Club Social: Tuvo lugar el concierto “De Gualeguay al mundo”
Un espectáculo maravilloso, único, especial
“De Gualeguay al mundo”, así se decidió titular el concierto que con gran éxito tuvo lugar el viernes 20, en el salón mayor del Club Social, con la presentación de la soprano Ivana Ledesma, y los tenores Víctor Echeverría y Flavio Fumaneri acompañados por el pianista César Rojas.
La convocatoria que tuvo este concierto fue muy especial, diría única, pues Flavio Fumaneri, oriundo de esta ciudad, cantante lírico actualmente perfeccionándose en el Teatro Colón y coreuta de su Coro Polifónico, ha sido contratado para actuar en Seúl y varias ciudades de Corea del Sur. Dicho contrato no incluye los aéreos desde y hacia Argentina, por lo cual era muy difícil llegar a concretar dicha oportunidad. Al tomar conciencia de este escollo, la Comisión Directiva del Club Social a instancias de su Subcomisión de Cultura , junto a Cultura de la Municipalidad , decidieron organizar este concierto con el fin de recaudar los fondos necesarios para ayudar al primer cantante lírico gualeyo. Los músicos que lo acompañaron tuvieron también el generoso gesto de resignar su correspondiente asignación, por lo que junto al público que se dio cita en el Club Social en la noche del viernes se pudo concretar el sueño de Flavio, quien partirá el 2 de julio a la lejanísima Corea del Sur.
En el concierto tuvimos oportunidad de conocer a la exquisita soprano Ivana Ledesma, quien a través de su actuación demostró sus cualidades líricas e interpretativas. Impecables su “Canción de la luna” de Dvorak y la “Canción de Vjlia” de “La viuda alegre” de Lehar. Sus interpretaciones de Verdi fueron brillantes demostrando sobre todo en “Sempre libera” su particular temperamento. Junto a Víctor Echeverría “Lippenschweigen” de “La viuda alegre” de Lehar, fue una entrega encantadora, muy apreciada por el público. Tanto Echeverría como el pianista César Rojas habían ya actuado en el Club Social, de manera que nuestro conocimiento de sus cualidades no nos era extraño. Rojas nos muestra en todo el concierto su particular conexión con los cantantes. En esta presentación Echeverría evidencia su oficio y amor por la música y el bel canto, desde su primera actuación de la noche con la bella obra de Donaudy,“ Vaghissima sembianza” y “Addo Fiorito asil” de Puccini con un final magnífico.El público rubricó con calurosos aplausos su interpretación de “Volver” de Gardel y Le Pera.
Flavio Fumaneri comenzó la primera parte del concierto con “O del mio amato ben” de Donaudy, que tantas veces escucháramos a Pavarotti, y que Flavio interpreta con seguridad, comenzando a demostrar su evidente progreso en técnica vocal e interpretación. Lo mismo se constata en “La solita storia del pastore” de L’arlesiana, interpretación muy comprometida. Flavio imprime dulzura y emoción en “Pel teu amor”, lo mismo que, cambiando totalmente de estilo, en “Te quiero dijiste” de Grever. Muy apreciadas fueron las canciones en trío sobre todo “La riba bianca, la ribanera” que tan bellamente cantara la inolvidable IvaZanicchi, tema que emociona pues vienen a nosotros imágenes de la guerra en Ucrania. No importa cuál guerra, siempre el dolor de los soldados enfrentados es el mismo.
“Música Proibita” con un excepcional Fumaneri y “Funiculí funiculá” también en trío, esta última coreada por el público, fueron los dos últimos de este repertorio. La ovación que recibieron los cantantes de parte del público no fueron sólo por su total entrega, por su simpatía, fueron el premio a la generosidad de los amigos de Flavio que lo acompañaron desinteresadamente, y fueron también por la emoción del público al haber logrado el objetivo de este noble propósito.
El agradecimiento a todas las personas que entendieron la noble propuesta del Club Social para apoyar a este hijo de Gualeguay en el comienzo de una importante carrera, de la que estamos seguros, ante el innegable talento de Flavio Fumaneri , su auténtica vocación, sus cualidades musicales, sus brillantes posibilidades, su manifiesto crecimiento.
Zélika Alarcón de Tamaño