De Gualeguay a Salta
Teresita Cardoso lleva realizados unos 1.000 kilómetros en bicicleta
La gualeya realiza una travesía hasta la ciudad de Salta para participar en la celebración de “La Virgen y el Señor del Milagro”, fiesta popular religiosa que, cada 15 de septiembre convoca a un millón de personas, aproximadamente, de distintos puntos del país.
Teresita Cardoso, de 43 años, partió de Gualeguay el pasado 1º de junio hacia el noroeste argentino. El recorrido lo realizó inicialmente por la Ruta Provincial Nº 6 y luego continuó por la Ruta Nacional Nº 12, hasta Goya, Corrientes. Luego cruzó a la provincia de Santa Fe. Por estas horas está dejando atrás la capital santiagueña y circula por Ruta Nacional Nº 9. En total, lleva realizados unos 1.100 kilómetros.
En esta travesía, Teresita, lleva consigo elementos indispensables como carpa, abrigos, materiales para la bicicleta, entre otras cuestiones. En algunas ocasiones, la gente la invita a dormir en su casa o cuando realmente necesita descansar se aloja en hoteles u hospedajes. El viaje lo hace con el fin de agradecer y también para pedir a “La Virgen y Señor del Milagro”.
En contacto con nuestro matutino, Teresita, nos comentó: “Estoy en Santiago del Estero, donde me quedé a disfrutar y conocer lo que es la ‘Marcha de los bombos’. Hasta el momento me está yendo muy bien, siempre acompañada de Dios y de la Virgen y el Señor del Milagro. Es una experiencia que significa mucho crecimiento espiritual y también como persona”.
En cuanto al itinerario que ha desarrollado la peregrina, ella misma relata: “el recorrido lo inicié por la Ruta Provincial Nº 6 y luego continué por la Ruta Nacional Nº 12, hasta Goya, Corrientes. Después, crucé el Río Paraná en un barco llamado ‘La Gaviota’ hacia la ciudad de Reconquista. Comencé el recorrido por Ruta Nacional 11 y arribé a la localidad de Vera y continúe por Ruta Provincial 92 y en Banderas (Santiago del Estero) continué por la Ruta Provincial 21. En Añatuya, realicé un tramo por la 92 hasta el cruce con la Ruta Nacional 34, que dejé de transitar por la misma cuando llegué a La Banda; luego, crucé a Santiago del Estero, capital”.
La “Tere” nos contó que “cuando la gente me ve emparchando la rueda de la ‘bici’ en la ruta se detiene y me ayuda. Algo que me encanta son los apodos que me ponen o las cosas graciosas que me gritan. Lo que más me gustó, por el tono y la emoción con la que sonaron sus palabras, fue un señor anciano, sentado en la puerta de su casita y con el brazo levantado, agitándolo, me gritó: “¡Viajerito, viajerito, vas cargado! ¡Chau viajerito! Eso fue mortal. Me causó mucha ternura su expresión. Y yo, por la ruta, lo saludé y esa imagen me causó una gran emoción”, manifestó.