"Me emocionó muchísimo"
Una búsqueda del tesoro en Gualeguay: Ángelo Pastelería escondió premios por toda la ciudad en Pascuas
En tiempos donde las redes dominan la agenda y la rutina parece marcar siempre el mismo compás, una idea distinta logró sacudir la ciudad de Gualeguay durante la Semana Santa. El responsable fue Ángelo Pedrazzoli, dueño de Ángelo Pastelería, quien ideó y ejecutó una original propuesta: esconder vouchers con premios en distintos puntos emblemáticos de la ciudad y dejar que la comunidad los encontrara a través de pistas en redes sociales.
“Se me ocurrió solo, no lo vi en ningún lado”, cuenta a El Debate Pregón Ángelo, todavía emocionado por la repercusión. “Quería hacer algo distinto, algo que me hubiera encantado vivir de chico. Y terminó siendo algo que hizo jugar a grandes y chicos durante toda la semana”.
La dinámica fue sencilla y poderosa: desde el lunes hasta el domingo de Pascuas, Ángelo escondió 10 vouchers en lugares públicos como plazas, monumentos o edificios conocidos. Cada día publicaba pistas en sus redes sociales que orientaban a la gente hacia el nuevo escondite. Así, lugares como la Plaza Constitución, el Corsódromo, el Parque Quintana, el Esqueleto y el CEF se llenaron de vecinos corriendo, escarbando, mirando bajo bancos y árboles.
Algunos acertijos fueron especialmente ingeniosos. Por ejemplo, para el Corsódromo, la pista decía: “El único lugar en Entre Ríos donde nieva en verano”, aludiendo con picardía a la guerra de espuma del carnaval. En otro caso, para el edificio abandonado conocido como El Esqueleto, las pistas jugaban con frases como “Podría ser humano pero no lo es” y “Quería ser grande pero se quedó a mitad de camino”.
Pero la búsqueda más intensa fue la del último día, cuando Ángelo delimitó una zona de 20 cuadras en el centro de la ciudad y publicó un mapa. “Cuando pasé por calle San Lorenzo no lo podía creer. Había como cien personas buscando, abajo de autos, de piedras, en las puertitas del gas... fue muy loco, muy emocionante para mí ”. El premio final fue una merienda valuada en 30 mil pesos en su pastelería.
Más allá de la publicidad que trajo consigo, Ángelo remarca que el objetivo fue otro: “No lo hice para ganar nada. Fue una inversión mía, un regalo. Me sirve para mover la marca, interesaba hacer algo lindo para la gente, devolver un poco todo lo que me dan. Que me conozcan también los que todavía no habían venido a mi local. Y sobre todo, ofrecer un momento distinto, que la gente se divierta, se distienda”.
Las fotos y videos de la semana se multiplicaron en redes. Personas de todas las edades participaron con entusiasmo. “Me mandaban mensajes agradeciéndome por una idea distinta, algo para hacer en Gualeguay muy lindo, que la gente dejaba los teléfonos y se ponía a buscar como que recordaba las épocas de antes. La gente grande buscaba, la gente joven buscaba. Muy contento, muy contento con la repercusión”.
Con la ciudad todavía hablando de la “búsqueda del tesoro” de Pascuas, Ángelo ya piensa en repetir la experiencia. Y Gualeguay, sin dudas, estará lista para volver a jugar.