2 de junio Día del Bombero Voluntario
Tito Paredes “Nuestra misión es brindar apoyo a quien lo necesita sin mirar quién es”
En el marco del 2 de junio, Día del Bombero Voluntario, mantuvimos una larga conversación con Raúl “Tito” Paredes, Jefe del Cuerpo Activo de nuestro cuartel, diálogo en el que compartió su trayectoria, sus vivencias en la institución, los lugares en los que han actuado, las intervenciones más difíciles y la satisfacción de poder ayudar al prójimo sin distinción.
-Es un nuevo Día de los Bomberos y yo voy a cumplir en agosto treinta y siete años de servicio, y otra gente cumple treinta y cinco, treinta y seis. Entramos unos diez años después de la creación del cuerpo, como cadetes. Hemos hecho cursos y capacitaciones primero en la provincia y luego en distintos puntos de la Argentina; internacionalmente, también comienza diciendo “Tito” Paredes, para continuar: -Soy Jefe del Cuerpo Activo desde fines del año 1998. Además, aquí estamos cinco hermanos. El total de gente en el cuerpo activo es de ciento diez personas. En la parte operativa, hay 60 integrantes y dentro de los ciento diez hay profesionales como escribanos, médicos, gestores, abogados… Además, está la Comisión Directiva formada, en su mayoría, por quienes estuvieron en el cuerpo activo.
Con respecto a los lugares en los que han intervenido y distintos tipos de accidentes, nos comenta: -Fuera de Gualeguay, hemos actuado en distintos siniestros como en la zona de islas de Zárate-Brazo Largo, Colón (El Palmar), en accidentes, la primera unidad de rescate de la provincia la tuvo Gualeguay. Hemos tenido incendios en Gral. Galarza, Larroque, Ceibas, en la zona de Victoria, Nogoyá.
-En la zona el cuerpo de bomberos más nuevo es el de Galarza (refundado). Luego Larroque, Ceibas. En Ceibas está un hermano mío como jefe operativo; ahí son frecuentes los accidentes viales; también ha habido derrames químicos.
-En Gualeguay, hemos cubierto todo tipo de accidentes, también algún accidente de trenes (1986, en Médanos); incendios de vehículos con gente atrapada.
-Los incendios más difíciles fueron los de la tienda La Pampa (Urquiza y Ambrosetti); antes un incendio en los de Emilio Aschkar; los de galpones también son algo complicados.
En lo que hace al equipamiento con el que cuentan, T. Paredes expresa: -Tenemos las herramientas adecuadas y una dotación importante, gracias al pueblo de Gualeguay que nos acompaña siempre. Contamos con ocho autobombas grandes, una unidad de transporte de personal, vehículos chicos, camionetas, dos Unimog, un Unimog más que se compró y falta llegar; tiene una pluma que sirve, por ejemplo, para sacar a los animales de los pozos, los empantanados. Esta unidad llegará en poco tiempo junto con una unidad O km. destinada a la K9 (unidad canina) con capacidad para tres perros. Esta unidad está encabezada por Gastón Velázquez y Osiris López. Hay dos perras adquiridas por la institución y el tercero es un regalo de un señor de aquí, de Gualeguay; es un animal dedicado exclusivamente para ubicar cadáveres. Las perras son de rastreo de gente viva a campo abierto.
En cuanto a los siniestros más difíciles, T. Paredes recuerda: -El incendio más complicado fue el de Soychú. La tensión más grande en esa planta es que había una cisterna con amoníaco y el gran miedo es que explotara, lo que hubiese sido una grave
complicación para los que estábamos trabajando y los alrededores. Conocíamos la planta parte por parte desde antes; se pudo trabajar. Cuando llegó la primera dotación se encontró con un fuego importante, luego fueron llegando las demás. Después se pidió el avión, cuya tarea, con la “lluvia” desde arriba, era aplacar la temperatura de las cañerías de amoníaco, más la cisterna del mismo. El siniestro se pudo dominar, en gran parte, con todos los efectivos de la ciudad de Gualeguay y su equipamiento. Cuando llegaron las otras dotaciones de afuera, el grueso del incendio ya estaba aplacado. Sí se pudo refrescar a nuestro personal, porque fueron muchas horas de tensión, importante por el riesgo que se corría, para poder sofocar el fuego e impedir que se expandiera más hacia dentro de la planta. Gracias a Dios se salvó una gran parte de la planta y se preservó la gran cisterna de amoníaco. Fueron importantísimos el hidroelevador y el avión hidrante para que no subiera la temperatura de las instalaciones de amoníaco ya mencionadas. Nos ayudaron diecinueve dotaciones de Entre Ríos; también de Zárate, Garín, Pacheco de la provincia de Buenos Aires. Pido disculpas si me olvido de alguna.
-En casos como éste, la dirección de las operaciones está a cargo de los bomberos locales. Lo que yo hice fue llamar a los jefes de los cuarteles de afuera pidiéndoles apoyo; cuando fueron llegando, estaba mi hermano José en la parte de dentro del frigorífico y Mauricio Dotto en otra parte; ellos dos fueron los responsables de la parte operativa contra el fuego; la planta fue dividida en dos para el trabajo. Trabajando en conjunto ellos dos, dirigían al resto de los bomberos. Éramos tres personas en la dirección de la tarea. Lo que quizá la gente no sepa es que hubo que informar directamente de todo lo que pasaba al Ministerio de Seguridad de la Nación, por la importancia que tiene Soychú en el ámbito nacional y también internacional. Cada veinte minutos, yo enviaba información actualizada al Ministerio. Como jefe del cuerpo activo, esta información era mi responsabilidad, como lo establece la Ley 25.054. Arrancamos nuestra labor a eso de las diez y treinta y cinco de la mañana; se extendió por más de veinte y cuatro horas. Ésta sí que fue “una prueba de fuego” más que importante. Hubo pérdidas materiales, sí; pero no humanas, tampoco ningún lesionado. Se trabajó muy bien con todas las fuerzas de Gualeguay: municipalidad, personal de tránsito, policía, policía caminera, gendarmería, prefectura. Principalmente, el Hospital San Antonio. Todos los médicos de nuestra institución estuvieron permanentemente al lado de las unidades, de las ambulancias, en el control de nuestro personal.
Lógicamente que el cuerpo activo tiene que ir renovando y sumando personal Y a eso se refiere T. Paredes: Tenemos un semillero de cadetes que concurre al cuartel. La alegría y el orgullo que tenemos es que son hijos de los hijos; es decir, ya hay una tercera generación de bomberos. Vienen y están aprendiendo; eso sí, la obligación que tienen es la de ir a la escuela. Hacen toda clase de servicios, aunque no en incendios. Aprenden que lo más importante de esto es brindar una ayuda al prójimo.
Hacia el final de la conversación, Raúl Tito Paredes nos dice: -Como mensaje en el Día del Bombero, quiero agradecer a la familia de cada integrante del Cuerpo Activo, a mi familia, a los integrantes, quienes están veinte y cuatro horas al servicio de la comunidad. Realmente, han demostrado su capacitación y sus logros en el incendio más grande que hemos tenido. Así deben seguir, trabajando de la misma manera, no olvidar nunca de brindar apoyo a quien lo necesita; al prójimo, sin mirar quién es.
Le agradecemos a Tito Paredes por concedernos esta entrevista y hacer un relato ameno, familiar, con orgullo por la tarea que desempeñan y con un agradecimiento permanente hacia la comunidad en general