Mateo E. Obradovich
Un viaje sin regreso -Camioneros de Luto -Mateo E. Obradovich
Nació en Enrique Carbó el 3 de junio de 1948, localidad de recordados camioneros tales como los hermanos Fenocchio, Canzonetta, Pitón, más tarde Luiselli, Costa, entre otros, quienes hicieron crecer a la comunidad y desarrollaron sus empresas con grandes esfuerzos y sacrificios en tiempos donde la tecnología mecánica, caminos y medios económicos no eran los de hoy.
Don Mateo Obradovich Inmigrante yugoslavo que junto a Isabel Reynoso, su esposa, se convirtió en empresario del transporte. Fue él quien encendió la pasión por el camión a sus cuatro hijos varones.
Don Mateo, Jorge y Roberto 1943 En ese ambiente de fierros, gomas, encerados, taller mecánico y dormir en la cucheta, fue creciendo Mateíto, quien a los 17 años ya conducía aquellos camiones sin dirección hidráulica de grandes estructuras, generalmente importados y con dificultades para encontrar repuestos cuando se producía alguna rotura, la que muchas veces los mantenía hasta 15 días en la ruta en la búsqueda de soluciones, muy distante de su Carbó natal.
En la búsqueda de su propia empresa
Ya con varios años de experiencia en la actividad, con toda la fortaleza de la juventud, recibe su primer camión. Con ese vehículo Fiat modelo 1956 se traslada en búsqueda de trabajo a la ciudad de San Nicolás, provincia de Buenos Aires. Durante dos meses, de arduo trabajo contraído, emprende el regreso a Carbó con la alegría de haber reunido cierto dinero que le permitió cambiar su primer equipo por otro más avanzado e iniciar así su propia flota de transporte.
La empresa lleva hoy el nombre de “Don Mateo” en recuerdo y agradecimiento a su padre, incansable trabajador como él.
Su paso por la Junta de Gobierno
Fue presidente desde 1999 hasta el año 2003. Se destacó como un trabajador sin descanso, buen administrador del escaso dinero y persona solidaria. Donde había una necesidad estaba él, y si el Estado no podía dar la solución o aliviar la situación que se presentaba, él, con su recurso particular, buscaba resolver la situación.
Haciendo memoria, recuerdo que no se contaba en la localidad con maquinarias de trabajo pesado, no había un tractor para labores indispensables tales como la recolección de residuos, riego de calles en verano, tirar una rastra para mejorar las calles en la dura temporada de lluvias o ante la falta de una pala mecánica, no dudó en echar mano a sus recursos personales para comprar un tractor al que le incorporó una pala para carga y la puso al servicio de la Junta. Muchas veces se subía al tractor y se lo podía ver trabajando en las calles de su pueblo.
Cuantas veces ante la falta de medicamentos, viajes por salud, alimentos o traslado de urgencia de algún vecino, estuvo presente aportando de su peculio para auxiliar al necesitado.
A esto lo puede corroborar cualquier vecino de buena fe. Lo manifestado pinta en parte lo mucho que hizo por sus actividades particulares y comunitaria.
Unidades que se incorporaron a la flota
Trabajo y esfuerzo familiar
Constituida la familia con Silvia Deganutti, recibieron con el tiempo la llegada de cuatro hijos. Mateo Ariel, Andrés, Pamela y Daiana, quienes se fueron moldeando a la educación que sus padres le brindaron en el hogar y luego el aporte cultural del colegio primario, secundario, terciario y universitario, desarrollando cada uno su actividad profesional, mientras que uno de ellos -habiendo estudiado-, se sumó al transporte como soporte a su padre y a la empresa, y luego su propia empresa, pero ante lo acontecido, hoy se encuentra a cargo del funcionamiento de las dos empresas con el apoyo de su madre y hermanos.
Por su parte, Silvia, también formada en el trabajo, dividió su actividad entre el hogar, la docencia, finalizando como directora de la escuela primaria “Luis Doello Jurado” en la localidad y el resto del tiempo lo dedicó a pleno a la administración del crecido transporte.
Desde aquel comienzo, con esfuerzo, trabajo, honestidad y servicio, nada se ha detenido, teniendo hoy su continuidad en reconocimiento a su fundador, un apasionado del camión que transitó todas las etapas de la vida de camionero.
A horas de cumplir años
Mis mejores recuerdos Mateo, el 3 de junio pasado hubieras cumplido años, pero el Señor dijo que no, te necesitaba entre ellos.
Hermano, con tu partida quedaron conmigo buenos y felices momentos que no olvidaré jamás a lo largo del tiempo. Siempre fuiste un muchacho bonachón, humilde, generoso, familiero y, por momentos, difícil de aceptar que el tiempo pasa y hay que hacer un alto a ciertas actividades, pero en tu caso fue imposible, habías nacido con el gen del trabajo sin límite y con él debías regresar.
Ricardo Maldonado, en sus coplas al camionero lo identifica en uno de sus versos.
El Camión me va llevando
y al camión lo llevo yo,
cuál de los dos más se lleva,
el destino sabe Dios.
Entre Mateito y el camión existió un prolongado proceso de fusión tan profundo que había logrado conformar una sola cosa. Nacido para el camión y a él le entregó su vida.
Panchi Cosso