“Un siglo en la Argentina, más de 30 años en Gualeguay”

   El desarrollo es en nuestros días un concepto raigal, referido a lo humano. No hay desarrollo de ninguna naturaleza si no se empieza por donde se debe: por cada ser humano.  El desarrollo económico, político, jurídico, social, es una consecuencia, y no una causa. Germinalmente, la aventura formidable del desarrollo empieza en la semilla del cerebro y el corazón de los hombres. 
   A pesar del repertorio formidable de recursos de nuestras naciones (agua en abundancia, tierras feraces, petróleo y minerales) el recurso clave será nuestra inteligencia y nuestra voluntad. Sin estos requisitos, toda ayuda externa será inútil. Nuestros países deben desplegar esfuerzos sin precedentes para acrecentar las aptitudes intelectuales de nuestra población. Abrir la mente y disciplinar la voluntad para el esfuerzo sostenido. Nada nos será regalado. 
  La historia de los pueblos enseña fehacientemente que toda tarea fecunda es obra de la inteligencia y la voluntad. En esta tarea formidable, de comprensión del problema y cooperación en las soluciones, las células benéficas que constituyen los clubes rotarios tienen mucho que hacer. Cualquier obra trascendente empieza en una semilla. Saber seleccionarla y cuidarla convenientemente es el modesto secreto de toda cosecha.                                                                          
 

Damos las gracias al diario “EL DEBATE− PREGÓN” por permitirnos llegar a Uds.; con un hasta pronto, y deseándoles lo mejor, ha sido Imagen Pública de Rotary Club Gualeguay.