Rotary
“Rotary, un siglo en la Argentina, 30 años en Gualeguay”
Como de costumbre, en este espacio damos a conocer información rotaria.
Vivimos en la edad de la máquina y la máquina tiene su lugar en ella. Pero no debe permitirse que domine al hombre. Reconocemos la importancia de la tecnología, pero no es lo más importante de la vida. Son más importantes los hombres que las máquinas.
El favor que en el público han cobrado los institutos tecnológicos se debe a que la industria pide técnicos, y los paga bien. Y dentro de un orden social donde el lujo tiene tan señalado papel, los empleos lucrativos responden a las exigencias de la hora. Por eso continúa progresando tan velozmente la tecnología, dejando a la zaga cosas de importancia mayor.
No logramos aún conocer a fondo una máquina, o una invención, para utilizarlas juiciosamente, cuando la tecnología nos ofrece ya nuevas. Es tremenda la necesidad que el género humano tiene de una forma más “humana” de vivir. ¿De qué sirve que la industria cree riquezas si estas han de disiparse en la guerra? Nuestra necesidad primordial, sin lugar a duda, es aprender a vivir sensata y dignamente. Lo demás vendrá por añadidura. No remediaremos la situación con clausurar los institutos tecnológicos mientras avanzan, hasta igualar su progreso, otras más importantes materias. Lo que se impone es crear también institutos en que se estudie la “tecnología” de la cooperación y de la paz.
La ciencia está tan obligada, indudablemente, a fomentar la paz, como a perfeccionar la eficacia de las máquinas de guerra. A la guerra nos llevan perturbaciones del ánimo. De la ira nace la guerra, y la ira dicta las condiciones de paz. En la ira jamás ha tenido origen nada útil.
Hasta aquí llegamos, damos las gracias al Diario “El Debate Pregón” por permitirnos llegar a Uds.; con un hasta pronto, y deseándoles lo mejor, ha sido Imagen Pública de Rotary Club Gualeguay.