Santa Rosa
Santa Rosa, por Pbro. Jorge H Leiva
El próximo martes 30 de Agosto vamos a celebrar la fiesta de Santa Rosa, la primera de las hijas de estas tierras hispanoamericanas canonizada por la Iglesia. En nuestra ciudad tenemos un centro pastoral erigido en su honor.
Recordemos las palabras que dijo el papa San Juan Pablo II: “Queridísimos hermanos y hermanas, reanudando nuestra peregrinación espiritual por los santuarios del continente americano, con motivo del V Centenario de la evangelización, vamos hoy a Lima, capital del Perú, para visitar el templo dedicado a santa Rosa. Joven mestiza, enamorada de Cristo y de su cruz, Rosa representa una primicia de santidad florecida en América precisamente en el alba del anuncio del Evangelio. El santuario dedicado a ella, meta de constantes peregrinaciones, lo forman la iglesia, el jardín y la casa en la cual vivió y murió el 24 de agosto de 1617, cuando tenía poco más de 30 años. Muy jovencita aún Rosa vistió el hábito de la Tercera Orden de Santo Domingo. En el jardín de su casa ella misma construyó una ermita, donde se dedicó a la oración y a la penitencia, realizando notables progresos en el camino de la virtud y de la contemplación de los misterios divinos. La ermita se transformó en un grandioso templo, recientemente inaugurado. Primera santa de América, Rosa de Lima, con su vida sencilla y austera su carácter dulce, su ardiente palabra y su apostolado entre los pobres, los indios y los enfermos, fue también una intrépida evangelizadora, testimonio elocuente del papel decisivo que la mujer ha tenido y sigue teniendo en el anuncio del Evangelio (…) Que la Iglesia en América Latina, en continuidad con estos quinientos años de fe que celebramos, siga siendo madre de numerosos y fieles discípulos de Cristo”.
Comparto una letra que compuse con motivo de la preparación del quinto centenario del comienzo de la evangelización de Hispano América: “En el jardín de la iglesia brotó una flor,/es una rosa muy bella por su color./Eres tú, rosa de lima, eres tu esa bella flor/alegra con tu sonrisa el jardín de Dios. Te desposaste con Cristo, nuestro Señor/y te abrazaste a la Cruz de la redención./ Tu vida fue de silencio y de oculta oración,/sufriste las injusticias con gran amor. Ay, flor de la tierra mía, flor del Perú/ mira que tu pueblo humilde lleva la Cruz./ Aroma del evangelio saldrá de un jardín en flor:/es el jardín de los pobres, donde estás vos”.
Decía el Cardenal Ratzinger (luego papa Benedicto XVI): “Esta mujer es, por así decirlo, una personificación de la Iglesia latinoamericana: inmersa en el sufrimiento, sin grandes medios exteriores y sin poder, pero aferrada por el fervor de la cercanía de Jesucristo”.
Peregrinemos espiritualmente, como y con Juan Pablo II, al santuario de Santa Rosa para encontrar raíces.