Comerciales
Panadería “Gauchito Gil”, un emprendimiento familiar, que se mantiene vigente con gran esfuerzo en la ciudad
Es una iniciativa comercial de Claudio Gómez y Claudia Marisa Morales, quienes, desde hace unos 11 años, junto a sus hijos, llevan adelante, la elaboración de pan, galleta y otros productos panaderiles en la ciudad. El comercio se encuentra emplazado en avenida Presidente Perón 1118 y cuenta con una sucursal en avenida Presidente Raúl Ricardo Alfonsín.
El Debate Pregón dialogó con Claudia Morales, quien contó aspectos de los inicios del emprendimiento familiar y cómo el mismo fue creciendo en el tiempo hasta la actualidad, aunque confiesa que debido a la situación económica actual del país se hace cuesta arriba mantenerse comercialmente.
¿Desde cuándo funciona el emprendimiento panaderil en nuestra ciudad?
Claudia Morales: Hace 8 años que nos encontramos en el actual lugar, avenida Presidente Perón 1118 y anteriormente estuvimos en calle Quintana, alrededor de 3 años. La panadería surgió a raíz de que mi marido se quedó sin trabajo. Es así que empezó a hacer pan casero y empezó a recorrer los barrios para vender los productos. Nunca pensó que llegaría a crear una panadería porque vendía para el día y después el emprendimiento fue creciendo. Después el municipio nos pidió que tratáramos de crear los espacios que se requerían para la elaboración y venta.
¿Es un emprendimiento familiar?
Claudia Morales: Sí, es un emprendimiento familiar. Mi marido comenzó este proyecto con dos hermanos suyos, que le ayudaban y después ellos se fueron. Y, a medida que fueron creciendo nuestros hijos se les enseñó el oficio y ahora trabajan junto a nosotros. Uno atiende por la mañana en el despacho, otro trabaja junto a su papá; la hija mayor atiende la panadería los días domingos y entre semana nos vamos turnando. Y por ahí viene alguien que le da una mano a mi marido. Este oficio requiere de muchas horas de trabajo. En las producciones no se usan conservantes, es todo casero.
¿Cuentan con algunas otras sucursales?
Claudia Morales: Hay una sucursal en “Bulevar San Juan” (actualmente se denomina Avenida Presidente Raúl Ricardo Alfonsín), al lado de la farmacia Recalde. Es decir que desde nuestra panadería se genera la mercadería para ese local y otras sucursales. La dirección de Panadería “Gauchito Gil” es Presidente Perón 1118 aunque la mayoría la conoce por estar frente al frigorífico “Soychú”.
¿Y la clientela?
Claudia Morales: Sí, gracias a Dios tenemos que dar las gracias a los clientes. Cuando nos cambiamos del anterior local al actual, pensábamos que iba a ser un golpe duro en cuanto que no iba a vender de igual manera, pero no fue así; afortunadamente la gente nos siguió y está conforme con los productos que vendemos.
Ahora se han producido grandes subas de precios en los insumos. Cuando llamás para solicitar un producto, te dan un precio, pero cuando llega el proveedor es otro y eso complica mucho la comercialización. La harina subió muchísimo. Además, nosotros no tenemos casa propia, alquilamos, sumado a todo lo que conllevan los impuestos, el pago al contador. Todo es una cadena.
Y, ¿cómo resuelven el tema de la suba, compran menos harina, realizan menos productos?
Claudia Morales: Y, la verdad es que la vamos peleando día a día. Esta es una mercadería que vos no podés decir “no la hago” porque se prepara la masa y se tiene que producir para salir a la calle. Uno puede freezar la carne, por ejemplo, pero la masa, no. Si un día hiciste 50 kilos y vendiste 20, lo que te quedó tenés que rallarlo. Primero secamos el pan en el horno y luego lo rallamos. Pero también es un gasto porque el horno funciona a gas, que es un producto que también ha subido bastante de precio.
¿Venden manufacturas a despensas?
Claudia Morales: Sí, les vendemos. El quiosco que menos solicita, nos encarga por lo general 3 ó 4 kilos pan y galleta. Es decir, que la gente que nos compró siempre y lo sigue haciendo. Estamos muy agradecidos a toda la gente porque quien no te lleva dos kilos te lleva tres. Y con el tema de las subas la gente nos dice: “les vamos a seguir comprando porque no consumimos otra galleta que no sea la del Gauchito Gil”. Y para nosotros es un honor que nos digan eso.
¿Han tenido algunas otras dificultades?
Claudia Morales: El golpe más grande que tuvimos fue cuando “Soychú” tuvo el trágico accidente; eso a nosotros nos cortó los brazos. Si bien algunos nos dicen: “cómo aguantan el olor de Soychú”. Lo nuestro es un trabajo y no nos vamos a cambiar por esa situación; el olor además se siente en todos lados. Y la panadería y la casa donde vivimos las compartimos en el mismo lugar.
¿Y también cuentan con clientes ocasionales, como pueden ser camioneros, o turistas?
Claudia Morales: Hay turistas que tienen nuestro número de teléfono y nos llaman y nos piden tortas negras. Hay gente de Bahía Blanca que cada vez que se va de vacaciones pasan por nuestra panadería a comprarnos; hay gente de Buenos Aires que se va a Lucas González y también pasan por acá. Y te dicen “yo compré en tal fecha”. Lo mismo que el pan dulce, lo compran mucho para llevar a Buenos Aires. Ellos le dicen la malteadita, nosotros le decimos el semolado, con semilla, y también incorporamos los sin sal y hay gente que nos dice “mirá, yo no sabía que ustedes lo hacían”. Y ahora se sabe que en todas las sucursales se lleva el bizcochito sin sal, pan salvado sin sal, que lo piden. Y estamos agradecidos con la gente. También ofrecemos el servicio de asar lechones y corderos.
¿A quiénes desea agradecer?
Claudia Morales: El agradecimiento es hacia la gente que nos compra, ya a través de eso seguimos adelante si no hoy tendríamos que tener cerrado con todo el desastre de las subas de precios. En realidad, a veces no sabemos si continuar o no con el emprendimiento. Pero al conversar con la gente, nos dicen: “aguanten otro tiempo más”. Y, seguiremos hasta donde podamos porque esta tarea es de todos los días.