Abordaron su labor y visión como historiadores
Voces de expositores entrerrianos en las III Jornadas de Historia Local y Regional
Del 10 al 12 de abril se llevaron a cabo las III Jornadas de Historia Local y Regional en la Escuela N° 13 "Juan María Gianello" de Gualeguay. El evento, organizado por la institución anfitriona, contó con el respaldo del Instituto de Enseñanza Superior “Luis Federico Leloir”, la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de UADER (sede Concepción del Uruguay), la Junta de Estudios Históricos de la Universidad de La Matanza y el Instituto Superior del Profesorado Joaquín V. González de Buenos Aires.
Entre los participantes, dialogamos con cinco de los expositores: Keila Schwarz, Mariela Satto, Lautaro Vicario, Rosy Garcilazo y Carlos Vilche, quienes compartieron con nosotros detalles de sus investigaciones y reflexiones sobre la práctica histórica en el ámbito local y regional.
La voz de las nuevas generaciones
Keila Schwarz, profesora de Historia y estudiante de la licenciatura en la sede Concepción del Uruguay, oriunda de San José, Entre Ríos, contó sobre su participación:
—¿Cómo llegaste a participar en estas jornadas y qué temática abordaste?
—Fuimos invitados desde la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales de Concepción del Uruguay. Para mí fue un honor participar. Expuse los avances de mi proyecto de tesina de licenciatura, centrado en las mujeres obreras de la industria de la carne en la empresa Lenco (la antigua Liebig de Colón) durante el año 1965.
Mariela Satto, también profesora de Historia de Concepción del Uruguay, compartió otra perspectiva:
—¿Qué presentaste en las jornadas?
—Participamos con un libro producto de un grupo de estudio llamado “Gurisas que investigan”, también de nuestra facultad. El libro se titula “Diversidad lingüística y cultural en Entre Ríos” y está coordinado por Paula Aguilar y Alicia Avellana. En mi caso, junto a la docente Aixa Mega, escribimos sobre las mujeres conocidas como “chinas” en el Uruguay inferior.
Lautaro Vicario, oriundo de Colón y próximo a finalizar su licenciatura en Historia, presentó una investigación centrada en una temática productiva clave del siglo XIX:
—¿Cuál fue tu tema de estudio?
—Estoy trabajando sobre los saladeros entrerrianos entre 1830 y 1890, intentando reconstruir su devenir histórico como estructura productiva. Es una historia bastante fragmentaria; hay algunos casos puntuales conocidos, como el Saladero de Urquiza, pero no una visión sistematizada a lo largo del tiempo.
—¿Eso implica un desafío en términos metodológicos?
—Sin dudas. Es como un rompecabezas: las fuentes son fragmentarias y hay que unir piezas para tener una imagen más completa. Falta mucho por descubrir todavía.
Cuestionar la historia oficial
—¿Creen que la historia local sigue ofreciendo zonas inexploradas?
Mariela Satto: Totalmente. La historia tiene algo fascinante: nada está definitivamente escrito. Siempre hay revisiones, reinterpretaciones, nuevas fuentes. Además, muchas veces la historia oficial es arbitraria, y desde nuestras investigaciones buscamos justamente cuestionarla.
Keila Schwarz complementó desde su experiencia:
—Estoy trabajando con periódicos locales como La Calle (Concepción del Uruguay) y El Entre Ríos (Colón), además de registros de jornadas laborales y salarios de mujeres en la fábrica. Esos documentos me permitieron identificar la división sexual del trabajo, y aplicando una perspectiva de género, empezar a segmentar las funciones y sueldos por sectores dentro de la empresa.
—¿Contás con referentes teóricos en tu investigación?
—Sí, me apoyo en autoras como Mirta Zaida Lobato, Andrea Andújar y Marcela Nari, que me aportan sustento metodológico y conceptual.
¿Subjetividad en la historia?
—¿Qué opinan sobre la subjetividad en la labor del historiador?
Mariela Satto: La historia no debe caer en la subjetividad. Trabajamos con hipótesis, pero con base científica: fuentes, teorías y metodologías que sostienen nuestras ideas.
Lautaro Vicario: Coincido. Apuntamos a una objetividad rigurosa, aunque sabemos que los enfoques evolucionan. Antes se priorizaba la historia política y de grandes nombres; hoy se valoran más las voces sociales, las de los trabajadores, las mujeres, los sectores populares. Es otra perspectiva, pero la historia sigue siendo la misma.
San Benito: una mirada desde otras geografías
Desde la ciudad de San Benito, Rosy Garcilazo —profesora de Prácticas Docentes I y II en el Instituto San Benito Abad— también presentó una investigación:
—¿Cuál fue tu enfoque en estas jornadas?
—Estoy trabajando sobre la comunidad ruso-judía que vivió en General Ramírez durante la primera mitad del siglo XX. En esa ciudad, hoy solo queda el vestigio de una sinagoga que fue vendida en 1957. Mi intención es reconstruir esa presencia que, aunque hoy prácticamente desaparecida, fue significativa en su momento.
—¿Qué otras corrientes inmigratorias influyeron en Ramírez?
—Hay una fuerte impronta de la colectividad alemana del Volga. Ramírez tiene mucho contacto con las aldeas entre Paraná y Diamante, pero también recibió a unas cincuenta familias judías provenientes de las colonias fundadas por el Barón Hirsch, especialmente desde el sur de Villaguay.
Carlos Vilche, también del Instituto San Benito Abad, presentó una investigación con un enfoque más amplio:
—¿Qué tema abordaste?
—El rol de los esclavos durante la Revolución e Independencia en el Virreinato del Río de la Plata. Analizo cómo los esclavos, principalmente negros y mulatos, participaron en los ejércitos independentistas y qué ocurrió luego con ellos: si accedieron a la libertad o no. También abordo cómo pasaron de ser propiedad privada a formar parte de cuerpos militares como el Ejército del Norte o el de los Andes.
Gualeguay como espacio de encuentro
—¿Qué impresión se llevan de estas jornadas en Gualeguay?
Rosy Garcilazo: No es la primera vez que venimos. Ya en 2022 trajimos estudiantes con trabajos de historia local. Valoramos mucho este espacio en construcción constante que permite a estudiantes e investigadores presentar sus producciones. Es muy enriquecedor.
Carlos Vilche: Coincido. La organización fue excelente y nos sentimos muy bien recibidos. Esperamos que estas jornadas continúen creciendo.