4ª Entrega
Una información necesaria
Una editorial escrita de manera semanal por el Dr. Bernardo “Cacho” Gandini, para El Debate Pregón.
Es necesario reconocer que vivimos como si no tuviéramos tiempo, aunque no estemos apurados; a esto ha contribuido el uso de las redes sociales y las conductas que provocan ya que las personas entran, sin darse cuenta, en conductas de ansiedad; una muestra de ello es la aparición de una aplicación para escuchar los mensajes de audio, en menor tiempo, lo que se logra aumentando la velocidad; la velocidad en tiempo normal es 1x, y la propuesta es 1,5x o 2x, realicen la prueba en sus teléfonos y lo comprobarán.
Las consecuencias de estas conductas con aceleración, son las intolerancias a las esperas, que en la vida eran naturales. Veamos algunos ejemplos de situaciones que alteran nuestra calma: quienes caminan más lento delante nuestro, las filas para hacer trámites y quienes actúan con modales educados y generan conversaciones con quienes atienden; nuestra ansiedad también se manifiesta con las demoras en las respuestas a los mensajes, parece que lo que no se comporta en el tiempo de modo 2x, fuera anormal.
Nuestra vida se va transformando como si miráramos pasar todo, sin detenernos a profundizar o disfrutar; los hijos y nietos crecen sin que hayamos participado saludablemente de los hechos, de su evolución. La ansiedad, como exceso de futuro, obviando el presente, se acompaña de angustia, y ellas nos provocan dolor, que con frecuencia se describe en el pecho.
A veces ocurre desde nuestro despertar y altera la calidad de vida y la comunicación empática; se pierde la esencia de la comunicación empática, que es ponerse en el lugar del otro, para colocarnos a la defensiva imaginando que las respuestas se dirigen a un ataque, que es imaginario: la respuesta expresada, diálogo externo, es diferente al pensamiento o diálogo interno no verbalizado; esto produce malos entendidos, con los correspondientes problemas vinculares. Una propuesta para esta aceleración es la cultura de enlentecimiento (slow en inglés) para vivir más en calma, desacelerando la vida.
La ansiedad es un gran negocio, no compramos productos por su utilidad, ni tampoco como símbolos de estatus; los compramos para obtener la experiencia que nos brindan, los consumimos para hacer que nuestra vida sea más placentera y significativa.
Lo que se puede hacer para recuperar la capacidad de esperar, es vivir en tiempo real, desconectándonos de las pantallas, para conectarnos con la vida real; empezando a reconocer las trampas de la virtualidad y realizando las acciones que nos calmen: respirar bien hondo, mirar el cielo y buscar lo celeste detrás de las nubes, bajarse del vértigo, disfrutar de vivir en calma.
Algún día vas a lamentar lo que no viviste; no aprietes el botón del avance rápido, siempre hay tiempo. Hay que aprender a usar pantallas y redes sociales saludablemente sin la adicción que afecta el ritmo y calidad de vida.