Fiesta del Asado y la Galleta
Tamara Honigman: ¿Cómo fue ser jurado en la Fiesta del Asado y la Galleta?
La comerciante gastronómica y dueña de “El Genovés”, Tamara Honigman fue uno de los miembros que integraron el jurado en la Fiesta del Asado y la Galleta. En su paladar estuvo la decisión de galardonar al mejor asado y a la mejor galleta del año.
En este marco dialogamos con ella sobre cómo fue jurar, como fue convocada, sobre su pasión y comienzos en el mundo de la gastronomía, entre otras tantas cosas. “Decir hace cuánto me dedico a la gastronomía, es remontarnos a mi infancia. Cocino desde que tengo memoria, junto a mi madre y mis abuelas. Esa fue mi primera y más poderosa escuela. Estar en ese espacio, compartiendo entre piernas femeninas, los sabores, olores, sonidos hermosos de la cocina”, nos contaba.
Y continuaba “Comencé trabajando en Villa Gesell, en un bar donde solíamos frecuentar con mi familia cuando nos íbamos de vacaciones y a los 17 años tuve allí mi primer trabajo de Camarera. Cuando terminó la temporada, volví a buscar trabajo en bares y restaurantes en Buenos Aires (de donde soy oriunda) siempre en el salón. Pero la cocina me llamaba y muchas veces llegaba una o dos horas antes para meterme a pelar papas o alguna otra tarea con tal de ver cómo era el funcionamiento interno de la cocina”
En la misma línea Tamara agregaba “Tuve la suerte de que muchos cocineros y Chefs reconocidos, me dieran ese espacio de aprendizaje. La cocina de un restaurante, suele ser un ámbito bastante hostil y los que conducen esos espacios muy celosos de su profesión. Más aun siendo mujer. Luego tuve una empresa de Catering en Buenos Aires y cuando vinimos a vivir a Gualeguay, ya hace 18 años comencé cocinando en pequeños eventos y algunos no tan pequeños. Luego vino el Genovés y ahora Cosa e¨Mandinga, Casa de comida y regionales en frente al mismo”
En lo que respecta a la Fiesta del Asado y la Galleta, Tamara expresa “para ser jurado, me convoca Ignacio Barragán, desde la Dirección de Turismo. Debo confesar que en un primer momento me sorprendió mucho la invitación e inmediatamente en mi cabeza fue un “no”. Pero me convencieron mi compañero y mi hijo, con argumentos como ‘está muy bueno el reconocimiento, puede ser una experiencia muy gratificante, por algo te convocaron’. Y acepté. Cuando finalizó el evento entendí la real importancia que, en lo personal creo que tuvo mi participación”
Y proseguía “Más allá de lo estrictamente relacionado con la degustación del corte de carne de las distintas cantinas y el haber llegado a una determinación conjunta con los otros dos miembros del jurado, fue el hecho de que, entre los seis jurados, 3 de la galleta y 3 del asado, yo era la única mujer”
Agregando “en un mundo que está cambiando; en una sociedad que trata de “deconstruirse”; en un ámbito sumamente machista como es todo lo que rodea al “asado-asador”, como si fuera de uso exclusivo el área parrilla para el hombre, pero la cocina sí, es de la mujer, por suerte todo esto está cambiando y a pesar de las resistencias, todos son pasitos importantes para hacerse el lugar. Un lugar perfectamente compartible”
“Estoy acostumbrada a estar en lugares incómodos. Para mí o para los demás. Y la verdad no me molesta. Llegué al evento con la guardia en alto, esperando las miradas inquisidoras o la indiferencia de mis colegas (parrilleros profesionales ellos y reconocidos). Porque para mi familia y amigos, yo soy una muy buena asadora. Pero ellos no lo sabían y aunque tenga un restaurante, no soy una profesional del asado”, continuaba diciendo Tamara Honigman.
Y expresaba “no hicieron falta más de 5 minutos de miradas y charlas con la voz segura para ser parte. Por eso agradezco infinitamente a mis compañeros de jura, Antonio Ramón Baez y Carlos Roberto Jubert por haberme hecho sentir tan parte de ese momento como ellos que tienen una trayectoria. Espero ansiosa que me inviten un asadito con un buen vino y devolveré el favor de igual manera”
En cuanto a la experiencia en si misma afirma “Nunca había sido jurado en nada que tenga que ver con la cocina. Sí con la parte artística, que es la otra actividad a la que me dedico. Hace muchos años ya”. Prosiguiendo “Lo primero que consulté ni bien estuvimos reunidos con el jurado y quien nos había convocado, era qué criterios debíamos tener en cuenta para la elección. Y esto no estaba muy definido. Por lo que nos pusimos de acuerdo entre las partes qué puntos considerar para la elección, siendo objetivos”
“Decidimos degustar el mismo corte en todos los casos y tomamos en cuenta punto de cocción, fuego, la materia prima que se utilizó, la forma de salar la carne, entre otros. Yo pensé que me iba a ser más difícil tomar una decisión, porque me gusta la carne; porque al fuego y con el humo todo es más rico. Pero había notables diferencias entre unos y otros. Por suerte coincidíamos los tres en cada caso. Al final tuvimos que definir entre dos y me quedé con una sensación de que, quizás para próximas ediciones, estaría bueno que haya alguna mención especial. No es lo correcto, pero me hubiese gustado decirle al que quedó afuera que estuvo discutido. Que también merecía el reconocimiento, pero había que elegir uno”, explicaba.
Cerca del final indagamos sobre lo que le queda de esta experiencia “todas cosas positivas. Soy una persona de perfil más bien bajo; no me gusta la exposición, excepto cuando estoy actuando. Y estar en ese lugar, fue exponerme de alguna manera, a la mirada, al comentario, a las felicitaciones recibidas, pero también seguramente a las críticas no dichas. Como dije antes, estoy acostumbrada a estar en lugares incómodos. Y si mi presencia en la Fiesta del Asado y la galleta generó “cosas”, eso está muy bien. Me banco ser el chivo expiatorio y agradezco las felicitaciones infinitamente”, respondió.
Y culmino “como palabras finales (debo confesar que siempre que se realizó este evento, yo estaba trabajando) Por lo que me siento bastante en desconocimiento de muchas cosas. No sé si hubo con anterioridad una mujer como jurado, y si fue así le pido disculpas por mi ignorancia. Pero creo que una de las cosas más importantes fue esa. El romper un poco con lo predecible. Con lo instalado. Por más diversidad donde todo parece hegemónico”