, hay que hacer todo. Tenés que tener una muy buena formación académica, la mejor que puedas tener, y a partir de ahí comenzar con la segunda etapa de la formación que es el medio y la práctica. Me parece que el periodismo se dirige inexorablemente a una formación cada vez más profesional como ocurre, por ejemplo, con las ciencias médicas. Es decir, tenés que tener un título de médico pero después necesitás un par de años de residencia. El periodismo tiene que ser así y me parece que vamos hacia eso. A mi me pasa que cuando veo esa gente, la que tiene una sólida formación universitaria y después un amplio recorrido en los medios pero arrancando desde abajo, conociendo todas las áreas, son los más formados y las que mejor se desarrollan en los medios de comunicación.
Siempre estoy volviendo a Gualeguay y, un día, no voy a volver más a Buenos Aires. Mi carrera es esa: cada día estoy volviendo más y sé que, inexorablemente, un día no voy a arrancar el auto y me voy a quedar acá en Gualeguay. Ahí va a terminar mi carrera periodística (risas).